ZINCALÍ
Personajes
ZINCALÍ
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Rey de los Gitanos |
Tenor |
La acción se desarrolla en el sur
de Francia, en época indeterminda.
PROLOGO (Acaban de apagarse las grandes luces del teatro y flota en la sala esa tenue claridad de la función ya comenzada. Aún no ha subido el telón. De pronto, en el lado de las colgaduras de la platea, gárrulo bullicio de gentuza gitana; y este grito: ¡Bají! ¡Bají! ¡La buenaventura! Así, pronto irrumpen las adivinas. Son Zemfira y Malena, la Golondrina y Jahivé, tañedoras de pandero con los panderos en alto. Ninguna lo trae más vistoso que Jahivé. Vienen también, entre otros muchos reyes de tribus, Rumaxal y Zincalí, éste con su violín sobre el pecho. Rumaxal que va adelante, se dirige al escenario. Las mujeres, mientras tanto (¡Bají! ¡Bají" ¡La buenaventura!), quieren leer el destino en las palmas de los espectadores y hacen señas a los palcos ofreciendo sus servicios. No cesan de sonar los panderos ni dejan de oírse las voces: ¡Bají! ¡Bají! ¡La buenaventura!) RUMAXAL, (que ha seguido adelante.) ¡Eh, rommanys! No os estéis ahí detrás de los cortinajes, ni os detengáis a decir la buenaventura. ¡Qué! ¿No sabéis lo que es un teatro? Un teatro es mucha cosa... ¡Orí, Golondrina! ¡Orí, Malena! ¡Orí, Zemfira!... Pasad... y tú, Zincalí, el hombre del violín que ríe y llora, si has de llamarte rey, ¿por qué no pasas el primero?... ¡Eh, Golondrina, no! ¡Ni tú, Zemfira! Os lo repito. No habéis venido aquí a leer en las rayas de las manos, sino a embargar las voluntades con la fascinación de nuestros viejos misterios. Os lo digo yo, el anciano Rumaxal, más gitano que todos vosotros, porque mi nombre significa: el hombre errante de las estepas... Ved. El escenario es vuestro. Por la primera vez, que se conozca, una carreta de nómades se ha parado a las puertas de un teatro. Bohemios y zíngaros, tziganos y zincaleses, húngaros y egipcios: toda la gitanería errante del mundo ha bajado esta noche de una carreta de nómades a las puertas de un teatro. No venimos de ninguna parte precisa: ni de las cuevas del Albaicín, ni de los torrentes de la Transilvania; venimos de todas partes y de ninguna; venimos del mundo sin nombre. (Sube al escenario.) ¡Vamos, subid! Debemos dar la fiesta trágica de nuestro misterio. Tú adelante, Malena, la que ha de amar en vano. (Sube Malena.) Tú en pos, Jahivé, la del extraño destino. (Sube Jahivé.) Tú con ella, Zincalí, el rey predestinado. (Levanta la cortina del proscenio.) Id pasando... Pero antes sabed que en pasando esta cortina está Francia. Y en esa Francia, La Camarga, salitrosa en el límite del mar y los brazos del Ródano. Y en esa árida Camarga, la vieja iglesia de las Santas Marías del Mar, santuario nuestro, en que veneramos las cenizas de la sierva Sara y donde elegimos nuestros reyes... Allí, nos juntaremos todos, menos Jahivé, a la sombra de la antiquísima iglesia, más parecida a una fortaleza que a un templo. ¡Pasad! Allí tejeremos entre todos alguna mentirosa fábula más digna de atención y de crédito que muchas verdaderas historias. Y aunque muchas cosas se ven en las Santas Marías, poco se dejan ver las que realmente pasan. Ahora las mostraremos. (Van entrando) ¡Ea, todos! ¡A las Santas Marías del Mar! (apenas ha pasado Rumaxal, que pasa el postrero, sube el telón.) Primer Cuadro (escenario) (En la soledad de la Camarga, la vieja iglesia de las Santas Marías del Mar, tiene algo de torre circular y algo de antiguo castillo. Ante el negro murallón, cerca del pórtico, el viejo Rumaxal espera; está sentado e indolente, sobre un jergón de los muchos que allí tendieron. Más allá de la alta terraza que circunda la base del templo, se entrevé el campamento gitano. A poco, saliendo de la iglesia, aparece arrogante y bello, Zincalí. Rumaxal se incorpora y se inclina respetuoso) RUMAXAL ¡Rey Zincalí!... ZINCALÍ ¿Tú, mi viejo Rumaxal?... ¿Por qué te postras ante mí? RUMAXAL ¿No eres acaso nuestro rey? ZINCALÍ No, todavía. Tiene la tradición su lento rito; y el que hoy se elija, ha de ser rey entre todos los reyes de las tribus... LA CHUSMA GITANA (Desde el interior) ¡Bes! as !ta!... ¡Bes! as !ta!... ZINCALÍ ¿Oyes eso?... RUMAXAL Delira el campamento de impaciencia. ¡Difícil contenerlos por más tiempo! ¡Todos te quieren rey! ZINCALÍ Aún no se puede. RUMAXAL ¿Deliberan los jefes en la cripta? ZINCALÍ Los jefes pronunciaron las mágicas palabras y partieron las cartas del viejo Tarot que perteneciera un día a la reina Cleopatra. Ninguno hay más sagrado. RUMAXAL ¿Gitana era esa reina? ZINCALÍ Era gitana. RUMAXAL ¿Debémosle tal vez veneración? ZINCALÍ Mucha le deberíamos, pero traicionó a su raza. ¡Cuando se reencarne entre las tribus, expiará su pecado redimiendo a su pueblo para siempre! LA CHUSMA GITANA (Desde el interior) ¡Bes! as !ta!... ¡Bes! as !ta!... RUMAXAL Se impacientan las tribus. El peso de este gran día, clamores les arranca. ZINCALÍ ¡Pobre gente bohemia!... RUMAXAL ¿Te dan pena, Zincalí? ZINCALÍ ¡Pena fuerte! ¡Pena grande! El gitano es la basura del mundo... Va y viene en busca de su patria perdida. Perseguido y odiado, y no obstante, ara y siembra el camino que recorre. ¡Y a su tiempo recoge el oro de la vida! Lo apedrea el desprecio en