ACTO PRIMERO


(La escena representa el parque de un señorial castillo en tierras
 castellanas. A la izquierda, entrada a un pabellón, y semioculto 
entre boscaje, el edificio del castillo, que tiene carácter y el 
aspecto de una edificación medieval. Antes de levantarse el telón 
se escucha dentro, acercándose, una canción zíngara cíngaro que cantan Iván 
y el Coro.) 

IVÁN
Cantando amarguras
recorro el sendero,
diciendo en mis cantos
mis tristes recuerdos;
y así voy pasando,
y así voy sufriendo,
y así voy llorando
mi eterna pasión.
Vivo enamorado
y es la amada mía,
la única alegría
que hay en mi canción.

CORO
Vive enamorado
y en amor confía
que ella es la alegría
que hay en su canción.

IVÁN
Y así voy pasando
y así voy sufriendo
y así voy cantando
mi ardiente pasión.
Caminar sin fin
buscando en el camino amor,
y al pasar sentir dolor
y de dolor sufrir
sangrando así 
mi pobre corazón,
que en su latir
de errante caminar
dejó sentir
su eterno sollozar,
que el amor no ha de encontrar.

TODOS
Caminar sin fin
buscando en el camino amor,
y al pasar sentir dolor
y de dolor sufrir
sangrando así 
su pobre corazón.

IVÁN
Caminar sin fin
en busca del amor.

CORO
Y al pasar hallar
espinas de dolor.

IVÁN
Canta, canta sin cesar.

CORO
Nuestro eterno caminar.

IVÁN
Que el amor no ha de encontrar.

(Se escucha el toque de unas trompas de caza. Hacen su 
entrada en escena Mario, Alfonso, Charito, Margot, Ketty, 
cazadores, ojeadores, monteros, etc. Todos visten los típicos 
trajes de caza.) 

TODOS
¡Que viva Mario!
¡Que viva el valiente cazador
que supo mostrar
arrojo y valor!
Que viva Mario,
que viva el valiente cazador.
De toda la partida
cazando es el mejor;
su suerte es en la caza
igual que en el amor.
A la caza todos marchamos
al amanecer,
que en la caza todos hallamos
un grato placer.
Correr, correr por el monte
mientras se oye sonar
la canción de las trompas
con su ronco vibrar:
la trompa sonar
yo quiero escuchar.

MARIO
¡Ah!
Tras de la jauría
que ladrando de alegría
correrá.
Bravos y ligeros
los monteros 
marcharán.
Corre la jauría
que la caza cobrará,
si el amor es mi dicha
mi placer es el cazar.
A la caza todos marchamos
al amanecer,
que en la caza todos hallamos
un grato placer.
Correr, correr por el monte
mientras se oye sonar
la canción de las trompas
con su ronco vibrar:
la trompa sonar
yo quiero escuchar.

TODOS
Que viva Mario
que viva el valiente cazador
que supo mostrar
arrojo y valor.
Cazar yo quiero,
porque es un gran placer cazar
y de la caza
quiero gozar.
Tras la dura jornada
con la caza cobrada,
la partida cansada
ya de correr y cazar
va a reposar.

Hablado 

CHARITO
¡Hurra por Mario! ¡Viva el gran cazador!

TODOS
¡Hurra!

MARIO
¡Gracias!, queridos amigos, pero el lance no merece tantos plácemes.

ERNESTO
¡Dice que no!

CHARITO
La verdad es que los jabalíes asustan a cualquiera.

MARGOT
A cualquiera... menos a éste que avanzó decidido 
a rematarlos con el cuchillo...

MARIO
Sí, pero no pude dar muerte más que a la hembra; 
el macho se escapó; ¡qué lástima!

KETTY
¡Era un hermoso ejemplar!

ALFONSO
Oye, y que puede ser peligroso para el que se lo encuentre, 
porque iba herido, y en ese estado estos animales son feroces.

ERNESTO
Y, además... habiéndole dejado viudo. Si te alcanza...

MARIO
Puede que me esté agradecidísimo, no creas. 

ERNESTO
¿Y así habla el hombre que va a casarse dentro de un mes?

MARIO
Cierto; pero es que yo... no soy jabalí, soy un hombre a quien casa la familia 
por no sé qué misteriosas conveniencias sociales, y que antes de que 
le lean la consabida epístola, ha querido despedirse de la agitada vida de soltero, 
rodeándose de amigos alegres como vosotros y de mujeres, 
también alegres, como vosotras...

CHARITO
¡Mírale qué gracioso!

MARGOT
¡Vaya un modo de señalar!

MARIO
¿Acaso la alegría es patrimonio del género masculino? 
La alegría es femenina, como vosotras, 
y con vosotras he venido a pasar estos días en pleno campo, 
en el histórico castillo de mis mayores, que no pisaba hace diez años, 
y que ahora me ha parecido más serio y más hosco que nunca, 
como si se escandalizase de ver entre sus muros 
a estas muñecas frívolas y a estos calaveras empedernidos. 
Y a propósito de calaveras, 
¿dónde está Gorón, el inconmensurable, el filósofo Gorón? 
¿Es que no ha regresado todavía?

ALFONSO
¡"Cá", hombre! ¡Es que tú, entusiasmado con la caza, 
no te has dado cuenta de su escapatoria!

MARIO
No; ¿dónde ha ido?

ERNESTO
No sé; pero al poco tiempo de salir de aquí para la cacería me dijo:
"este caballo es falso, voy a ver si lo cambio", y volvió grupas...

CHARITO
¡Ja, ja, ja! ¡Este Gorón siempre es el mismo!

MARGOT
¡Es una lapa!

MARIO
Pero muy simpático.

(Aparece el citado Gorón. Es un típico calavera madrileño, 
sinvergüenza, mujeriego y gracioso; entra con una caña de pescar, 
un sombrero de paja grande y un cesto a la espalda.)

GORÓN
¡Cómo me debéis estar poniendo!

ALFONSO
¡Mentando al ruin de Roma...!

GORÓN
¿Ruin?... ¡Hombre! 
¿No sabes que hay ciertos refranes que me molestan?...

TODOS
¡Ja... ja... ja!

GORÓN
¿De qué os reís?

CHARITO
De la facha que traes...

MARGOT
¿Quién te ha dado ese sombrero?

GORÓN
Simeona, la hija del guarda.

MARIO
Por lo visto, esa flor silvestre te ha impresionado.

GORÓN
¿Cómo?... ¿Cómo flor silvestre? 
Simeona es la rosa que nace espontánea en el campo sin que nadie la cultive, 
es la tímida violeta que crece entre zarzas y jaramagos, es la ...

MARIO
Es la novia de Cristóbal, el guarda, que es muy bruto; 
de modo que no te descuides.

GORÓN
Lo sé; ese zulú, desde hace dos días, me echa unos ojos 
que si se los echase al Cid Campeador se sincopa.

KETTY
¿Estarás asustado?

GORÓN
No, porque conozco esa mirada; es la misma de Gómez, mi sastre; 
de Regúlez, mi zapatero; y de López...

(Al ver salir detrás de la casa a Cristóbal, mozo del castillo, más bruto 
que mandado hacer, con cinco perros.)

¡mi abuela! 

MARIO
¿López, tu abuela?

GORÓN
Ha sido exclamación.

CRISTÓBAL
Con permiso

MARIO
¿Dónde vas con la jauría, Cristóbal?

CRISTÓBAL
"Na" que he "tenío" que separar a Otelo de Desdémona, 
porque el animal "s'ha" puesto galante... ¡y lo que pasa!

MARIO
Lo que pasa es lo que no nos importa.

GORÓN
No describas.

CRISTÓBAL
(Acariciando a su perro.)
Este "Mefistofueles" es un demonio "pa" la caza, 
más "buen cazaor" es, mejorando la presente.

GORÓN
No mejores nada...

MARIO
Bueno, bueno ¿dónde los llevas?

CRISTÓBAL
Ahí... a la perrera, "ande" está la perra nueva que han traído ayer tarde...

MARIO
¡Ah, sí! ¡Thais!

CRISTÓBAL
Justo, la Thais, ya la hemos "probao" esta mañana. 

GORÓN
¿Y qué tal es Thais?

CRISTÓBAL
Nosotros, bien; mi padre es el que anda con el reuma.

GORÓN
(Para sí)
¡Qué bruto!

CRISTÓBAL
Los tengo que encerrar porque como los animales se han "picao" el jabalí, 
y ahora hemos "comprao" un cerdo "mu" hermoso... mejorando lo presente.

GORÓN
Ya te he dicho que no mejores nada.

CRISTÓBAL
Bueno, "pus" podía ocurrir una "hecatarombe"

(Por lo bajo, a Gorón.)

como otra que "pué" ocurrir si algún "señoritingo" me toca la novia...

GORÓN
(Acariciando a un perro.)
¡Qué animal!

CRISTÓBAL
¿Eh?

GORÓN
¡Qué animal tan bonito!

MARIO
Bueno; ve a encerrar los perros y deja la conversación.

CRISTÓBAL
¡Lo que "usté" mande; "guas" tardes! 
¡Ganar dos reales "pa" verse con cinco perros! ¡Qué vida esta!

(Sale) 

GORÓN
¡Ja... ja... ja!

ALFONSO
Ten cuidado. Teodoro, que ése tiene más fuerza que tú.

GORÓN
Fuerza física, pero no pasional; 
de su zamarra "gañanesca" a mi capa "donjuanesca" 
hay que tomar el metro.

MARIO
Gorón, no te pongas tan profundo, mira y paladea... 

(A la puerta del cenador.)

¡Ábrete sésamo! 

TODOS
¡Olé! ¡Bien! ¡Eso, eso!

MARIO
Era mi sorpresa.

(Se abre la puerta y aparece la mesa que sirven dos criados.) 

GORÓN
¡Hermoso porvenir!

CHARITO
Espléndido lunch.

TODOS
¡A comer, a comer!

GORÓN
¡Y a beber, señores; yo voy a comenzar metiendo mano a la viuda!

(Cogiendo una botella de champán.)

MARIO
¡Pero hombre, hasta con las viudas!

ALFONSO
¡Es una fiera!

GORÓN
Es que ésta me ha sido siempre muy simpática; 
¡vaya el primer taponazo por vosotras!

(Descorcha entre risas y hurras.)

¡Brindo!...

CHARITO
¡Muy bien!

MARGOT
Vamos a ver.

ERNESTO
¡Silencio!

GORÓN
Brindo, señores, por el vino, que es lo más internacional que existe.

MARIO
Bebe y no digas tonterías.

GORÓN
¿Tonterías? 
¿Acaso en alguna ocasión prefieren el propio vino? ¡No, señores! 
Lo ingleses liban Jerez, los italianos liban cerveza; 
donde hay una botella de Burdeos, allí hay una española; 
donde hay una botella de Oporto, allí hay una francesa; 
donde hay una botella de champán, allí hay una turca.

MARGOT
No lo creas; donde hay una botella de champán, hay un "gorón"

GORÓN
¡Eres viperina!

MARGOT
¡Bueno, chicas; si os parece, 
yo creo que ya es hora de que nos quitemos estos atavíos!