los. caminos, y sin esa ráfaga de la gitanería, sin sus trajes de colores, el mundo de los blancos no sería más que una sola ceniza. Sin hogar y sin bienes, el gitano no tiene más que su alma... Y la va derramando, con un mazo de naipes ha muchos miles de años que dobló el camino de la noche. Nada sabe de las cosas de espanto y maldición que han pasado sobre .la tierra. ¡No va por donde van los hombres! ¡Mas, por esos caminos que recorre sin tregua y sin saber para qué, llega a la hora justa! ¡Mañana, cuando sucumban esas ciudades que nos detestan, llegará el gitano a tiempo de salvar lo que merezca salvarse! ¡Qué vil mendigo es el gitano, Rumaxal! ¡Pero qué grande el poder de su insondable misterio! LA CHUSMA GITANA (Desde el interior) ¡Bes! as !ta!... ¡Bes! as !ta!... RUMAXAL ¡Como clamor de hordas, misterio sin palabras, cosa grande y horrible tu pueblo, Zincalí! ZINCALÍ (Vuelto hacia el campamento) ¡Bes! as ¡ta!... ¡Viejas palabras que solamente yo entiendo!... ¡Vamos ancianos!... RUMAXAL ¡Espera!. Viene Zemfira... ZINCALÍ ¿Sola viene? RUMAXAL Y con ella, Malena, la gitanilla; la que te dan por prometida. ZINCALÍ Mal me la dan... El Tarot ha dicho siempre que no... ¡Pobre Malena! Bajemos a la cripta (Salen ambos. Por el lado opuesto aparecen Malena y Zemfira; las dos mujeres contemplan extasiadas la iglesia) MALENA, ZEMFIRA ¡Santas Marías del Mar! ¡Oh, meca de los gitanos! ¡El que te ve, no te olvida sagrado templo de Sara! MALENA ¿Y dices, madre del rey, que aquí he de ser consagrada como reina? ¿No me engañas? La Golondrina dice siempre que no... ¡La vieja borracha!... ¡Contra esa mala mujer dame un conjuro que valga! ZEMFIRA Escúchame... cuando el rey me diga aquí mismo: ¡Madre, dame reina, yo le diré: tómala, Malena es tuya! MALENA ¡Madre!... y dime: ¿por qué venimos al templo de Mayo en Mayo? ZEMFIRA Cuentan, que crucificado que fue el Señor, de la tierra del Calvario huyeron las tres Marías: Salomé. Magdalena y Jacobé. En desmantelada nave a estas playas arribaron; y que con ellas venía Sara, la sierva gitana, patrona nuestra. Y que aquí, cuando murieron las santas, también de Sara la egipcia las cenizas se guardaron... ¡Y por eso a venerarlas, venimos de Mayo en Mayo!... LA ANDORÍ ¡Eh, Zemfira! ¡Óyelo bien! Tres veces tiré las cartas y las tres dijeron ¡no!... ¡No reinarás tú, Malena! MALENA ¡Maldición! ¿Oíste, madre?... Miedo le tengo a esa bruja… ¡Dicen que sabe mezclar venenos y filtros mágicos! LA CHUSMA GITANA (Desde el interior ¡Bes’ as¡ ta! ¡Bes' as' ta! MALENA (a Zemfira con entusiasmo) ¡Madre del rey! ZENFIRA ¡Ya vienen los jefes; calla! (Salen de la cripta los jefes gitanos. Entre ellos Rumaxal. Los siguen gitanos de todos los rincones de la tierra que ostentan atavíos e insignias dignatarias y que se habían congregado en la cripta de la vieja iglesia para elegir rey de todas las tribus. Por último, Zincalí) ZINCALÍ Jefes y reyes que sois gitanos sin fe ni patria; dueños del mundo sin ley: otorgadme, de la tierra los dones que más preciados juzguéis. ¿Qué me das tú, rey de Bohemia? REY DE BOHEMIA La maldición del hogar. ZINCALÍ ¿Qué me das tú, rey de Rusia? REY DE RUSIA La maldición del trabajo. ZINCALÍ ¿Qué me das tú, rey de Granada? REY DE GRANADA La maldición del recuerdo. ZINCALÍ ¿Y tú, rey de la Camarga? REY DE LA CAMARGA La sal de la Nada en Todo. ZINCALÍ ¿Y tú, mi viejo Rumaxal? RUMAXAL Yo, el más viejo de los reyes, maldiciones no he de dar, que harto maldijo el gitano. ¡Te doy la vara de fresno para que mandes y te obedezcan! LA CHUSMA GITANA (Desde el interior ¡Bes’ as¡ ta! ¡Bes' as' ta rey Zincalí! ZINCALÍ Y ahora, madre, ¡a ti te pido reina! ZENFIRA ¡Tómala, Malena es tuya! (En este momento irrumpe la Andorí. Viene agitadísima entre dos gañanes que la sujetan fuertemente. Detrás de ella, la chusma gitana) LA ANDORÍ ¡No la tomes, Zincalí! ¡No la tomes! (a los que la sujetan) ¡Dejadme, pérfidos lobos! ZINCALÍ ¡Dejadla que hable! Ya escucho. LA ANDORÍ Sólo pido que se cumpla un juramento sagrado... ZINCALÍ ¿Quién es esta mujer, Rumaxal? ¿Tú la conoces? RUMAXAL La conozco, Zincalí. Es una bruja perdida... LA ANDORÍ ¡La Golondrina me llaman! MALENA (Avanzando furibunda) ¡Y también La sin Entrañas! ¡Ésta fue la que a su hija dejó entre la gente blanca! ZENFIRA (Vehemente) ... Y así borró el juramento. Ya no hay nada que cumplir. MALENA (A todos) ¿Queréis saber más? ¡Pues dicen que le compraron la hija! LA ANDORÍ ¡Mala gente!... Por las llagas de mi pecho, se cuentan desde ese día mis penas... ¡Oídme!... La cosa fue cuando en aquella aldea, nos dividimos en dos bandos malditos, y extraviose mi niña en la pelea... ZEMFlRA ¡Ésa es la mancha de la Golondrina! Desde entonces, la desprecian las tribus. LA ANDORÍ ¡Pero mi mancha está lavada, Zincalí, pues he encontrado a mi hija! ¿Me oyes, Zemfira? ¡Y sé muy bien donde se halla!... ¿Comprendes, Zemfira? ZINCALÍ Sigue... LA ANDORÍ (Señalando a Zemfira) Todos debéis saber que esta mujer y yo, fuimos las mejores compañeras de los caminos... (Señalando a Zincalí) Madre iba a ser de este mozo y rey nuestro, cuando me lo prometió por esposo para la hija que yo echara al mundo... MALENA ¡Eh!... ¡Zemfira! ¡Grítale de una vez; que miente! ¡Está borracha La Golondrina! LA ANDORÍ (furibunda) ¡Comas venenos... ... y tengas para los postres puñales! MALENA (de igual modo) ¡Tú, los comas!... LA ANDORÍ Entre tanto... id sabiendo, yo le di mis amuletos y ella me dio los suyos... ¡No! ¡No hay lazo más fuerte! ¡Mirad la prueba sagrada! (muestra los amuletos de Zemfira) ¿No digo la verdad? ZENFIRA. La dices. (Estupor de la chusma) LA ANDORÍ (prosiguiendo con vehemencia) ¡Y esa hija que te digo, rey, para ti fue engendrada!... Como una bella princesa vive entre la gente blanca, pero arde en sus ojos brujos ¡todo el fulgor de la raza. Y ondula todo su cuerpo con un hechizo que mata; que es gitana la princesa ¡hecha de sombras y llamas!... Jahivé se nombra esa flor que para ti fue engendrada; y está escrito que ha de ser ¡reina en las tribus gitanas! MALENA (en el colmo de la ira) ¡Mentira! ¡Todo es mentira!... RUMAXAL (Echando cartas) ¡Verdad!... Por esta carta. ¡Verdad! LA ANDORÍ Y finalmente, Zincalí, yo sé el camino. Te llevaré al lado de ella... MALENA (enloquecida, se precipita sobre la Andorí y la hiere en pleno pecho) ¡Mentira! ¡Tu lengua lo pagará con tu sangre! LA ANDORÍ (cayendo) ¡Ah!... ¡Traidora! TODOS ¡Malena! MALENA ¡Anda!... y ahora... llévalo tú, que conoces el camino... ¡ya que así está escrito! ... TODOS ¿Qué has hecho Malena? ZINCALÍ ¿Y por qué lo hiciste? MALENA (arrojando el puñal) ¡Porque te amo, Zincalí! ¿Qué dices a esto?... ZINCALÍ Digo, que yo no te amo... Malena... Que desde hoy, y para siempre, amo a Jahivé... la hija de la Andorí... (a todos) Vuestra reina (La Andorí se arrastra herida y llega hasta Zincalí, a quien besa las manos, luego se vuelve hacia Malena y prorrumpe en una loca carcajada. Un silencio terrible sucede al estupor de los gitanos. Malena llora en brazos de Zemfira, mientras cae lentamente el telón) Segundo Cuadro (escenario) (Salón con terraza sobre el jardín en la mansión del duque Dorian, donde se realiza una fiesta gitana en honor del gran artista Zincalí; el hombre del violín que ríe y llora. Dorian, Klinsor el explorador, prometido oficial de Jahivé, y el viejo artista Cigomar, todos ellos de frac, vueltos de espaldas al público, contemplan a través de los cristales que cierran la terraza, la fiesta zíngara que se realiza en los jardines. Se oye música de Liszt, a lo lejos) DORIAN ¡Una fiesta gitana, en mi casa!... ¡Quién me lo hubiera dicho! Hubo un tiempo en que me inspiraban un supersticioso terror esos nómades. Les profesaba como un odio angustioso. Después... han pasado muchos años... y ahora casi no me dan miedo. Esta noche gitana en honor de Zincalí lo está probando… EMMA Zincalí es el más genial de los músicos zíngaros... CIGOMAR ... y un noble amigo mío. DORIAN Así es, querido Klinsor, que en mi casa no se habla de otra cosa... ¡Allí suena Liszt, entre los árboles! KLINSOR Y no es de arrepentirse. El gran Zincalí se merece esta fiesta... y Jahivé también. ¡Es un alma inconteniblemente gitana! LA CHUSMA GITANA ¡Bes' as' ta!... ¡Bes' as' ta!... KLINSOR (asomándose por la terraza) Ha llegado Zincalí probablemente, y lo saludan los zíngaros... DORIAN Volvamos al jardín. (Salen todos. Apenas han salido, la Golondrina, la vieja gitana, entra, mira, y husmea. Se asoma al balcón y hace señas a alguien que no vemos. Luego, al oír la voz de Jahivé, se retira de puntillas por donde vino) JAHIVÉ (interno) ¡Bes' as' ta! ¡Bes' as' ta! (Entra seguida de Emma. Viste traje de zíngara. Viene rendida. Se tiende en el diván con los brazos abiertos, conservando en la mano el pandero) ¡Maravilloso! ¡Maravilloso! EMMA Has bailado frenéticamente. ¿Qué danza era?... JAHIVÉ ¡Qué sé yo!... EMMA Me dabas miedo. Parecías ebria y loca a la vez. JAHIVÉ ¡Eso! ¡Ebria y loca! Estos colores, esa música... ¡No sé!. Emma, me asaltan deseos extraños; enmarañadas ansias... EMMA Es que no sabes lo que quieres... JAHIVÉ ¡Sí, lo sé! Sé lo que quiero... ¡Con las manos en alto y agitando el pandero, bailar la noche entera vestida de este fuego! ¡Taconear inconsciente; embriagarme al repique de locas castañuelas, caer aniquilada, desfallecer, morir!... Después, resucitando, brindar con cantos nuevos, al cielo y al infierno. ¡Qué sé yo con qué vino... qué sé yo con qué fuego! ¡Reír con risa loca, y volver a danzar entre una batahola y un incendio de aplausos y de copas! Enamorarme... ¿y quieres que te lo diga todo?... Pues oye bien: ¡un día, me voy por los caminos hasta el fin de la tierra, errante y vagabunda, cantando una rapsodia a la luz de la luna, por una carretera que no termine nunca!... EMMA ¡Gitana! JAHIVÉ Me enfermo de anhelos raros... Algo muy extraño me va a traer el destino. Hoy me ha seguido un gitano... EMMA ¿Sería Zincalí? JAHIVÉ Sea o no sea... no sé por qué me da miedo... (Entran Dorián, Cigomar y Klinsor) DORIAN ¡Vedla allí!... KLINSOR (sorprendido al ver el atavío gitano de la joven) ¡Jahivé!... DORIAN Jamás se vio gitana... que más lo fuese. Jahivé, gitanilla mía, el viejo Dorián se alegra de que tu alma vuele feliz al solazo de la juventud primera. Yo sé que ese fuego de tu fantasía, no te consumirá finalmente... Como la llama de tu traje, que te viste y no te quema. Esas lumbradas de tu imaginación, no son otra cosa, gitanilla mía, ¡que una vestidura de tu alma!... CUGOMAR Pero ¿quién pudo enviarte ese