GORÓN
¡Si estáis preciosas!

KETTY
Si, pero tú no sabes lo molesto que resulta este traje pie a tierra.

CHARITO
Pues andando. ¡Hasta ahora mismo!

(Salen riendo)

GORÓN
Son encantadoras estas chicas. 
Si no fuera porque está por medio Simeona, 
las enamoraría con uno cualquiera de mis procedimientos.

MARIO
Oye, oye ¿qué procedimientos son esos?

GORÓN
Innumerables; el discreteo versallesco, la elocuencia tenoriana, 
suspiros a lo Romeo, miradas a la broché y, sobre todo... el soplo. 
¡Oh! ¡de este método pienso sacar patente!

MARIO
¿El soplo?

GORÓN
Sí; como sois buenos amigos os lo revelaré en secreto. Escuchad. 
Cuando la incauta está medio atortolada por mi fraseo arrebatador, 
la suplico que me sople este ojo, para que salga 
una pajita traidora que en él se introdujo... 
Ella acerca el rostro, alarga los labios y yo... ¡zas!, 
el primer ósculo de la serie.

ALFONSO
¡Y la primera bofetada de tanda!

GORÓN
¡Se dan casos, no creas!

MARIO
Como se dan disgustos a los pescadores que sin pescar nada, 
se pasan dos horas todas las mañanas en la Hondonada del Cura 
con la caña en la mano.

GORÓN
¡"Retruca"!...
Es que allí corre un fresco agradabilísimo.

ERNESTO
El fresco eres tú.

MARIO
Es que allí se baña Simeona, la hija del guarda.

(Por la derecha Juan, viejo guarda del castillo.) 

JUAN
(Deteniéndose a la entrada.)
¿Hay licencia, señorito?

GORÓN
¡"Caray"! 
¡El padre!

MARIO
Pasa, Juan... ¿Qué hay?

JUAN
Perdone el señorito que le interrumpa; 
pero tengo que hablarle de una cosa 
que "tié" que quedar "zanjá" antes que anochezca...

GORÓN
(Para sí)
¡"Recarabina"¡
¿Se habrá enterado de mi idilio con su hija?

MARIO
Tú dirás de que se trata.

JUAN
Cuando los señoritos salieron esta mañana de caza 
llegó por la linde del río, por la parte abajo del monte, 
una tribu de gitanos que acampó con sus carros en la "hondoná" de los Chaparrales;
yo, así que me lo dijo "Usebio" el pastor, que fue el primero que los vio de venir, 
fui allá y les dije que ya podían levantar el "tablanque"... pero ellos...

MARIO
¿Se resistieron... te han faltado?

JUAN
No, no señor; muy humildemente me dijeron que estaban "fatigaos", 
que la "jorná" había "sío" larga y la "comía" corta, 
y que si el señorito les permitía "pernotar" allí... cómo hace veinte años, 
cuando pasaron por este mismo sitio, se lo permitió el padre del señorito.

Cantado

CORO
Caminar sin fin
buscando en el camino amor
y al pasar sentir dolor
y de dolor sufrir
sangrando así
mi pobre corazón.

IVÁN
Caminar sin fin 
en busca del amor.

CORO
Y al pasar hallar
espinas de dolor.

IVÁN
Canta, canta sin cesar

CORO
Nuestro eterno caminar.

Hablado 

MARIO
¡Escucha!... ¿Son ellos?

JUAN
Sí, señor; ellos son.

MARIO
¡Qué cantos tan bellos!

GORÓN
Yo que tú seguiría la costumbre paterna. 
Después de todo así tendríamos una nota de color exótico.

JUAN
Ellos mismos, que tras de mí vinieron, llegan hasta aquí para suplicarle.

GORÓN
Hazlos pasar, Mario.

ERNESTO
¡Sí; que vengan, que vengan!

MARIO
Pues ya lo oyes, que entren.

JUAN
Como "usté" ordene

(Llamando.) 

¡Acercarse!

GORÓN
(Bebiendo nuevamente.)
Esto merece otro tiento a la afligida viuda.

Cantado 

AMAPOLA
(Se adelanta con una pandereta.)
Mi canción
quiere fingir una alegría
y añorar amores
de un lejano día, 
cual mariposa que busca amor
yo voy libando de flor en flor
y así soñando voy quimeras,
y así...
soñando voy con besos
que siempre se alejan
cual nubes de ensueño,
y así... llorando voy de amor,
amor... que yo jamás he hallado.
Pues sólo mi frente mimosa
ha besado la estrella que lleva
consigo el dolor.
¡Ah! Caminar sin fin
buscando en el camino amor
y al pasar sentir dolor
y de dolor sufrir
sangrando así
mi pobre corazón
y en su latir
de errante caminar
dejó sentir
su eterno sollozar,
que el amor
no ha de encontrar.

CORO
Caminar sin fin
buscando en el camino amor
y al pasar sentir dolor
y de dolor sufrir
sangrando así
mi pobre corazón.

AMAPOLA
Caminar sin fin 
en busca del amor.

CORO
Y al pasar hallar
espinas de dolor.

IVÁN
Canta, canta sin cesar.

CORO
Nuestro eterno caminar...

AMAPOLA
Que el amor
no ha de encontrar.

AMAPOLA, IVÁN
¡Amor!

Hablado 

GORÓN
Estas gitanas son de una belleza salvaje que abisma, 
¿verdad, Mario?

MARIO
Verdad, sobre todo, 
por lo que se refiere a aquella mujer, 
que por su hermosura parece la reina de la tribu.

GORÓN
¡Y que es una reina como para sentirse monárquico!

MARIO
¡Me han conmovido vuestros cantos llenos de poesía y de emoción!

ALESKO
Agradecemos vuestra cariñosa acogida, señor Conde.

MARIO
¿Cómo? ¿Me reconoces? 
Yo no recuerdo haberte visto nunca.

ALESKO
Sólo se recuerda lo que nos interesó o lo que puede sernos útil.

GORÓN
(Para sí)
¡Este zíngaro será melenudo, pero filosofa, filosofía!

MARIO
¿Y tú quién eres?

IVÁN
(Presentándole.)
Alesko, señor, padre de todos nosotros y jefe de la tribu nómada 
que hoy acampó en tus tierras.
Tu humilde servidor es Iván, también de la errante caravana...

MARIO
¿A quién pedisteis permiso para acampar en mis posesiones?

ALESKO
Señor; hace veinte años... al cruzar por primera vez esta comarca, 
plantamos nuestras tiendas donde hoy lo hicimos; 
vivía en este castillo vuestro padre el señor Conde, 
y él nos permitió hacer alto en ese lugar varias semanas, 
y tuvo para nosotros atenciones inolvidables; 
cierto que desde entonces la nieve de los cielos cubrió muchas veces los caminos... 
pero ¿habrá podido enfriar tanta nieve el corazón de los poderosos?

IVÁN
En vuestras tierras murió mi madre, señor, que era entonces reina de la tribu, 
por eso ellas tienen algo de sagrado para nosotros. Permitidnos descansar 
unos días tan sólo, ningún daño causaremos.

MARIO
Concedido; podéis descansar los días que os plazca.

ALESKO
Gracias, señor; pero nuestro reposo jamás fue largo: 
hemos de andar, andar siempre, 
el vivir es corto y largo es el camino.

GORÓN
¡Hacéis mal en no instalaros aquí, 
ni siquiera pagaréis el inquilinato!

MARIO
Pero voy a pediros algo a cambio de mi hospitalidad.

GORÓN
¡Al fin, casero!

ERNESTO
¿Qué pretendes?

ALFONSO
¿Qué vas a pedirles?

MARIO
Algo que es muy fácil para ellos: que mañana 
cuando en unión de estos amigos visite yo vuestro campamento, 
nos esperéis ataviados con vuestras galas más vistosas 
y nos alegréis con vuestros cantos y vuestras danzas.

GORÓN
(Frotándose las manos.)
¡Una zambra!

ERNESTO
¡Magnífica idea!

ALESKO
Vuestros deseos son órdenes, señor.

MARIO
Pasaremos un rato admirable, 
porque vuestra tribu es pródiga en bellezas.

ULITA
Mujeres hay, hermosas como las estrellas de la noche.

GORÓN
(Para sí)
¡"Reflammarión"! 
Me siento astrónomo.

MARIO
¿Y tú, quién eres?

IVÁN
Señor, es la madre Ulita, la hechicera de la tribu.

GORÓN
(Para sí)
¡Yo creo que de hechicera no tiene nada!

IVÁN
La que con sus leyendas, con sus historias y sus consejos 
nos enseña y nos defiende...

MARIO
Y tú, hermosísima gitana, ¿cómo te llamas?

AMAPOLA
Amapola me dicen, señor.

ULITA
Amapola, sí, la flor, la estrella, la gloria de nuestra tribu, 
la que es símbolo y muestra de esta raza, 
que no por ser errante es menos noble.

IVÁN
Tiene el fuego del amor en las pupilas, 
y el espíritu de la belleza en el alma.

AMAPOLA
Madre Ulita, Iván,... callad, por favor.

MARIO
¿Por qué, Amapola? No han dicho más que la verdad. 
Eres la más linda mujer de la tribu, 
la más preciada joya de la caravana.

AMAPOLA
Sois muy amable, señor.

MARIO
No tanto como tu hermosura.

ULITA
(Para sí)
¡Al Conde le ha impresionado la belleza de Amapola!

IVÁN
(En voz baja)
¡Ay de él si intenta robarme su cariño!

ULITA
(En voz baja)
¡Se prudente, Iván!

ALESKO
Señor, agradecidos a vuestra bondad; 
nos retiramos, si dais licencia.

MARIO
Antes quiero obsequiaros. 
Gorón, Ernesto, acompañarles a la casa; 
que les den fiambres, vinos, los que haya. 
¡Juan, ve tu también con ellos!

ALESKO
¿Cómo agradeceros?...

MARIO
Quiero que guardéis un grato recuerdo de mí, 
como lo habéis guardado de mi padre.

ALESKO
Sois tan noble como él, señor.

GORÓN
¡Por aquí, distinguidos trashumantes!... ¡Por aquí!

(Salen hacia el pabellón. Amapola, que va a entrar la última, 
es detenida por Mario, quedando sola con él en escena.)

MARIO
No, Amapola; tú quédate.

AMAPOLA
Señor Conde.

MARIO
Nada temas. 
Si te retuve unos segundos más, 
fue tan sólo para seguir admirando tu hermosura, 
la más rara belleza que vieron jamás ojos humanos.

AMAPOLA
(Ruborosa.)
Señor...

MARIO
Amapola te llaman, y bien supo nombrarte quien así te llamó: 
como las amapolas del campo, linda y humilde; 
eres un beso del sol que floreció junto al camino.

AMAPOLA
¡Señor!

(Retirándose) 

MARIO
No te apartes. ¿Nadie te dijo qué eres hermosa?

AMAPOLA
Ignoro si lo soy, pero, por mucho que lo fuera, 
aun es mayor mi desgracia.

MARIO
¿Por qué?