atavío?... ZINCALÍ (entrando apunto) Yo lo envié Cigomar. ¿Se me perdona? CIGOMAR (abrazándolo con efusión) ¡Zincalí! DORIAN ¡Se le alaba! Y se le dé la bienvenida al maravilloso artista. Al hombre del violín que ríe y llora. (Se sientan todos, de modo que Zincalí queda frente a Jahivé y a Emma) KLINSOR (a Zincalí) Su retorno es casi una resurrección... ¿En qué abismos se ocultaba usted? ZINCALÍ Viajé mucho. JAHIVÉ ¿Y entretanto, su violín... que ríe y llora?... ZINCALÍ Mi violín, entretanto, investigaba sin cesar, riendo y llorando, por un sombrío enigma, por un grande y viejo secreto... JAHIVÉ ¿Un secreto?... DORIAN ¡La historia de los gitanos es una noche muy oscura... ZINCALÍ Por esa noche he andado yo. JAHIVÉ ¿Solo? ZINCALÍ Solo. (pausa) JAHIVÉ Sois misteriosos los gitanos... ¡y dan ansias de seguiros caminando hasta el fin de vuestro misterio! ZINCALÍ ¡No es tan fácil seguir nuestra huella, porque en pos del convoy, una vieja carreta, arrastrando ramajes, lo va borrando todo!... Pero, oídme bien, si uno de los nuestros se aparta de la caravana, ó es arrancado de los suyos... (con marcada intención) ese rastro no se borra, señor duque... ¡no se borra! (Pausa angustiosa) Una vieja historia gitana lo comprueba... Una historia de los tiempos del rey Zindelón. ¿Si queréis conocerla? JAHIVÉ (palmoteando alegremente) ¡Oh, sí; todos!... ZINCALÍ Sabed entonces que en ese tiempo paseaban dos gitanas por una carretera diciendo: "bají" que es decir la buenaventura. "- Oye Andorí, dijo Zemfira. (la que debía ser madre del rey) si me nace un varón y a ti te naciera una niña, serán marido y mujer nuestros hijos". Con lo cual se cambiaron en prenda de fe sus amuletos, que es cosa muy grande, y a los años, así fue; tuvo Zemfira un varón, y una niña la Andorí... Pasó un tiempo y un día hubo reyerta entre las tribus. Una mala piedra hirió a la hija de la Andorí, la cual hubo de refugiarse en un castillo pidiendo agua con que lavar la frente de su criatura; mas, a ese tiempo desalmados esbirros cerraron a tajos de espada con los nómades, hasta dispersarlos por los campos. Y así fue cómo la hija de la Andorí quedó en poder de los cristianos, sin que nada más se llegase a saber de ella... JAHIVÉ ¿Y el hijo de Zemfira?... ZINCALÍ Venido el tiempo justo, y de conformidad con los libros de la tradición, llegó a ser rey. Mas, como no hay rey sin reina, fue elegida por reina de las tribus, la niña perdida de la Andorí... JAHIVÉ ¿Y cómo habían de dar con ella? ZINCALÍ Desde ese instante, todos los gitanos del vasto mundo, comenzaron a decir a la tierra noche y día: "Madre tierra, diosa tierra, te han robado una hija: ¡Rescátala! ¡Rescátala! JAHIVÉ ¿Y finalmente'?... ZINCALÍ Por la fuerza de los sortilegios fue hallado el rastro, y el propio rey Zincalí, se encontró frente a frente con el señor de aquel castillo... (Pausa elocuente. La muda expresión de los personajes, revela inquietud y curiosidad a la vez) CIGOMAR Maravilloso. ¿Verdad, Klinsor? KLINSOR Bien, pero la historia queda trunca. Todos querríamos saber qué pasó entre el señor de aquel castillo y el rey Zincalí... ZINCALÍ La tradición oral, no lo cuenta. DORIAN Pero la escrita, sí. ZINCALÍ ¿Y puede saberse? DORIAN Ahora mismo: "Rey Zincalí!... "Alegáis un derecho que merece escucharse. Elegid lo que bien queráis de mis dominios" (pausa) ZINCALÍ Cierto... cierto... ya recuerdo. Lo he oído contar a veces en las tribus... y recuerdo también lo que a su vez, respondió Zincalí. (con marcada intención) "Para qué quiere oro ni dominios el gitano!... El gitano sólo pide lo suyo: la gitana de su alma. Ha venido por su reina y no se irá sin ella". (se levanta) DORIAN (aparte, a Zincalí, con ira concentrada) ¿La guerra entonces?... ZINCALÍ (tranquilo) No. El gitano sólo sabe seguir los caminos hasta el fin... Y allá veremos si acierta a recobrar lo suyo... (retirándose después de inclinarse ceremoniosamente) JAHIVÉ (turbada y ansiosa) ... Un momento, Zincalí. ¿Y la niña que cayó en poder de los blancos, qué nombre tenía?... ZINCALÍ Se llamaba Jahivé... (Se detiene y la mira fijamente) JAHIVÉ (en un sueño) ¡Oh!... ¡Quién hubiera sido la Jahivé de aquella historia! (cae lentamente el telón) Tercer Cuadro (Escenario) (Vestíbulo de arcadas en la mansión de Dorián. Escalinata que conduce al jardín hacia el fondo. A la izquierda, balcón y puerta como bajo un dosel de enredaderas. Almohadones en el suelo y muebles adecuados. Jahivé sale al vestíbulo y llama, agitando su pañuelo, a la vieja Golondrina que se supone está aguardando en el jardín. Por fin aparece la vieja; avanza melindrosa, con sus cien aspavientos habituales. Jahivé la toma de la mano, ayudándole a subir) JAHIVÉ Entra sin temor, todos duermen. LA ANDORÍ ¡Ay!... Y qué más rebonita va amaneciendo la niña... JAHIVÉ ¿Es cierto que estoy hermosa?... LA ANDORÍ ¡Anda!... Y cómo te reluce en los ojos la chispa que te debe relucir!... JAHIVÉ ¿Qué chispa dices? LA ANDORÍ Un día... un día hablará la Golondrina... ahora no. JAHIVÉ Pero, no creo que brillen mucho mis ojos. Mira que no pude dormir... LA ANDORÍ ¡Toma!... ¿Y cómo ha sido? Cuenta, cuenta... JAHIVÉ Acabó muy tarde la fiesta. Poco debía faltar ya para el alba, cuando al fin cerré los ojos. Y apenas comenzaba a descender el