AMAPOLA
Porque ¿de qué ha servido la hermosura a la que, como yo, no tiene nombre ni hogar? 
Eterna caminante de todos los caminos, en uno encontraré mi muerte, 
como encontré en otro mi vida. La felicidad no existe para mí...

MARIO
Te engañas, Amapola; la felicidad, como para todos los humanos, 
está en los caminos del mundo, iguales todos; no sabemos en el que se oculta; 
pero si acertamos a pasar por él la felicidad será con nosotros... 
y si tú eres eterna caminante de todos los caminos, 
¿quién mejor que tú podrá encontrar la felicidad?...

(Ella baja la cabeza y él se acerca mucho, hablándola en un tono íntimo.)

Eres hermosa, hermosa como ninguna mujer; 
¿quién te dice a ti que tu felicidad 
no es un hombre a quién jamás pensaste conocer 
y que quedó impresionado por tu belleza, como yo?...

(Aparece Iván, que al ver a Amapola en íntimo coloquio con Mario, no puede 
reprimir una violenta exclamación.)

IVÁN
¡Amapola!

AMAPOLA
¡Iván!

(Separándose de Mario.)

MARIO
Nada temas.

(A Amapola.)

Queda con Dios, hermosísima gitana... y no olvides lo que te he dicho.

AMAPOLA
No lo olvidaré.

MARIO
¡Me ha seducido esa mujer! 
Por un beso de su boca sería yo capaz de la mayor locura.

(Sale)

IVÁN
¿Qué es lo que te ha dicho ese hombre?

AMAPOLA
¿Y a ti qué te importa?

IVÁN
Me importa porque te amo y has de ser mía.

AMAPOLA
Nunca he de decirte lo que escuché de sus labios.

IVÁN
¿Olvidas, Amapola, que estás destinada a ser mi compañera?

AMAPOLA
¡Tu compañera sí, pero no tu esclava!
Esclava no lo es la mujer mas que del hombre a quien adora. 
Y tú...

IVÁN
No he acertado a encender en tu pecho la llama del amor, ¿verdad?

AMAPOLA
¿Y cómo has de hacerlo persiguiéndome y celándome? 
No, Iván; yo quiero ser libre, ¿lo oyes bien? 
libre para disponer de mi corazón.

IVÁN
¡Tú libre y yo esclavo!... 
Esclavo tuyo, porque te quiero con toda mi alma y con todos mis sentidos; 
porque mi sangre se rebela al pensar que puedas querer a otro...

AMAPOLA
¿Y si ese otro me comprende mejor que tú?

IVÁN
¡No, calla!... ¡No digas eso!

AMAPOLA
Sí; lo digo una y cien veces...

IVÁN
¡Amapola!

AMAPOLA
¡Iván!

IVÁN
No olvides que del amor al odio hay sólo un paso, 
y que si Iván, el desdeñado Iván, es ardiente para querer, 
no lo es menos para odiar.

AMAPOLA
¿Qué quieres decirme?

IVÁN
Lo que tu pensamiento adivina...

AMAPOLA
Serías capaz...

IVÁN
¡Por tu amor... de todo!

Cantado

IVÁN
Amor mi raza sabe conquistar,
mi raza es fuerte en el dolor,
y cuando quiere sabe odiar,
porque en el odio existe amor.
Gitana, fuiste siempre mi ensueño,
con ansia loca yo te adoré.
Fuiste mi vida, fuiste mi dueño.
¿Por qué te apartas de mi querer?

AMAPOLA
¿Por qué tu boca me brinda amores?

IVÁN
¿Por qué me matas con tu desdén?

AMAPOLA
No me atormentes, no puedo amarte.

IVÁN
Quiero ser dueño de tu querer.

AMAPOLA
Iván, no he de amarte.

IVÁN
Sí, me amarás.

AMAPOLA
No puedo ser tuya.

IVÁN
Mía serás.

LOS DOS
Es nuestro sino buscar amor,
y en el camino hallar dolor,
y en el camino hallar dolor.

IVÁN
Te juro que mía has de ser.

AMAPOLA
¡Aparta Iván!

IVÁN
Huyes de mi,
tus besos yo quiero, mujer.

AMAPOLA
¡Jamás, jamás!

IVÁN
Mi amor te di.
¿Por qué tu amor 
tan hondo ha sido
luz de mi vivir?
¿Por qué prendió 
en el alma?
¿Por qué me hiere así?
Ven gitana,
ven a mí.
¡Ah! ¿No recuerdas
de aquellas canciones
que hablaban de ilusiones
y de niños alegres nos dieron
anhelos de vivir?
Bendita tierra, te perdí
más en tu suelo he de morir.
Tierra de mi amor
no te olvidaré
y en mis tristes cantos
te recordaré.

AMAPOLA
¿Ah! Recuerdo de aquellas canciones
que hablaban de ilusiones
y de niños alegres forjaron
anhelos de vivir.

LOS DOS
Bendita tierra, te perdí,
más en tu suelo he de morir;
son tus recuerdos una flor
que en mi alma no se marchitó

IVÁN
Allí, junto al manso arroyo
cantaban los ruiseñores.

AMAPOLA
Allí, bajo el cielo claro
se encienden de amor las flores.

IVÁN
Las flores de mis amores.

AMAPOLA
Las flores de suave aroma.

IVÁN
Y amores nos dan las flores.
Mi amor quiere tu amor. 

AMAPOLA
Iván, yo nunca podré quererte.

IVÁN
Es mi cariño como la muerte.

AMAPOLA
¿La muerte, dices?

IVÁN
Porque te quiero.

AMAPOLA
¿Y amor es muerte?

IVÁN
¡Muerte son celos!

AMAPOLA
¡Nunca, nunca!

IVÁN
¡Siempre, siempre!

LOS DOS
Serás gitana/no mi perdición.
Por nuestra raza te juro aquí...
...que he de negarte mi corazón
...que si te niegas a mi pasión
antes que tuya/de otro morir.

AMAPOLA
Morir.

IVÁN
Yo te juro Amapola
que tú has de ser mía.
Yo te juro gitana
que tú me has de amar.
Yo te juro que nadie
robarme podría
tu cariño, que yo sé matar,
matar y amar.

LOS DOS
Amor, mi raza sabe conquistar
y como es fuerte en el dolor
también sabe odiar.

(Aparecen Alesko, Ulita, Gorón, Mario y zíngaros.)

Hablado 

ALESKO
Agradecidísimos quedamos, señor Conde a vuestras atenciones.

ULITA
Y ahora, con vuestra licencia...

MARIO
Partid; pero no olvidéis mi petición.

ULITA
Descuidad; mañana os esperamos en nuestro campamento, 
para entreteneros con una de nuestras típicas fiestas.

MARIO
No faltes tú, Amapola. 
Quiero volver a oírte cantar. Hasta mañana.

AMAPOLA
Hasta mañana, señor Conde.

IVÁN
(Para sí)
¡Me matan los celos!

GORÓN
(Para sí)
¡Estos han debido de tener bronca!

ALESKO
¿Vamos?

ULITA
Vamos

(Alesko, Ulita, Amapola y los zíngaros salen)

GORÓN
Parece que esa trotamundos te ha hecho tilín ¿eh?

MARIO
Es la mujer más hermosa que he conocido.

GORÓN
¡Chico, con qué fuego lo dices!

MARIO
¡Acompáñame, voy a mudarme de ropa!

GORÓN
¡Caray! ¿A qué te nos has enamorado?

(Entran en la casa. Sale Simeona, una guapa e inocentona moza; 
viene asustada y mirando atrás.)

SIMEONA
¡Madre mía!

CRISTÓBAL
(Cómo espiándola.)
¿"Ande" vas?

SIMEONA
¡Ay! ¡Me has "asustao"!

CRISTÓBAL
El que algo teme, algo ha hecho.

SIMEONA
¿Yo? Yo no he hecho nada.
Es que me dan mucho miedo los osos que han traído los gitanos.

CRISTÓBAL
¿Sí, "verdá"?

SIMEONA
Y como yo tengo la costumbre de bañarme en el río junto a la "Hondoná" del Cura, 
y allí hay frutales, pues resulta que los he visto de ir allí a comerse la fruta caída.

CRISTÓBAL
No son esos los osos que me "tién" a mi con "cuidao", no; 
yo a los que temo es a los de dos patas.

SIMEONA
(Ingenuamente.)
¡Esas son monas!

CRISTÓBAL
¡"U" monos!

SIMEONA
Lo mismo da.

CRISTÓBAL
No da lo mismo, y cuenta que como te vea a hacer más arrumacos a ese "señoritingo" 
"Gorrón" te doy un guantazo en las narices que van a creerse que "tiés" erisipela.

SIMEONA
¡Qué bruto eres!

CRISTÓBAL
"Mu" bruto, pero también "mu" hombre; de "mó" que ya lo sabes; 
como te vea de palique con ese lechuguino, que no le da más que por pescar, 
te salto un ojo.

SIMEONA
Pero si yo no tengo "na" que ver con ese señorito.

CRISTÓBAL
¡Por si acaso; el que avisa no es traidor!

SIMEONA
Yo te juro que...

CRISTÓBAL
No me jures "na"... "miá" que te doy.

(La amenaza y ella huye de su alcance. Aparece el señor Juan.)

JUAN
¿Qué es eso?

(Baja y sujeta a Cristóbal.) 

¡"Amos", no seas podenco! ¿"Quiés dejar ya a la chica?

CRISTÓBAL
Si es que...

SIMEONA
Diga "usté" que no, padre.

JUAN
Tendría gracia que me la pegaras...

CRISTÓBAL
Si se la pego es porque ella me la pega.

SIMEONA
No haga "usté" caso, padre.

JUAN
Siempre andáis a la greña. 

CRISTÓBAL
Es que desde que han venido los señoritos está "encalabriná"

JUAN
¡"Encalabriná"!... 
Anda, ven conmigo que me "tiés" que ayudar a desollar el jabalí.

CRISTÓBAL
Lo que "usté" mande; pero "coste" que como la vea...

JUAN
(Empujándole.)
Anda, hombre, anda.

(A ella.) 

Ahí te quedas, ten "cuidao" por si te necesitan los señores.

CRISTÓBAL
(Con ira)
¡Los señores!

JUAN
He dicho que andes.

(Se lo lleva a empujones. Aparece Gorón. Baja, se fija en Simeona 
y sonríe pícaramente.)

GORÓN
¡Sola! ¡Ésta es la ocasión!

(Acercándose a ella por detrás.)

¡Bella ondina!

SIMEONA
¡Ay!

(Viéndole.) 

¡Ah! ¿es "usté"?

GORÓN
¿Pues quién creías qué era?

SIMEONA
Un oso.

GORÓN
¡Caramba! La comparación no es muy halagüeña!...

SIMEONA
Si viera "usté" desde que han venido los gitanos con esos osos, tengo un miedo...

GORÓN
¿Miedo tú, madrigal "gutierrecetinesco"?

SIMEONA
¡Je, je! Que cosas tan bonitas dice "usté"...

GORÓN
(Para sí)
¡Caray, está que ni modelada!