sueño, una música dulcísima, se oyó en el silencio. Al pie de mi balcón... un violín... LA ANDORÍ ¿Sería Zincalí? JAHIVÉ Al principio fue como un gorjeo nada más... LA ANDORÍ ¿Y quién era? JAHIVÉ Me levanté, y desde la sombra, me puse embelesada a escuchar... Y era como si un ave prodigiosa en un vuelo armonioso descendiera a la huerta, y a su reclamo, comenzaran a despertar los nidos... LA ANDORÍ ¡Era él! ¡Era él, reina mía! JAHIVÉ ¡Sí!... ¡Era él!... Alegría, desesperación, congoja... La música lo expresaba todo como en un vértigo, y yo sentía que me iba atando una gran fuerza... LA ANDORI ¡Ah, el lamento del violín es la lengua del gitano!... JAHIVÉ El violín, Golondrina, decía mi nombre con acentos extraños y decía el nombre de él... Entonces... ¿Sabes? Me puse a tocar en mi violín, no sabré jamás qué música desconocida que yo misma inventaba... LA ANDORÍ ¿Ves tú, mi perla, lo gitanaza que eres?... ¡Gitana; sí, gitana! JAHIVÉ Y cuando él volvió a tocar, la melodía fue toda una revelación... LA ANDORÍ ¿De qué?... JAHIVÉ De algo muy delicioso y terrible a la vez... ¡Que amo! LA ANDORÍ ¿Que amas? JAHIVÉ ¡Sí, que amo! LA ANDORÍ ¡Pues ahora te juro que has oído el violín de Zincalí! (pausa) JAHIVÉ Pero no... Yo he sido anoche, por un divino instante, dueña de la eternidad... y ahora nada... Apenas un recuerdo que parece un sueño... ¡Zincalí!... ¡Zincalí! ¿Por qué no vuelves?... LA ANDORÍ Lo has llamado y vendrá tal vez... JAHIVÉ No, no vendrá... Esta vez no adivinas. ¡El Zincalí que yo llamo. ya no existe!... (transición) Pero dime, si quieres, la buenaventura. LA ANDORÍ (entusiasta) ¡Eso!... ¡Eso! La buenaventura. A ver esas manos... ¿Pero qué?... ¿Qué es este signo? JAHIVÉ ¿Cuál? ¿Qué dices? ¿Qué te da? LA ANDORÍ ¿Qué me da?... ¡No lo entenderías nunca!... ¡Apártate; es mejor!... JAHIVÉ ¡Golondrina!... ¡Pero algo te dio miedo en estas manos! LA ANDORÍ ¿Miedo?... Ya pasó... ¡La Golondrina sabe muchas cosas para que algo le dé miedo! Anda... Ya me voy. (Para sí) También contra los malos signos sabe conjuros la Golondrina... (sale viendo a Zincalí que ha entrado con sigilo por el fondo) ZINCALÍ (muy quedo) ¡Jahivé!... JAHIVÉ (volviéndose con sorpresa y emoción) ¡Zincalí!... ¿Qué es esto?... ZINCALÍ ¿Esto? Que me has llamado y he venido. JAHIVÉ ¡No, no! El Zincalí que yo llamaba... ZINCALÍ ¡No hay otro Zincalí que yo, Jahivé! JAHIVÉ ¿Qué dices? ZINCALÍ Que ha llegado para ti la hora del gitano; esa ráfaga libre que se adueña del alma y la domina... ¡Tú la esperabas!... Es una tentación, un capricho, una quimera... JAHIVÉ ¡No sé... no sé! ZINCALÍ ¡Sí, que lo sabes!... Es una voz que dice: "¡Sal de la cárcel del miedo, rompe tus hierros; quebranta el encierro, resucita y échate a volar!" ¡Abre al bohemio, alma bohemia! ¡La libertad es la vida! JAHIVÉ ¡Si... sí! Tu violín decía todo eso... Su voz estaba hecha de revelación... Aquella historia gitana... ZINCALÍ Al oírla, tú dijiste: "¡Quién hubiera sido la Jahivé de aquella historia!" Y mi violín te decía llorando: "No hay otro Zincalí que yo, ni otra Jahivé que tú; hija de la Andorí y de Ferko el húngaro". JAHIVÉ Yo te entiendo... ZINCALÍ ¡Hija de la Andorí y de Ferko el húngaro; se entiende claro! (ya con calma) Nuestras madres cambiaron sus amuletos diciendo: "Serán marido y mujer nuestros hijos". Bajo esa estrella nacimos... He venido a que se cumpla la promesa... JAHIVÉ Sigue... ZINCALÍ He venido por ti, en nombre de un pueblo maldito, que espera de ti la única bendición. En nombre de tus hermanos he venido... ¿Qué respondes?... JAHIVÉ (reaccionando) ¡Que mientes!... ¡Yo no sé quién eres tú, ni por qué has venido!... Sospecho que en nombre de un gran odio. (pausa) ¿Cómo el hombre del violín que ríe y llora, me paga con ultrajes la admiración que le tuve?... ZINCALÍ ¿Y cómo Jahivé, se viste de colores... canta y baila en honor de Zincalí, glorioso artista?... Mas cuando el pobre zíngaro muestra su corazón... ¡Jahivé retrocede espantada! ¡Nadie ama al gitano! JAHIVÉ (conmovida) Eso no, Zincalí: Yo te digo que los amo... Verás.. Escucha: acaso mañana Klinsor tendrá un castillo como ese de tu historia de anoche... Allí daremos fiestas zíngaras, me vestiré de colores y tú contarás historias extrañas y tocarás el violín dulce y terriblemente… ¡Como tú sólo sabes hacerlo!... ZINCALÍ Y mi violín aullará y dará clamores como un eco en la noche. ¡El alma del pobre zíngaro cantará como un pájaro ciego en tu castillo! ¡Zincalí narrará cuentos extraños! ¿Eso quieres, Jahivé? JAHIVÉ Entonces rey Zincalí o quién seas, ¿tú me amas? ZINCALÍ ¡Te amo desde que oí el relato de la Golondrina! Tu nombre y tu misterio se ataron para siempre a mi corazón y a mi enigma... Ahora te he visto y es verdad. ¡Eres la flor de la tierra! ¿Cómo no amarte?... (Pausa) Zincalí vuelve la espalda a sus tribus... ¡Muere el gitano en él, para ofrecerte su corazón y su gloria!... JAHIVÉ (en éxtasis) ¡Sólo esto no llegué a soñar!... Ser la reina de los zíngaros... ¡La esposa del rey Zincalí! (Pausa) ZINCALÍ (en brusca transición) ¡Pero tal vez no sea como tú lo sueñas! Jahivé: cuando te elegí por esposa, las adivinas anunciaron que tú fuiste, hace siglos, una reina gitana... ¡La que ha de redimirnos para siempre!... JAHIVÉ ¿Qué es lo que