(A Simeona) 

¿Oye, tú te bañas muy a menudo?

SIMEONA
Sí, señor; en la "Hondoná" del Cura.

GORÓN
¡"Rebonete", qué suerte! 
¿Y no te has fijado nunca si tienes un lunar aquí en la paletilla izquierda?...

SIMEONA
(Con ingenuidad.)
No, señor.

GORÓN
Pues negro mate, pero de un mate acharolado; 
una cosa así como una mosca picando en un queso de Burgos.

SIMEONA
¿"Usté" lo ha visto?

GORÓN
Yo, no... no... 

(Para sí) 

¡Caray, por poco me cuelo y pierdo el panorama!

(A Simeona) 

Ni siquiera sé hacia donde cae esa hondonada...

SIMEONA
Por aquí, a la izquierda.

GORÓN
Sí, junto a los chaparrales...

SIMEONA
¿No decía "usté" que no lo sabía?

GORÓN
Es que me lo figuro; porque para bañarse, allí es donde hay más agua...

SIMEONA
Como que a mi me llega por aquí...

(Señalándose el pecho.)

GORÓN
¿Por donde dices?

SIMEONA
Por aquí...

GORÓN
¿Por?... 

(Para sí) 

¡Me veo de anfibio!

(A Simeona) 

Y tú ¿nadas bien?

SIMEONA
¡Anda, ya lo creo!

GORÓN
Verdaderamente tu no necesitas calabazas, 
porque te debes sostener admirablemente a flote con esto... ¿No?

(Le toca las caderas.)

SIMEONA
Sí, sí, señor...

GORÓN
Y luego con estos brazos...

(Tocándoselos.)

cortarás el agua deliciosamente...

(Cogiéndola los brazos y aprovechándose.) 

¿Cómo los pones?... ¿Así?... ¿O así...?

SIMEONA
Así.

GORÓN
¿Así?... 

(Para sí) 

¡Así está que "cloroformiza"!

(A Simeona) 

Pues mira, debes ponerlos así.

SIMEONA
¡Qué cosas tiene "usté" señorito Teodoro!

GORÓN
¡Y qué cosas tienes tú, hija mía! 
Pero mira, llámame Doro, nada más.

SIMEONA
¿Por qué?

GORÓN
Porque el final de los nombres es mucho más cariñoso, ¿sabes? 
Por ejemplo: Rosalinda, le quitas la Rosa y se queda Linda. 
Felisa, le quitas la Fe y se queda Lisa. Gaspara, le quitas el Gas y se queda Para.

SIMEONA
¿Para qué?

GORÓN
Para que la alumbren: más práctico. ¿Tú te llamas?

SIMEONA
¡Simeona!

GORÓN
¡"Carape"! Pues a ti no es posible quitarte el Si...

SIMEONA
¿No?

GORÓN
Sí, digo no... Oye, y mañana ¿te bañas también?

SIMEONA
Si no están los osos, sí; es que los tengo tanto miedo, que si veo un oso me desmayo...

GORÓN
¡Es una idea!

SIMEONA
¿Qué dice "usté"?

GORÓN
Que es una mala idea dejar sueltos a esos animalitos. 

(Para sí) 

¡"Resalomón"! ¡Qué inspiración! 
¡Este procedimiento es inédito, pero va a ser definitivo!

(A Simeona) 

¿De modo que estás segura que te desmayas?

SIMEONA
Segurísima, ya lo creo

(Con mimo.)

GORÓN
(Para sí)
¡Hay que boca más dulce! ¡ha llegado la hora!

(Fingiendo que le ha entrado una paja en el ojo)

¡Ay! ¡Ay!

SIMEONA
¿Qué le pasa a "usté"?

GORÓN
¡Una pajita! ¡Que se me ha metido una pajita en este ojo! 
¿Quieres hacer el favor de soplarme en la pupila?

SIMEONA
¡Ya lo creo!

GORÓN
¿Bueno, pero me soplas o no me soplas?

SIMEONA
Si no se está "usté" quieto.

GORÓN
No me estoy quieto por la pajita. Tú no sabes lo que molesta.

SIMEONA
Bueno; pues cierre "usté" los ojos.

GORÓN
¿Para qué?

SIMEONA
Si no, no le soplo.

GORÓN
Como quieras.

(Aparte.) 

En cuanto la sienta venir le doy un apechugón que la "extraplanizo".

CRISTÓBAL
(Saliendo.)
¡Mi madre!

SIMEONA
¡Cristóbal!

CRISTÓBAL
¡Chist!... 

GORÓN
Me soplas un ojo o abro el otro.

SIMEONA
Aguárdese un momento.

(Cristóbal por señas le dice a Simeona que se vaya. Esta lo hace 
y entonces él, acercándose muy despacio a Gorón, le da un soplido 
que le hace caer en una silla.)

GORÓN
¡Caray! ¡El Simún!

CRISTÓBAL
(Con guasa.)
¿Ha salido ya la pajita?

GORÓN
¡La pajita y la niña!

CRISTÓBAL
La niña es la que le "tié" a "usté" con "cuidao", ¿verdad? 
¡Pues abra "usté" el ojo.

GORÓN
¡Pero si me los has cerrado para un trimestre! 
Oye, ¿pero de verdad no traías fuelle?

CRISTÓBAL
¡Lo que tengo es unos pulmones!

GORÓN
Bueno, pues muchas gracias por tu atención...

CRISTÓBAL
No hay de qué darlas, y otra vez cuando quiera "usté" que le soplen algo 
me avisa "usté" a mí, que yo sé soplar a los hombres. 

(Sale mirándole airadamente. Durante todo lo anterior ha oscurecido.) 

GORÓN
¡Bueno! Este bruto nació para vendaval. 
Y que debe tener una fuerza, a juzgar por los pulmones... 
Si es verdad que la vida es un soplo, 
este bárbaro le deja en mantillas a Matusalén.

(Por la escalinata, Mario, Alfonso y Ernesto.) 

MARIO
Pero ¿estás aquí?

ERNESTO
No andará lejos Simeona.

ALFONSO
Oye... ¿qué tienes en ese ojo?

GORÓN
Que me ha dado un aire.

ERNESTO
Tú siempre el mismo.

ALFONSO
¿Y ésas?

GORÓN
Aún no han bajado; 
ya sabéis lo que son las mujeres: tardan un siglo en arreglarse...

(Se iluminan las ventanas del pabellón.)

ALFONSO
¡Mirad, han encendido!

ERNESTO
¡Margot!... ¡Charito!

GORÓN
Hombre, no seas vulgar, ¿vas a llamar a gritos como los gañanes? 
Mira, el momento es propicio; la noche es tibia, la luna alumbra el bosque, 
y el castillo de nuestras infanzonas ha iluminado sus ventanas...

ALFONSO
¿Estás loco?

ERNESTO
¿Qué dices?

GORÓN
Nosotros, trovadores provenzales, llegamos bajo el alféizar, 
templamos la guzla y cantamos una galante serenata. 
Aquí está la guzla.

(Coge una botella y una cuchara.)

Imitadme.

(Los otros hacen lo propio.)

ERNESTO
(Fijándose en Mario que desde el principio de la escena 
esta preocupado, en una silla.)
Mario, ¿qué te ocurre?

MARIO
¡Nada!

GORÓN
¡Ah! ¿Aún te dura la emoción de la zíngara?

MARIO
¡Qué locura!

GORÓN
Pues no seas niño; coge otro instrumento y acompáñanos a "serenatear"

MARIO
¡Tienes razón! ¡Adelante!

GORÓN
¡A la una, a las dos, a las tres!

Cantado 

GORÓN, ALFONSO
¡La, ra, la la. La ra, la la!

ERNESTO
¡La ra la, la ra la la ra!

GORÓN
Seguidme, troveros,
que allí la princesa está
y al punto despertará,
escucha mi chata
esta dulce serenata.

ERNESTO, ALFONSO
¡La nata!

GORÓN
Asómate al aljimez,
asómate de una vez,
sal mi castellana,
sal a la ventana,
sal, sal, sal, mi sol.

GORÓN, ALFONSO
Asómate, por favor.

ERNESTO
Que quiero cantarte, amor.

GORÓN
Asómate, Leonor.

GORÓN, ALFONSO, ERNESTO
Que es el trovador.

MARIO
Trovadores, basta de cantos,
pues si os llegan a oír,
con esta canción no van a salir;
escuchad que voy a cantar,
aprended los cuatro 
a trovar.
Oye hermosa prisionera,
la más gentil y hechicera,
la inspiradora
de mi quimera,
que en el misterio
de tu cautiverio
buscas el imperio 
del amor.
Ante la reja escondida
de tu ventana florida
los dulces sones
de sus canciones,
de amor herido,
y por amor vencido,
lanza tu rendido
trovador.
Sultana
yo soy un peregrino de amor
Sultana, 
escucha al trovador
sultana,
galana,
la ofrenda de mi amor
será roja flor
que trajo el trovador
de amor.
Óyeme, óyeme,
oye mi cantar,
oye a tu juglar.
Sultana, galana,
tu amor viene a implorar
el cantar del juglar.
Sultana, 
oirás al abrir tu ventana
el cantar del juglar.

(Al terminar el número salen del pabellón Ketty, Margot y Charito.) 

Hablado 

MARGOT
¡Admirable!

CHARITO
¡Muchas gracias!

KETTY
¡Sois amabilísimos!

GORÓN
¿Os ha gustado?... pues ha sido idea mía.

MARGOT
La idea puede que haya sido tuya; pero lo que es la voz...

GORÓN
¡Ah! ¿pero es que yo estoy mal de canto?

CHARITO
Tu estás mal de canto y de frente; no te hagas ilusiones.

GORÓN
Muchas gracias, pero tú no eres mi tipo.

KETTY
La voz que ha entonado la serenata era una voz dulce, melodiosa....

GORÓN
¡Claro! La voz de un hombre que acaba de enamorarse como un burro.

KETTY
¡Ah!... ¿Pero es que Mario?...

GORÓN
Sí, hija, sí; se nos ha "enzingarado".

MARIO
¿Qué dices?

CHARITO
A ver, a ver; explícanos eso.

MARIO
No le hagáis caso.

GORÓN
¿Cómo que no? 
¿Vas a negarme, Abelardo, que has encontrado a tu Eloísa, 
en esa zíngara, inculta, pero bella?

KETTY
¿Pero esas tenemos?

ERNESTO
Esas y otras; porque mañana vamos a juerguearnos por todo lo alto.

MARIO
Es verdad, que no sabéis la sorpresa que os preparo.

ELLAS
¿Cuál es?... ¿Cuál es?...

MARIO
Que, aprovechando la llegada a estas cercanías de una tribu gitana, 
mañana visitaremos su campamento y presenciaremos una de sus típicas fiestas.

ERNESTO
Habrá cante.

ALFONSO
Habrá baile.

GORÓN
Habrá gitanillas hechiceras, en fin, una zambra en toda regla.

ELLAS
¡Ay, que bien! ¡Cómo nos vamos a divertir!

GORÓN
Nada, que de esta hecha, aprendo a tocar el pandero, 
enseño a bailar a un oso y cojo una mona...

MARIO
Eso lo haces con mucha frecuencia.

GORÓN
...cojo una mona y la enseño a dar saltos mortales.

ERNESTO
Eso ya es más difícil.

GORÓN
Lo único cierto es que tú

(Por Mario.)

estás que sorbes los huracanes por esa Amapola...

CHARITO
¿Amapola?

GORÓN
Sí; ese es el nombre de la zíngara hechicera...

MARIO
Tú lo has dicho, Gorón: hechicera, 
porque con su belleza me ha robado la tranquilidad, 
me ha seducido, me ha hechizado, en una palabra.

ALFONSO
¡Pero Mario!

ERNESTO
El hombre que, como tú, ha tenido a su disposición las mejores mujeres de Madrid, 
no tiene derecho a enamorarse de una vagabunda...

MARIO
¿Qué queréis?... ¿Es tan hermosa?

AMAPOLA
(Dentro gritando.)
¡Socorro! ¡Auxilio!

MARIO
¿Qué es eso?... ¡Es su voz!

CHARITO
¿Qué dices?

MARIO
¡La voz de Amapola!

JUAN
(Saliendo.)
El jabalí que ha herido "usté" esta tarde...

MARIO
¿Qué?

JUAN
Que me "paece" que ha "atacao" a una de las gitanas...

MARIO
¿Será ella? 
¡Corramos!

ERNESTO
¡Cada uno por un lado!

CHARITO
¡Qué miedo!

MARGOT
¡Una fiera suelta!

GORÓN
¡Una fiera! ¡Si la ha visto Simeona se ha desmayado! 
¡Voy a ver!

(Todos salen. Al poco, entra Mario con Amapola desmayada en los brazos) 

Cantado 

MARIO
¡Gran Dios! Es la gitana.
No me engañó el corazón,
al correr presuroso a salvarla.
Su cara de nieve y rosa
es pálida azucena,
que enciende el coral de su boca.
¡Qué hermosa!
Ya vuele a la vida
su cara es una rosa
de rubor encendida.
¡Qué bella está dormida!
¡Qué bella es su figura!
Su boca, fresca y pura,
nació para besar.
Belleza presentida
de frescos labios rojos,
besar quiero de hinojos
tu boca de coral.
¡Amapola! ¡Despierta!
¡Amapola! ¡Mi reina!

AMAPOLA
¿Dónde estoy, sueño ha sido?
¡Ah, qué miro, oh, señor!
¿En vuestros brazos?

MARIO
No temas
que estos brazos te salvaron.

AMAPOLA
¡Dejadme, dejadme marchar!

MARIO
¡Jamás, que el amor
en mi pecho has hecho despertar!

AMAPOLA
No, que en mi pecho, señor
no nació para mí su amor.

MARIO
Te juro, Amapola, 
por mi honor, 
que es esto amor.

AMAPOLA
No es amor.

MARIO
Esto es amor.

AMAPOLA
¡Callad, señor!

MARIO
Oye, gitana, 
la de los ojos negros,
la de la boca grana
cual vivo coral,
en tus labios hay mieles
y hay rubor de claveles,
y en ellos quiero,
sultana mía,
mi beso dejar. ¡Ah!...
Por un beso de amores
de tu boca encendida,
diera toda una vida
y un amor,
que otra vida galana
me darían, gitana,
tus labios en flor.
Ven a mí,
ven sultana,
sin tus labios de grana,
sin tus encantos
mi flor temprana,
me muero de amor.
¡Ah! Tú has de ser mía,
ven vida mía sin temor,
la leyenda esa olvida
que en mis brazos mi vida,
te espera el amor,
mi amor que supo elevarse
con esta pasión
bien sabrá cultivar
tu corazón.

AMAPOLA
Es la fuente del mal 
mi belleza fatal;
mis labios matan,
está en mis labios la muerte,
yo no quiero perderte
si hay que morir
que la muerte
nos vuelva a unir,
ilusión de mi amor,
mi divina ilusión,
por ti vibra
el corazón.

(Sale Madre Ulita)

Hablado 

ULITA
¡No, Conde, no la beses! 
Sería tu muerte. 
Escucha esta leyenda zíngara:
"La madre de Amapola
fue de tal hermosura,
que quizá bajo el cielo
no encontrase rival.
Los artistas más grandes
copiaron su figura
y se rindió a sus plantas
una corona real.
Por tan altos amores 
renegó de su raza,
dejó el vivir errante
por más noble vivir,
sin pensar que en el mundo
lo que el Amor enlaza
el tiempo y el hastío
lo suelen desunir.
Flor de amor, marchitóse
como todas las flores, 
y al mirarse humillada
por aquel que adoró,
estrechando a Amapola,
fruto de sus amores,
enferma y vacilante,
con nosotras volvió.
Vino herida de muerte 
y al sentir que moría,
una noche a la tribu
nos hizo reunir;
acercóse a Amapola,
que inocente dormía,
y con cálido acento
la oímos predecir:
¡Hija!, serás hermosa 
como hermosa yo he sido;
pero ya que te lego
mi belleza fatal,
no quiero que por ella
sufras como he sufrido.
La hermosura de las hembras
es la fuente del mal.
De su perverso encanto
yo quiero defenderte,
tú esquivarás las redes
donde yo me prendí,
que aunque va a separarnos 
para siempre la muerte,
con mi postrer conjuro
velaré sobre ti...
Anhelarán las mieles 
de tu boca encendida;
pero aquel que en tus labios
ponga un beso de amor,
morirá, que la muerte
va en ellos escondida
como víbora oculta
en una roja flor."
Ahora besa si quieres esos labios tan rojos
que su oculta leyenda para ti recité...

MARIO
¿Qué me importa la muerte si me miran sus ojos?
¡Esos labios de grana besaré... besaré!

(Madre Ulita va llevándose poco a poco a Amapola, que vuelve los ojos 
hacia Mario, y en el momento de empezar a cantar éste, se desprende 
de madre Ulita y se arroja en los brazos de su amor. Luego Amapola, 
como comprendiendo la locura que iba a cometer, se desprende 
violentamente de los brazos de Mario y huye con Madre Ulita, 
soltando una carcajada nerviosa.) 

MARIO
(Llamando.)
¡Amapola! ¡Amapola!

(Se vuelve a oír dentro la risa de ella.) 

¡Boca de risa loca
por la muerte defendida,
yo he de besar esa boca
aunque me cueste la vida!


ACTO SEGUNDO 


(El campamento de los gitanos. Toscas tiendas levantadas por ellos. 
Aparecen en escena: Iván, afilando un cuchillo; la Madre Ulita, 
peinando a una niña; varias zíngaras haciendo cestas y otras 
pintándolas; zíngaros con martillos dándole a un yunque y otros 
forjando unos calderos.)

Cantado 

CORO
Quien trabaja cantando
va el trabajo aliviando,
y por eso le quiero alegrar
ayudándole con mi cantar.

ELLAS
Los que mienten quereres 
a las pobres mujeres
si algún día dan el corazón
su cariño pagan con traición.

CORO
Canta, canta 
que tu canto es alegría.
Canta, canta 
la tristeza que hay en el vivir.

ELLAS
Canastitos, canastos
de mis amores
para la ropa blanca 
como la nieve,
salpicado de aromas
de lindas flores
que la brisa del campo
risueña mueve.

GURKO
(Esquilando a un burro.)
Compañero, compañero 
de la errante caravana,
encontrado en un sendero
a la luz de la mañana,
pon el rostro placentero,
ten la planta más galana,
compañero, compañero
de la errante caravana,
compañero, compañero.

ULITA
(Recitado.)
¡Vamos! Estáte un poco quieta, hija,
que pareces un rabo de lagartija.

NIÑA
(A la que está peinando la Madre Ulita.)
¡Vamos "agüela"
si es que en vez de peinarme 
usted me pela.

CORO
(Cantando.)
Quien trabaja cantando
va el trabajo aliviando,
y por eso le quiero alegrar
ayudándole con mi cantar.

ELLAS
Los que mienten quereres 
a las pobres mujeres,
si algún día dan el corazón
su cariño pagan con traición.

CORO
Canta, canta 
que tu canto es alegría.
Canta, canta 
la tristeza que hay en el vivir.

IVÁN
(Afilando el cuchillo.)
Hecho de un rayo de luna 
tu filo de acero
defiende mi amor.
Tú eres mi sola fortuna,
mi fiel compañero
de amor y dolor.
Brilla, cuchillo afilado, 
que quiero que busques
en su corazón
todo el amor que le han dado
y a mi me han robado
con fiera traición.
A solas con mi penar
tú sólo sabes mi desventura,
tú sabes de la amargura,
de los tormentos de un hondo amar.
Brilla cuchillo de fino acero, 
brille tu filo como centella,
tú has de vengarme fiel compañero,
tú has de vengarme traiciones de ella.

CORO
Jura vengarse, 
honda es su pena.
Su odio es terrible, 
sufre y espera.
Arden sus ojos, 
tiemblan sus manos,
su amor le mata
cruel desengaño.

IVÁN
Tú has de vengarme 
fiel compañero,
tú has de vengarme 
traiciones de ella.

CORO
Quien trabaja cantando
va el trabajo aliviando,
y por eso le quiero alegrar
ayudándole con mi cantar.

Hablado 

ALESKO
Bueno, muchachos, dad de mano a la labor, 
que hay que prepararse a recibir la visita de los señores, 
para después comenzar a recoger el campamento.

GURKO
¿Marchamos esta tarde?

ALESKO
En cuanto anochezca: 
ahora, en otoño, son mejores para caminar 
las estrellas que las lumbres del sol.

IVÁN
Sí, padre Alesko; vámonos pronto de esta tierra maldita.

CORO
¡No digas eso, Iván, que buena hospitalidad hemos encontrado en ella!

GURKO
¡Si así fuera siempre!

ULITA
A Iván le ha parecido demasiado cariñosa la acogida, ¿verdad, Iván?

IVÁN
No quiero tratar con los que nos desprecian.

CORO
¿Llamas desprecio a la caridad?

ALESKO
De acero es tu cuerpo, Iván; pero tu corazón es de niño: 
tus celos del señor Conde pudieran costarnos caro; 
y como dentro de poco él ha de venir al campamento debo advertirte...

IVÁN
Nada, padre Alesko; yo no he de estar aquí, no quiero verlos.

ULITA
Estarás para ofrecerles pieles y gargantillas: es preciso agradarles...

CORO
Yo les diré la buenaventura.

ALESKO
No; será Amapola quien se la diga, 
que ella sabe leer en los astros y en las líneas de la mano...

IVÁN
¡Ella, no!

ULITA
Iván... ¡Estás celoso!

IVÁN
A nadie le importa...