dices?... ZINCALÍ No sé. En el descampado hay una barraca gitana. La Golondrina conoce las señas. Allá te espero a la puesta del sol. Irás o no irás. ¡Me llevarás la vida o la muerte! JAHIVÉ (aterrada) Entonces, ¿soy la hija de Ferko el húngaro?... ZINCALÍ ¡Serás quien prefieras ser! ¡Adiós, Jahivé! ¡En la barraca, a la puesta del sol! (sale) (pausa dramática) JAHIVÉ (resuelta) ¡Golondrina!... (aparece la bruja) LA ANDORÍ (melosa, pero cauta) ¿Qué manda la reina, de la raza?... JAHIVÉ Quiero saber quién eres tú. LA ANDORÍ (avanzando hacia ella). ¡Yo soy la Golondrina!... La que cambió sus amuletos con Zemfira... Y tú... ¡eres la hija de mis entrañas, la niña mía! JAHIVÉ ¡Quieta! ¡Pobre Golondrina! ¡Has bebido, y piensas que eres mi madre!... Y también por tu culpa, ha bebido Zincalí. ¡Me invita a su barraca... a la puesta del sol! LA ANDORÍ (con ansia) Y tú irás. ¿verdad?... JAHIVÉ (firme) ¡No, no iré! LA ANDORÍ (desolada, para sí) ¡Entonces, la terrible señal de sus manos no miente! JAHIVÉ ¡Qué dices?... LA ANDORÍ (aproximándose a la niña) Nada, nada... La vieja Golondrina no te guarda rencor... JAHIVÉ ¡No! ¡No te acerques, que ahora me pareces una bruja maldita! LA ANDORÍ No... Si no te haré ningún daño... Ya verás... (aparte) ¡Ya verás lo que pueden las artes de la vieja Golondrina!... ¡De esta bruja, de La Andorí... tu madre!... JAHIVÉ (retrocediendo con espanto) ¡Bruja!... ¡Bruja!... (cae el telón con calma) Cuarto Cuadro (Escenario) (Una barraca gitana. Cuelgan del techo cacharros de cobre y panderos. Unas viejas mantas de colores violentos, recubren de vistosos harapos los muros blancos, de cal. En un rincón, alumbra un farol con una mezquina luz. Puerta al foro. En primer término, Zincalí sobre un cojín, y Jahivé que, reclinada entre almohadones, lo mira como en un encantamiento. No lejos, el violín y el arco de Zincalí. Es de noche) ZINCALÍ (como un arrullo dulcísimo) Bosques y montañas para mi vagar… ¡Bes' as' ta'! La tierra rueda sin cesar... Monda de mis pasos madurando está; Bes' as' ta'... la tierra rueda sin cesar... (pausa) JAHIVÉ ¡Canta. Zincalí!... ¡Canta de nuevo esas canciones de vagabundos!... Siento que el más hermoso sueño se quiere deshacer. ¡Canta! O si no, relátame misterios del desierto... de las tribus. Decías que viajáis mucho los gitanos... ¿Cómo cruzáis las fronteras?... ¿Cómo atravesáis los mares?... ZINCALÍ Para eso ideó el gitano un invento muy gitano: el circo. JAHIVÉ ¡El circo! ¿Eras acróbata quizás?... ZINCALÍ Yo tocaba el violín, mientras seis elefantes fascinados, danzaban a mi alrededor... JAHIVÉ ¡Los elefantes como torres! ZINCALÍ Los gitanos de la India, les llaman "dioses vencidos"... No sé por qué... JAHIVÉ ¡Rey mío!... Yo no te reconocí, y por eso no te amé a la primera mirada... Ahora, dime: ¿Qué viene a ser un rey gitano? ZINCALÍ Un rey bohemio no tiene corte ni ciudad. Lleva sólo como signo, una vara de fresno. Para el camino, se la guarnece de hierro; para las fiestas se la viste de follaje. Pero nunca se la verá más florida que en el nuevo mayo, cuando yo la levante en honra tuya ante las tiendas de las tribus, en las "Santas Marías del Mar"! JAHIVÉ (extasiada) ¡En las "Santas Marías del Mar"! ZINCALÍ ¡Será mayo otra vez en la Camarga, como tantas veces fue... ¡Pero esta vez el desierto florecerá! ¿Qué es esto? - dirán todos – ¡Milagro! ¡Milagro! Y pasará inmenso y largo el convoy de las carretas gitanas... Mas ya no quedará vacía la tierra a nuestro paso. De todos los cercados, pastoras y pastores agitarán follajes, y entre canciones nunca oídas, te aclamarán por reina. ¡Y el misterio de Sara la egipcia. será por fin revelado! JAHIVÉ (con tenue voz que se va extinguiendo) ¡Resplandeciente, divino Zincalí!... No sé qué tengo... Me invade la sombra... Pero soy dichosa! (transición) ZINCALÍ (saliendo al campo) ¡Golondrina!... ¡Golondrina!... LA ANDORÍ (aparece más bruja y desaliñada que nunca) ¡Be' as' ta', rey Zincalí! ¿Qué me quieres? ZINCALÍ ¡Los caballos!... ¡Que alisten los caballos y al buque!... LA ANDORÍ (sin moverse) Eso mismo. Los caballos y al buque. ZINCALÍ ¿Pero qué?... ¿Estás borracha?... ¡Mírala!... Duerme. La ha rendido la dicha... LA ANDORÍ (aproximándose a Jahivé) Es la estrella de la raza... ¡y casi fue como una luz mala! ¡Orí, la gitana! La Golondrina deshizo la negra profecía de sus manos... (a Zincalí) La Golondrina te ha salvado. ZINCALÍ No te entiendo, Golondrina... LA ANDORÍ ¿No me entiendes? ¿No oíste nunca hablar del cáñamo de los árabes... ni de la hierba del fakir?... Mira pues, ahora, si fue tu violín el que adormeció su alma, o si fui yo, ¡con la esencia que mejor aduerme las voluntades!... ZINCALÍ ¿Qué?... ¿Eso le diste?... ¡No! ¡No es cierto!... LA ANDORÍ Le di, para apagarle la memoria. Le di, para encenderle los deseos. ZINCALÍ ¡Maldición! LA ANDORÍ ¡Anda!... ¿Y maldices ahora?... ZINCALÍ ¡Entonces, por eso vino! ¡Fue la obra de tu industria!... Ha sido mío un fantasma sin conciencia... ¡Un alma subyugada; un cuerpo enloquecido!... ¡Zincalí vino en busca de la reina Jahivé, soñando la redención de las tribus y no de una cautiva!... (pausa) ¡Golondrina, es necesario que la despiertes!... LA ANDORÍ ¿Despertarla?... ZINCALÍ ¡Ahora mismo! LA ANDORÍ ¡No... eso no! Sería horrible. Yo