ULITA
A todos. 
Óyeme a mí, que viví mucho y la vida fue la maestra 
que me enseñó la ciencia del bien y del mal. 
No celes a Amapola, Iván; ella es la más hermosa de la tribu; 
su rostro hechicero atrae las miradas de todos 
y no deja que se fijen en la pobreza de nuestras tiendas... 
Si el señor Conde puso en ella sus ojos, no temas, 
que el capricho es pasajero y nuestro vivir errante es eterno; 
y si ella le mira agradecida y en la buenaventura le presagia dichas y amores, 
no temas tampoco, que él la salvó la vida 
y es justo que antes de reanudar el camino 
pague el favor con una sonrisa. 
Pero si ella faltase a tu amor, la Madre Ulita sabría defenderte 
con sus leyendas y con sus verdades... ¿Hablaste con Amapola?

IVÁN
No, Madre Ulita; me esquiva, huye, se aleja de mí.

ALESKO
¡Andad a cuanto os dije, que la tarde avanza!

ULITA
Vamos, hijo Iván; yo defenderé tu amor.

IVÁN
Yo también sabré defenderlo.

(Salen todos.)

GORÓN
(Dentro.)
¡So!... ¡Soo!...

(Entrando)

¡"Caray", qué caballito! 
¡Nada! ¡Está visto que tengo desgracia para los animales! 
Ayer, en la cacería, me largaron uno más falso que el alma de Judas, 
no hacía más que encabritarse y relinchar atrozmente... 
¡y que duro de boca el tal caballito!.... Duro y falso, me dije, ¡pues a cambiarlo! 
¡Y hay que ver el trabajo que me costó!... 
Hoy me dijo el encargado de las caballerizas: se va usted a llevar 
el mejor caballo de la cuadra; y me largó éste, que según él, 
ha ganado siete copas en las carreras; cuidado que yo le dije: 
Mire usted que no quiero jugar con el caballo de copas; pero como si no; 
y, efectivamente ha venido el camino bailando la rumba ...¡Estoy molido! 
¡Indudablemente yo no nací para jockey!

CORAL
(Con un cantarillo en la cadera.)
¡En seguida vuelvo!

GORÓN
(Al verla.)
¡"Recíngaro"! ¡Qué flor silvestre!...
¡Es una monada!...

(Por el mismo sitio que Coral, hacen salida Estrella, Clavellina, Violeta 
y Rocío, cuatro bellas gitanas, con sus respectivos cantarillos.)

ESTRELLA
¡No tardamos!

GORÓN
¡Mi acaudalada madre! 
¡Qué invasión de bellezas naturales!

(Llamándolas.)

¡Chist!... ¡chist!

CORO
¿Deseaba algo el señor?

GORÓN
¿Hacia donde vas, porcelana "talavereña"?

CORO
A la fuente, a llenar este cantarillo.

GORÓN
¿Y éstas también van a la fuente?

ESTRELLA
También.

GORÓN
¿Y también a llenar el cantarillo?

CLAVELLINA
Sí, señor.

GORÓN
(Suspirando.)
¡Ay, quien fuera él!

CORO
¿Por qué?

GORÓN
Porque va aposentado en un sitio delicioso.

CORO
¿Cuál?

GORÓN
(Tocándose la cadera.)
Éste.

(Para sí) 

¡"Regeometría"! ¡Qué curva más pronunciada!

(En voz alta) 

Oye, ¿pero no te pones aquí ninguna almohadilla?

CORO
No, señor; como sólo vamos a la fuente, ésa de la plaza de los Álamos....

GORÓN
¡Caramba!, pues eso está bastante lejos, 
si fueseis aquí al lado lo comprendería, pero créeme, 
yendo a la plaza, deberías llevar la almohadilla.

CORO
¿Por qué?

GORÓN
Porque el cántaro te debe hacer un daño horrible.

CORO
No lo crea "usté"

GORÓN
(Tocando a Estrella para convencerse.)
Y tú ¿tampoco te pones nada aquí?

ESTRELLA
Nada.

GORÓN
(Para sí)
¡Mi octogenaria abuela! ¡Ésta sí que está "amazacotada"

(En voz alta) 

Pues a mí me parece que este lado está más hundido que éste.

(Tocándola, como es natural.)

ESTRELLA
Ilusiones.

GORÓN
Puede, puede que sean ilusiones: pero yo juraría que... claro, 
como aquí llevas el cantarillo, resulta que este lado... ¿comprendes?... que este...

(Desmayándose)

¡Ay!

CORO
¿Qué le pasa?

GORÓN
Que me voy al este, digo al otro, es decir, a la otra...

(Tocando a Clavellina.) 

¡A ver si tienes menos desnivel!

TODAS
¡Ja, ja, ja!...

GORÓN
¡Ay, qué bocas, San Timoteo! ¿Y vosotras de dónde sois?

CORO
De la isla de Chipre.

GORÓN
¿De la isla? ¡Pues en mi vida he visto unas bocas más saladas! 
¿Y todas sois de allí?

ESTRELLA
No, señor, yo soy de Basilea.

CORO
Y yo de Chipre.

GORÓN
Comprendido; tú eres Basilisa y esta "Chipriana". 
¿Y vosotras?

CLAVELLINA
Nosotras hemos nacido a orillas del Danubio.

CORO
Señor, no os extrañe que cada una seamos de distinta tierra; 
fue tan errante el vivir de nuestros padres. que Clavellina, Violeta y Rocío 
nacieron en Bohemia, mientras Estrella lleva en sus ojos la luz de Suiza.

GORÓN
¡Qué lindos nombres! ¿Y tú como te llamas?

CORAL
Coral me llamo.

GORÓN
(Para sí)
¿Coral?... Por coger este coral me hacía yo buzo. 

(En voz alta) 

Y decidme: desde luego vosotras debéis ser 
unas "cantarinas" y unas danzarinas consumadas.

CORO
Cantamos y bailamos las danzas de nuestra tribu, siempre tristes y evocadoras.

GORÓN
Pues es una lástima, porque vosotras, con esos talles tan estupendos, 
os cimbrearíais de una manera inimitable en el fox-trot.

CORO
¿Eso qué es?

GORÓN
Un baile prodigioso que podría adaptarse muy bien a vuestro ambiente. 

(Para sí) 

¡Ah, qué idea!

ESTRELLA
¿Sí?

GORÓN
Sí, veréis: dejad los cantarillos y aproximaos, 
que os voy a dar una lección de la última palabra de la coreografía, 
el fox-trot gitano. 

(Para sí) 

¡Aprovéchate Gorón, que eres el amo...!

Cantado 

GORÓN
Se pone el cuerpo así,
con mucha distinción,
y se baila como en Francia,
con soltura y elegancia,
con "esprit" y "sanfasón".
Pom, pom, pom.
Qué vaivén tiene el fox,
mueves el cuerpo pero de "chipén"
y te cimbreas como un bambú. 

ZÍNGARAS 
Que vaivén tienes tú,
mueves el cuerpo pero de "chipén"
y te cimbreas como un bambú.

CORO
Donde se halle el garrotín
que se quite ese fox-trot;
pues en gracia y en salero
este baile es el primero,
y lo bailan los gitanos
porque así lo manda Dios.

GORÓN
No me gusta ese baile gitano
ni en invierno ni en verano,
porque el baile no tiene elegancia
como no sea "agarrao".

CORO
Este baile es gracioso y movido
y además no es aburrido,
ni tan soso como ese de Francia
que tú nos has "enseñao"

ZÍNGARAS 
¡Ay, ay, ay!
Capullito de claveles
son mis pies al bailar.

GORÓN
¡Olé, olé, olé!
El fox-trot "dernier" 
es un baile de gran fama 
que se baila en Yokohama.

TODAS
En París y en Nueva York.

GORÓN
El fox-trot "dernier" 
es un baile muy sensato
que lo baila ya hasta el gato.

TODAS
¡Es mejor el garrotín!

GORÓN
Soy un berbiquí...

ELLAS
¡Cómo se mueve!

GORÓN
...cuando bailo así.

ELLAS
Vaya un "gachí"
¡Olé! ¡Gracia!
¡Baila, so cañí!

TODOS
Que vaivén 
tiene el fox;
mueves el cuerpo
pero de "chipén",
y te cimbreas como un bambú. 

GORÓN
Soy el amo de la danza 
porque yo me muevo
mucho más que un ordenanza.

ELLAS
Bailas con salero
y al mirarte yo me muero,
pues tu cuerpo sandunguero
tiene gracia y tiene sal.

GORÓN
Es que a salsa y a finura
no me gana nadie
mientras tenga esta figura.

TODOS
Bailas que mareas, 
pues bailando te meneas
más que veinte chimeneas
cuando sopla un vendaval.
¡Gracia! ¡Gitano!

GORÓN
¡Olé ya mi mamá 
que me destetó
con sal!

TODOS
¡Olé!

Hablado 

CORO
Es bonito.

ESTRELLA
Es precioso.

GORÓN
¡Ah! ¿Os ha gustado el fox-trot?

TODAS
¡Ja... ja... ja...!

GORÓN
(Para sí)
¡Qué labios! ¡Son dos cerezas!... ¡Y con lo que a mi me gusta la fruta! 
¡Yo beso a una!

(Llevándose la mano a un ojo como en el acto primero.) 

¡Ay, ay, ay!

CORO
¿Qué es eso?

ESTRELLA
¿Qué le pasa?

GORÓN
¡La pajita! Que se me ha metido una pajita en este ojo. 
¿Queréis hacer el favor de soplarme una de vosotras?

CORO
¡Vaya!

GORÓN
Acércate; ten cuidado. ¿La ves?

CORO
No.

GORÓN
Acércate más.

(Ella se acerca confiada y Gorón, entonces, le da un beso.)

CORO
(Retirándose asombrada pero sin violencia.)
¿Eh?

TODAS
¡Ja, ja, ja!...

(Ante la actitud que Gorón va tomando, las gitanillas recogen 
sus cantarillos y salen riéndose.)

GORÓN
(Relamiéndose.)
¡Mermelada!... 
Bueno, si a mí me dicen esta mañana que tenía que posar mis labios 
en un sorbete de fresa, me congestiono de risa...

(Charito, Ketty, Mario, Ernesto y Alfonso.)

CHARITO
Es pintoresco este aduar!

MARIO
(A Gorón.)
¡Hola! ¡Por fin te encontramos!

ERNESTO
Te adelantaste en el camino.

ALFONSO
¡Algún fin tendría este adelanto!

MARIO
(Riéndose.)
El de siempre.

GORÓN
El de siempre pero esta vez con superávit.

TODOS
¿Con superávit?

GORÓN
Sí, he estado de palique con unas gitanillas, 
que eran unas "kirikis" con pañolillo y falda, 
y mi clásico procedimiento de la pajita en el ojo propio 
ha dado el resultado apetecido.

ERNESTO
¿Cómo?

GORÓN
He "osculeado" a una y me he relamido.

CHARITO
¿Has besado a una gitana?

GORÓN
Sí.

MARIO
¿Y te has atrevido después de conocer la narración de la vieja Ulita?

MARGOT
¡Acuérdate!... "Morirá el primer hombre que la bese"...

GORÓN
(Palideciendo.)
¡Demonio... pues es verdad! ¡Ay, ay, ay!... 
Con razón notaba yo ciertos mareos... y ¡ay!... yo estoy muy grave... 
No, no reírse... ¡qué es verdad!... ¡que se me va la cabeza!...
¡Ay!... ¡Ay que lástima morir tan joven!

(Entra Alesko.)

ALESKO
Sed bien venidos a mi humilde aduar...

MARIO
¡Hola! Aquí tenemos al rey de los zíngaros.

ALESKO
El señor Conde nos tiene a todos a sus órdenes, como ayer le ofrecí.

GORÓN
(A los demás.)
¡Ay!
¡Es muy atento este monarca zíngaro!

MARIO
Como te dije, estas amigas y amigos míos querían conocer tu campamento, 
y al propio tiempo, presenciar una de vuestras típicas fiestas...

ALESKO
Todo está preparado, pero si el señor Conde lo desea, 
antes le podemos ofrecer varios de nuestros trabajos.

CHARITO
Eso, sí...

MARGOT
Y que nos digan la buena ventura.

KETTY
Que nos adivinen algo.

GORÓN
Eso, eso... ¡el horóscopo!

ALESKO
Nada más fácil.

(Llamando.) 

¡Amapola!... ¡Ulita, Gurko, Iván!... ¡venid!

ERNESTO
¡Ya veréis lo que nos divertimos!...

(Entran los gitanos y algunas gitanas)

AMAPOLA
¿Nos llamabas, padre Alesko?

MARIO
¡Ella!

AMAPOLA
(Para sí)
¡Él!

IVÁN
(Para sí)
¡El Conde!

ALESKO
Sí. 
El señor Conde, que, como nos había ofrecido, 
ha honrado visitando con sus amigos el campamento, desea conocer su sino...

MARIO
¿Quién de vosotras, hermosísimas gitanas, se atreve a leer mi porvenir?

AMAPOLA
(Después de un instante de silencio.)
¡Yo!

IVÁN
¡No!... ¡Tú, no!

MARIO
¿Por qué?

GORÓN
(Para sí)
¡Atiza, el Otelo zíngaro!

IVÁN
Porque no.

ULITA
(Aparte a Iván.)
¡Calla, Iván, calla! No nos pierdas... 
Recuerda que yo velo por tu amor... ¡Calla y sufre!

MARIO
(Agresivo.)
¿Vas tú a impedirlo?

IVÁN
(Como declarándose vencido, bien a pesar suyo.)
No...

ALESKO
No le hagáis caso, señor Conde. 
Iván es bueno, aunque algo impulsivo... perdonadle...

MARIO
No se hable más de ello...

ALESKO
Amapola, di la buenaventura al señor Conde...

Recitado 

AMAPOLA
Lucero de Oriente, 
fulgor claro y puro
atiende el conjuro
de mi devoción.
Alumbre mi frente
tu luz adivina,
y el rumbo encamina
de la predicción...
Que los genios del Zodíaco, 
por el del mal y del bien
en luz me den.
El Amor, rey del mundo, 
ha de ser tu tirano,
bien claro me lo dicen
las rayas de tu mano.
Él te dará ventura y te dará tormento.
¡Dolor y amor son astros 
del mismo firmamento!
Sufrir será tu sino, 
porque es amar tu lema,
como una mariposa
que en la llama se quema,
la lumbre de unos ojos
será tu embrujamiento.
¡Dolor y amor son astros 
del mismo firmamento!
Tu corazón vacío, 
de pronto se ha colmado,
de ese anhelo infinito,
dulce y atormentado,
que unas veces es gorja
y otras veces lamento.
¡Dolor y amor son astros 
del mismo firmamento!
Eso dice tu estrella; 
la gitana te advierte
que el amor, que es la vida,
puede darte la muerte.
Él embruja tu vida 
como un encantamiento.
¡Dolor y amor son astros 
del mismo firmamento!
Clara estrella del Oriente, 
que así mi frente inspiró
con su fulgor,
líbrale del Dios Amor.

CHARITO
¡Muy bien!

ERNESTO
¡Qué pintoresco!

ALFONSO
¡Tiene color!

MARIO
Y ha leído en mi vida como en un libro abierto, eres tan discreta, 
como hermosa, Amapola.... 

(Para sí) 

¡No podré nunca olvidarla!

GORÓN
¡Como pueda acercarme a aquella pelirrubia, me ciego!

AMAPOLA
Sois muy amable... mi arte no tiene nada de particular.

KETTY
Sigamos viendo el campamento.

MARGOT
Sí, quisiéramos comprar varias chucherías.

ALESKO
Marchemos hacia las tiendas y ofreced allí a las señoras 
collares de aljófar y zarcillos de azabache...

TODOS
¡Sí, sí... vamos!...

(Salen todos. Entra Cristóbal, procurando no ser visto. Trae en la 
mano una enorme maza) 

CRISTÓBAL
¡Cómo la vea hablando con el señorito Gorón, 
la doy un golpe que la "perniquiebro" la cabeza!... ¿"Ande s´habrá metío"?... 
Ella suele venir por este "lao" a bañarse.

(Mirando.)

Sí, allí, en la "hondoná" del cura... ¡"Dita" sea!... 
¡Luego dicen que se pierden los hombres! Yo creo que me he "perdío"... 
¡"Na"! ¡Que me he "perdío"!

MARIO
(Saliendo.)
¿Qué haces aquí, Cristóbal?

CRISTÓBAL
¡Que me he "perdío"!

MARIO
¿Tú?... No lo creo.

CRISTÓBAL
Pues si no me he "perdío" me voy a perder.

MARIO
Pero ¿qué dices?

CRISTÓBAL
Lo que "usté" oye. "Dende" que "usté" y sus amigos llegaron al castillo, 
hay quien anda detrás de mí "pa" bailarme la moza.

MARIO
Figuraciones tuyas.

CRISTÓBAL
¿Figuraciones? 
Pues que anden con "cuidao" porque al que me baile la moza 
le doy un "julepe" que lo baldo.

MARIO
Basta; tú no debes olvidar que son amigos míos.

CRISTÓBAL
Si no lo olvido; ya sé que "usté" es mi amo, y "usté" manda en mí, pero los demás, no;
y yo soy "mu" noble, pero "mu" bruto, y me "puen" tocar al bolsillo, 
me "puen" tocar a la honradez", pero que no me toquen a la Simeona, 
porque ¡va a armarse la gorda!

MARIO
Bueno, bueno; tú procura vigilarla... y anda a tus quehaceres.

CRISTÓBAL
Sí, señor; si ya la vigilo... por eso digo que anden con "cuidao"... ¡Y "na" más!... 
Con su licencia, señor Conde.

MARIO
Vete con Dios.

CRISTÓBAL
(Saliendo. Para sí)
¡Éste... ya se la ha "tragao"" Y si cojo al otro...

(Escupiéndose la mano y enarbolando la maza.)

se la traga también!...

(Sale.)

MARIO
¡Qué bruto!... 
Como se descuide Gorón, lo enterramos en la finca; será cosa de avisarle; 
ése lo ha tomado a broma y se está jugando la cabeza.

(Entra Amapola en busca de algo.)

AMAPOLA
(Al ver a Mario.)
¿Cómo, señor Conde? ¿Estáis aquí solo?... 
Yo os hacía con vuestros compañeros visitando el campamento.

MARIO
Nada mejor que la soledad para quien sufre penas de amor.

AMAPOLA
¿Penas de amor?

MARIO
¿Y tú lo preguntas, Amapola, 
siendo la culpable de que se haya roto la paz de mi alma?

AMAPOLA
No me habléis así, señor Conde.

MARIO
Ni tú me nombres de ese modo; para ti soy Mario nada más.

AMAPOLA
¿Insistís?

MARIO
¿Cómo no he de insistir?... 
¿Crees tú que puede vivirse en calma después de haber visto la luz de esos ojos 
y de haber anhelado la miel de esos labios?

AMAPOLA
De estos labios que matan, no lo olvidéis.

MARIO
¿Qué importa que la muerte espere en ellos al que los bese, 
si el no besarlos es también la muerte?

AMAPOLA
No, señor Conde; dejadme por favor. Iván puede acecharnos y...

MARIO
¿Le temes solamente, o le amas?

AMAPOLA
¡Le temo! El amor no es para los que caminamos; 
está a los lados del camino y no nos podemos detener a conocerle... 
Iván es el hombre a quién el padre Alesko me destinó, 
y he de escuchar en silencio sus frases y he de sufrir callando sus celos... 
¡Por eso le temo!

MARIO
¡No, eso no!... 
Tú no debes estar a merced de las brutalidades de un hombre tosco y zafio, 
a quien no amas; tú debes reposar entre sedas y perfumes, 
en vez de herir tus pies con los guijarros del camino... 
¡Ven conmigo, Amapola!... yo tendré para ti...

AMAPOLA
¡Callad, callad!... pueden oírnos.

MARIO
Sea: en el parque de mi castillo, 
cuando haya terminado de cerrar la noche, te esperaré.

AMAPOLA
Pero...

MARIO
No temas; estarás guardada por mi honor. 
Te daré todo el amor que soy capaz de sentir por ti... 
toda la dicha y la ventura que contigo pueden esperarse... 
¿Irás?... Contesta, Amapola, ¿Iras?

AMAPOLA
(Con firmeza.)
¡Iré!

MARIO
¡Bendita seas!

AMAPOLA
Ahora separémonos; dejadme marchar... si nos viesen juntos...

MARIO
¿Hasta luego?

AMAPOLA
¡Sí!

(Amapola y Mario salen. Llegan Simeona y Cristóbal. 
Éste persiguiendo a aquella)

CRISTÓBAL
¡Te he dicho que no te dejo bañar y no te dejo bañar!

SIMEONA
Haré lo que me dé la gana, porque para eso soy libre.

CRISTÓBAL
¿Qué tú eres libre? ¡Dios te libre!

SIMEONA
¿Cómo que no?

CRISTÓBAL
¡Tú me perteneces a mí!

SIMEONA
¿A ti?

CRISTÓBAL
A mí: ¿no me has dicho que me querías?

SIMEONA
Fue en un momento de arrebato.

CRISTÓBAL
A rebato van a tocar como yo te coja con ese espantapájaros.

SIMEONA
¿Pero tú quién eres para prohibirme?...

CRISTÓBAL
Es que yo sé que ese señorito anda detrás de ti para verte bañar, 
y como yo le vea que te vea...

SIMEONA
¡Si no sabe dónde me baño!

CRISTÓBAL
Sí que lo sabe; ahora que "pa" que no te vea nadie, hoy te voy a acompañar yo.

SIMEONA
Enseguidita; como que tú me vas a ver desnudar.

CRISTÓBAL
¿Y qué más da?... ¿No voy a ser tu marido?

SIMEONA
Sí; pero hasta que lo seas...

CRISTÓBAL
¡Anda qué gracia! ¿Es que hasta que yo fui pastor no vi a ninguna cabra?

SIMEONA
¡Qué bruto eres!

CRISTÓBAL
Más bruto que mi padre, que dicen que era el más bruto del pueblo.

SIMEONA
Por lo visto, es de herencia.

CRISTÓBAL
Como que mi "agüelo" encendía los pitillos 
dándose de "cabezás" con las piedras porque salían chispas.