misma tengo miedo... Dejémosla dormida, Zincalí... Tu violín después, poco a poco, la irá dominando para siempre... ¡Ahora, los caballos y al buque!... (quiere salir, Zincalí la sujeta de un salto) ZINCALÍ ¡No se sale!... ¡Y aún te digo que aquí morirás!... ¡No se sale! ¡Despiértala! LA ANDORÍ ¡Prefiero que me mates!... Tú me mandas que le robe una dicha sin nombre... ¡No me lo puedes mandar!... ZINCALÍ ¡Soy tu rey! LA ANDORÍ ¡Estás ciego, Zincalí!... ZINCALÍ ¡Por el poder de esta vara de fresno: te lo mando! LA ANDORÍ (dominada) Bien... allá voy... (registrando sus ropas) Estos son los elixires que se deben mezclar... Será terrible, Zincalí, pero tú lo quieres. ¡Será terrible! (pausa) Ahora, si tienes ánimo... la copa. (Zincalí se la alcanza) ZINCALÍ ¡Dásela! LA ANDORÍ (se arrodilla frente a Jahivé) ¡Bebe, Jahivé!... ¡Bebe!... (pausa) Ya se hizo lo que tú querías. ¡Que Undebel te perdone! (Devuelve a Zincalí la copa y se queda con los brazos torturados sobre el pecho y la cara espantosa. Luego, se refugia en un rincón de la barraca y observa desde allí) JAHIVÉ (despierta lentamente. La mirada lejana. La voz viajera) ¡Eh, gitanos!... ¡Duque! ¡Andrés!... ¡Rey Zindelón!... ¡Y tú, rey Zincalí!... ¿Por qué se ha callado esa música?... Hasta los cielos escuchaban embelesados... ¡Seguid, seguid con las carretas adelante!... Esa tierra que veis es la Camarga. En aquella nube que desciende está escondido el vergel de la promesa... ¡Cantad, cantad, aún!... ¡Oh! ¿Qué es eso? ¡Ya no llegaremos nunca! Todo se borra... ¡Eh, gitanos!... ¡Todo se borró... todo... todo!... (pausa) (Recorriendo con la mirada llena de vaga extrañeza) Ahora, estas paredes blancas... estos panderos... ese farol... ¿Qué es esto? ZINCALÍ (suplicando dulcemente) ¡Jahivé!... JAHIVÉ ¿Y esa voz?... No sé quién eres. No sé siquiera dónde estoy… ¡Ah, sí! ¡La barraca del rey Zincalí!... He soñado también con él. Sí... yo he soñado... (y de pronto, presa de la revelación horrible) ¡No!... ¡Mentira!... ¡Yo no he soñado eso!... Yo no he podido... ¡Oh! ¡Pero tú lo sabes todo, Golondrina! ¡Tú me has dado bebedizo!... ¡Sí! ¡Qué cosa horrible... ¡Allí! ZINCALÍ ¡Piedad. Jahivé! JAHIVÉ ¡No! ¡No me toques! ¡No te acerques! ¡Estoy toda manchada, toda inmunda! ¡Apártate!... ¡Es horrible!... ¡El amor ha muerto, ha muerto asesinado! ZINCALÍ ¡Piedad para mí, Jahivé! ¡Piedad de un pueblo maldito, que desde inmensas edades, anda toda la tierra y ya no encontrará jamás la ruta perdida! JAHIVÉ Y tú, ¿quién eres?... ¡Ah! ¡Ya lo veo, ya lo veo! ¡Tú eres un oso! ¡El oso que aguardaba a la puerta de esta barraca! ¡Sí... un oso! ZINCALÍ (con acento desgarrador) ¡Jahivé!! JAHIVÉ ¡Allí!... ¡Allí!... ¡El amor ha muerto asesinado por un oso! (se desploma) LA ANDORÍ ¡Ha muerto! ZINCALÍ (llamando hacia el campo) ¡Piedad! ¡Venid!… ¡Jahivé ha muerto!... ¡Ha muerto asesinada! ¡ Piedad! ¡Piedad! (vuelve hacia Jahivé y cae de rodillas junto a ella) (Baja el telón rápidamente) Quinto Cuadro (Escenario) (Las Santas Marías del Mar. Campamento gitano al pie de los muros de la vieja iglesia. En primer término alegres grupos de mozas y mozos; todos en el suelo, a la oriental. Más allá, pero bien visible, Rumaxal sobre una jerga echando cartas. Al costado opuesto, componiendo su persona ante un espejo, canta Malena. La luz de amanecer permite divisar hasta las más lejanas tiendas y carretas gitanas) MALENA El día y la noche, la noche y el día, eran una misma dicha en el Penjab. LOS GITANOS La región dichosa de los cinco ríos: y el nombre de su agua, la felicidad. MALENA Invierno y verano, verano e invierno; por extrañas tierras en eterno errar. LOS GITANOS Pero lo más dulce sólo allá se sueña, bajo aquel hermoso cielo del Penjab. (De pronto, como obedeciendo una señal convenida, todos se lanzan a la carrera en giros pintorescos. Los mozos persiguen a las mozas queriéndoles robar un beso. Luego, enlazados en parejas comienzan a danzar) LOS GITANOS ¡Cantemos, amemos! ¡Dulce albaricoque vuestros labios son! ¡Duraznos los senos, los talles de mimbre, nosotros ardiendo de sed! LAS GITANAS ¡Cantemos, amemos! Ladrones de frutas, ladrones de besos. Si es que sois gitanos los podéis robar; ¡que por ser gitanos se os perdonará! RUMAXAL Y ahora saludad al sol que asoma, como en Turquía, diciendo: ¡In-panu-el!... que es un saludo muy grande... TODOS ¡In-panu-el! MALENA (a Rumaxal) ¿Y por qué debe hacerse un saludo tan grande? RUMAXAL ¡Hoy es el día en que tendremos reina! MALENA (despechada) ¿Seguro? RUMAXAL Y también se profetiza que la sierva Sara, se mostrará hoy a las tribus. MALENA (Irónica) ¿Y también las tres marías? RUMAXAL ¡Puede que también! (queda en primer plano arreglando su jergón para echar cartas) ¡Venid a ver ahora! MALENA (Alejándose de Rumaxal) Yo no, publicador de amarguras. RUMAXAL (leyendo las cartas) ¡Pues ved el signo de la buena suerte! El as de copas primero que es el arca que contiene toda la verdad del cielo... Y al lado, los oros que es el ojo con que todo se alcanza a ver en el mundo. ¡Venid que es éste un gran día! (se oye otra vez, algo lejana, la nostálgica canción de los gitanos) LOS GITANOS ¡El día y la noche, la noche y el día, eran una misma dicha en el Penjab. La región dichosa de los cinco ríos, y el nombre de su agua, la felicidad! ZEMFIRA (Entrando con agitación) ¡Malena! ¡Malena! Te traigo nuevas... MALENA (Indiferente) Dilas, madre del rey. ZEMFIRA ¿Sabes?... Anduve toda la pradera y allí donde dobla el camino, ya me lo dijeron... "Ves, Zemfira, allá lejos aquella polvareda?... Es que viene tu hijo Zincalí" ¿Y como viene?, Pregunté... "Solo viene", me respondieron. ¿Y la Golondrina? MALENA ¡Maldita sea!... ZEMFIRA "Viene sola también; viene que parte las almas... ¡Ha enloquecido!... y se piensa que con ella viene un oso" Nada… que Zincalí viene solo... ¿No te alegras?... MALENA ¿Alegrarme? ZEMFIRA ¡Alegrarte!... "Dicen... que la Jahivé murió! MALENA ¡De mis maldiciones habrá sido! ZEMFIRA Y que ahora el rey viene diciendo para sus adentros: "Malenilla, eso es lo mío… ¡Eh! ¿Me oyes? MALENA (impasible) Sí, te oigo... ZEMFIRA ¿Y qué respondes? RUMAXAL (interrumpiendo con sus cartas) ¡Que no, que no sale!... ¡El as de copas esconde la vedad y el as de oros no alcanza a descubrirla! (sale) LA CHUSMA GITANA ¡Hala, hala!... ¡Lo que sea ha de ser! ¡A bailar!…¡A bailar! Que hoy es la fiesta de la sierva Sara. ¡Hala, hala!... ¡Que es mayo! RUMAXAL (volviendo de pronto con voz imperiosa) ¡Callad, que viene Zincalí!... (cesa toda algarabía - gran expectativa. Entra Zincalí, llevando su vara de fresno. Su aire es digno y triste a la vez. Le siguen los reyes que conocimos en el primer acto. Se abren las puertas del templo. Todos, en silencio, esperan con sorpresa y con ansia, al ver llegar sin su reina a Zincalí) RUMAXAL ¡Bienvenido, Zincalí! ZEMFIRA ¡Bienvenido, Zincalí... que soy tu madre! ZINCALÍ ¿Mi madre?... ¿Y eso qué importa?... (Se oye la voz lacerante de la Golondrina que viene enloquecida, haciendo como si arrastrase un oso) LA ANDORÍ (por el foro) ¡Hala, hala, abrid paso!... ¡Abrid paso que traigo un oso; pero cuidado que no os devore! ¡Hala, hala, abrid paso! .. (entra a la iglesia) LA CHUSMA GITANA ¡Enloqueció la Golondrina!... (Nuevo silencio angustioso) ZINCALÍ (Con calma) Que todos oigan, que todos sepan lo que debo decir... ¡Jahivé murió! Y las mejillas y las manos de Zincalí se empaparon de lágrimas... ¡Zincalí ha visto despedazada su alma y deshecho el mayor sueño de su raza!... ¡Yo quise daros la dicha del Edén recobrado; yo quise devolveros la región hermosa de los cinco ríos!... ¡Aquel paraíso que nos arrebatara un día el gran viento de la maldición de Brahma!... Ahora, nada puedo. Perdí la fuerza sobrehumana que me revestía... y ya no sé ni puedo nada. ¡Jahivé ha muerto!... ¡Y mi corazón y mi violín, enmudecieron para siempre! ZEMFIRA ¡Oh ved ahí, si no da pena ese hijo mío que aojó la Golondrina! (Para sí) Matarla es poco para su crimen... (En voz alta) Y tan otra que fuera su suerte, al lado de Malena... ¡Mírala aún, si no merece reinar!... (avanza Malena transfigurada, terrible la fisonomía y la voz sibilante) MALENA (a Zincalí) ¡Sólo que ahora, ya no me place reinar contigo; falso rey, falso amante! ¡Por ti, me vi manchada de sangre y devorada por las sierpes de la envidia!... ¡Por ti, que no merecías más que desprecio, viví con el corazón rebosante de vergüenza!... ¡Mira cómo me río ahora del salvador que le nació a nuestra raza!... ¡Perjuro!... ¡Falsario! ... ¡Ja, ja, ja, ja! (pausa) Más mísero que nunca nuestro pueblo, emprenderá de nuevo su camino maldiciendo tu nombre a cada paso que dé sobre la tierra, como yo lo maldigo. ¡Perro! ¡Más que perro: Busné!... ¡Por ellos y por mí, maldito seas!... (sale despavorida) (sigue un silencio, triste y expectante) ZINCALÍ (acongojado) Rumaxal... Zincalí te devuelve la vara de fresno. ¡Zincalí ya no puede reinar, las maldiciones lo vencieron! (De nuevo interrumpen los gritos de la Golondrina; sale retrocediendo del templo, despavorida, como queriendo rechazar una visión extraterrena) LA ANDORÍ ¡Zincalí... Zincalí! ¡Junto al sagrario! ¡Un fantasma una visión!... ¡Es inmenso, el terror de los muertos!... (Cae de bruces. En el pórtico del templo que se ilumina, aparece la visión de Jahivé, vestida con una túnica blanca. Queda un instante inmóvil y luego avanza hacia Zincalí) LA CHUSMA GITANA ¡Es Sara!... ¡Milagro!... ZINCALÍ ¡Jahivé!... LA CHUSMA GITANA ¡Es Sara!... ¡Es Sara!... RUMAXAL ¡Zincalí!... ¡Es Sara!... Baja del cielo un camino prodigioso... se posa en la tierra... y suenan de suyo gozosas las campanas... ZINCALÍ ¡Jahivé! LA CHUSMA GITANA ¡Es Sara! ¡Milagro! (Jahivé, silenciosa, toma de manos de Rumaxal la vara de fresno y la devuelve a las de Zincalí. El cual dobla la cabeza sollozando) ZINCALÍ ¡Milagro! ¡Milagro! Mis manos han quedado fragantes a flores del Edén. RUMAXAL Zincalí, ¿serás nuestro rey? ZINCALÍ ¡Sí, lo seré!... ¡Caminaremos todos hacia el prodigio del jardín soñado! ¡Jahivé lo anuncia y Zincalí no sufrió en vano, ya que su pueblo delira de esperanza! TODOS ¡Es Sara! ¡Es Sara! ¡Milagro! (Jahivé se desliza en dirección al campamento. La siguen Zincalí y Rumaxal, los primeros. Luego la chusma gitana y por último se pone en movimiento, con un presuroso levantar de tiendas y carretas, todo el campamento, mientras se oyen cada vez más lejanas, las voces que van diciendo: ¡Milagro! ¡Milagro!) (Y aquí termina el poema del misterio gitano) Escaneado por: José Luis Roviaro 2010 |