SIMEONA
Por algo le llamaban el "tío Yesca".

CRISTÓBAL
¡Y que lo digas!

SIMEONA
¡Pues yo no quiero tener un marido tan animal!

CRISTÓBAL
Y si nace uno así ¿qué le va a hacer?... Yo, "pa" el querer, soy un toro; 
"pa" el trabajo soy un burro, y "pa" el dormir soy un topo...

SIMEONA
Y para el descanso eres una fiera.

CRISTÓBAL
Tú los has dicho; pero hoy no descanso hasta lograr que no te bañes.

SIMEONA
Yo haré lo que quiera; ¡pues no faltaba más!

CRISTÓBAL
¡Simeona, que no te bañas!

SIMEONA
¡Cristóbal, que no me sigas!

CRISTÓBAL
¡Que no te bañas, Simeona!

SIMEONA
¡Que no me sigas, Cristóbal!

CRISTÓBAL
"Güeno" no te sigo; pero como yo vea que alguien te sigue; 
a ése si que le sigo y ya "pue" ir haciendo testamento.

SIMEONA
"Pués" hacer lo que quieras.

CRISTÓBAL
¡Y tanto que lo haré!

SIMEONA
Tendría gracia que me prohibieras a mi nada. 
Ahora mismo voy a por la sábana, que la tengo en esa casa del monte. 
Además que ya sabes lo que dice la copla:
Báñate niña,
en el río,
que el río lleva agua clara,
y verás después del baño
que bonita "tiés" la cara.

CRISTÓBAL
¡Ah! ¿sí? Pues escucha tú esta otra:
No te bañes en el río
cuando traiga el agua clara, 
que se te ve todo el cuerpo
como se te ve la cara.

SIMEONA
¡Ja, ja, ja!

CRISTÓBAL
¡Ríete, ríete!... ¡pero yo vigilaré!...

(Salen los dos.)

GORÓN
(Entra sigilosamente, mirando por donde se fue Simeona.)
¡A sumergirse!... ¡Ésta es la ocasión!

(Se dirige hacia una de las tiendas que hay en escena y llama a alguien que se 
supone en el interior.)

¡Chist! ¡Chist!... ¡Modesto zíngaro!...

GURKO
(Saliendo de la tienda.)
¿Quería el señor algo de mí?

GORÓN
Si; desearía que me vendieses ahora mismo una buena piel de oso, 
para los pies de mi cama, pero con cabeza y todo, ¿eh? 
Aunque es para los pies, no importa que tenga cabeza.

GURKO
Pasad y os daré la mejor que tenga.

GORÓN
Gracias, simpático errabundo.

(Entrando con él en la tienda.) 
(Para sí) 

¡Lo que es ahora, si que no me falla el plan!

(Sale.) 

(Después de un instante de pausa, sale Simeona con una sábana al brazo; 
mira a ver si alguien la sigue y se marcha sigilosamente. Gorón sale de la 
tienda con una piel de oso, también al brazo, dando a entender por gestos 
que conseguirá su propósito gracias a la piel, desapareciendo tras Simeona, 
y, por último, entra Cristóbal que cruza la escena con los perros en una mano 
y la maza en la otra. Vuelve a quedarse la escena sola. Luego, salen Mario, 
Alfonso, Ernesto, Margot, Ketty, Charito, Alesko, Ulita, Iván, Amapola, Coral, 
Estrella, Clavellina, Violeta y Rocío. Gurko de la tienda y por diversos términos,
zíngaras y zíngaros.)

CHARITO
¡Muy bonito!

MARGOT
¡Muy curioso!

MARIO
¿Y qué? ¿Os lleváis todo lo que os gustó?

CHARITO
¡Sí; mira que collar más gracioso!

MARGOT
¡Y esta pulsera!

KETTY
¡Y los pendientes!...

MARIO
Ea... pues ahora...

(Sacando un billete de la cartera.) 

Cobraos todo, padre Alesko...

ALESKO
(Rechazándolo.)
¡Me hacéis una ofensa, señor!

MARIO
¿Cómo?

ALESKO
Al dueño de estas tierras, al que nos concede tan generosa hospitalidad, 
¿queréis que le cobremos unas baratijas?... ¡No conocéis nuestra raza, señor Conde! 
¡Guardaos vuestro dinero, que más pagados estamos 
con el agradecimiento que con el oro!

MARIO
Me habéis dado una lección, y os ruego que al menos aceptéis mi mano... 
¿Tampoco?

ALESKO
¡Eso sí, señor Conde!

(Se estrechan la mano y hay un momento de silencio.)

ERNESTO
Bueno; ¿pero y esa zambra?

ELLAS
¡Eso, eso... la zambra prometida!

MARIO
(A Alesko.)
Ya lo oyes. 
¡Empiece la zambra, y sacad también unas botellas, 
que quiero alegría, y es el vino su mejor aliado!

ALFONSO
¡Profundísimo!

TODOS
¡Bravo! ¡Bravo!

ALESKO
¡Comience la zambra!

Cantado 

CORO
Tiene el son de mi cantar
el dolor del triste recordar.
Canta y ríe
mi cantar.
Hace el son de mi canción 
revivir con ansia la emoción
que guarda el corazón.

AMAPOLA
Cuando bajo el cielo 
suena mi cantar,
ríen las flores
mi canción al escuchar.
Bajo el sol 
español 
que es más sol
que otro sol,
vive en mi el amor
y el amor no conocí,
yo le aguardo al muy traidor
y el traidor no viene a mí.
Cuando en la zambra 
suena mi cantar
la alegre danza
con su ritmo hace vibrar
el placer de vivir
y reír en el breve descansar,
y una flor es mi cantar
que al brotar alegró
la tristeza del aduar,
y el eterno caminar
y el eterno caminar.

CORO
Bailar, bailar, 
y con son placentero
resuene alegre
mi pandero.

ZÍNGARAS
Baila alegre 
nuestra zambra
baila, gira tu cuerpo,
que el ritmo de la danza
alegra el corazón,
estrella, lucero,
yo quiero morir 
a su dulce son.

AMAPOLA
Niña que no tiene amores 
ni sufre de penas de amor,
es como un campo sin flores
y es como un día sin sol.

ZÍNGARAS
Niña que no tiene amores 
ni sufre de penas de amor,
es como un campo sin flores
y es como un día sin sol.

AMAPOLA
Amores tienen las flores: 
yo no sentí el amor,
triste sino, 
el día que no me igualó
a la flor,
que si fuera flor
hallaría amor,
aun con las espinas del dolor.

AMAPOLA 
Mira si es grande mi pena...

ZÍNGARAS
... y mira, chiquillo, si es grande
mi sufrir,
que si otra mita a tus ojos,
de celos y rabia
me siento yo morir;
mira, chiquillo,
te quiero
mirando tus ojos
me muero;
tú baila, que el ritmo de la danza
es ritmo de esperanza,
¡la, la, la, la, la,
la, la!

TODOS
Cuando bajo el cielo 
suena mi cantar,
ríen las flores
mi canción al escuchar.
Bajo el sol español
que es más sol
que otro sol,
vive en mi el amor
y el amor no conocí ,
yo le aguardo al muy traidor
y el traidor no viene a mí.

AMAPOLA
Cuando en la zambra suena mi cantar,
la alegre danza
con su ritmo hace vibrar.
El placer de vivir
y reír en el breve descansar,
y una flor es mi cantar
que al brotar alegró la tristeza
del aduar.
Y el eterno caminar
y el eterno caminar.

AMAPOLA
A lo largo del camino...

CORO
... yo amor buscaba...

ZÍNGARAS
... amor es peregrino,
que yo no encontré,
es golondrina
que loca va,
enamorada siempre
del más allá.

Hablado 

ULITA
¡No temas, Iván, yo sabré defender tu amor!
Los celos no son para nosotros. 
Ellos son patrimonio de los grandes señores.

CORO
(Sale Coral con una bandeja y unas copas.)
¡Tomad, señores!

MARIO
¡Brindemos, amigos, por la vida, por el amor y por unos ojos negros!

Cantado 

MARIO
¡Oh, licor! 
que das la vida,
rayo de luz
sol estival
en copa de cristal.
¡Oh, licor!, 
que risa anida,
lleva escondida
tu espuma mi ilusión de amor.
En ojos de mujer quiero yo mirarme,
en labios de mujer quiero yo embriagarme:
risa, risa, risa de mujer
suena, suena,
claro cascabel,
risa de mujer
que suena
en triunfal desgranar.
¡Oh, mujer!,
de negros ojos,
noche de luz de mi querer,
por ti yo brindaré,
mujer agarena,
de cara morena,
tu amor añoré
y tu amor
yo lograr sabré.

IVÁN
Ruge dentro de mi pecho 
algo que me quema el alma,
algo que me dice ¡hiere!
algo que me grita ¡mata!

MARIO
Bebe en mi copa, 
que tus secretos 
quiero saber.

AMAPOLA
Nadie los supo 
ni los sabrá.

(Va a coger la copa.)

IVÁN
(Arrebata la copa de Mario.)
¡Mientras yo aliente 
no ha de beber!

TODOS
Los celos de Iván 
desgracia traerán;
de fijo el señor
a Iván no perdonará.

Hablado 

AMAPOLA
¡Iván, qué hiciste!

TODOS
Su temeridad no perdonará.

MARIO
¡Soltadme!

AMAPOLA
¡No!

ULITA
¡Fueron los celos; perdón, señor!

Cantado 

IVÁN
De aquel amor mi pecho 
guardará fatal recuerdo.
Que aquel amor que yo sentí
y yo soñaba para mí
cual flor que en mi alma brotará
y el tiempo no marchitará.

Hablado 

ALESKO
¡Señor, es la juventud y es la fiesta que enciende la sangra moza!
¡Perdonadle!

(A los demás.) 

Nada pasó... ¡Seguid, seguid con vuestra danza!

Cantado 

CORO
A lo largo del camino 
amor buscaba
amor es peregrino,
que yo no encontré,
es golondrina
que loca va,
enamorada siempre
del más allá.
Girad el cuerpo encantador.
Baila la zambra sin cesar, 
y con su ritmo embriagador
y seductor, bailad.


ACTO TERCERO

 
(La misma decoración del acto primero. La escena que aparece iluminada 
por la luna está vacía; las ventanas del pabellón están encendidas; en 
él se escuchan las risas y algarabía de los ocupantes del castillo. A 
poco, por la escalinata, Mario, que se apoya pensativo en una silla) 

MARIO
¿Vendrá? 
¡Esa mujer, con mirarme tan sólo, ha cambiado la marcha de mi vida! 
No sé si fue su hermosura bravía, su acento extraño o la predicción fatal 
que pesa sobre ella... Sólo sé que la necesidad para vivir, 
sin ella nada me importa en el mundo entero. ¿Vendrá?

GORÓN
(Por la escalinata, con Ernesto y Alfonso.)
Pero... ¡Mario!

ERNESTO
¡Que te estamos esperando!

ALFONSO
¿Vienes o no?

MARIO
Voy...

GORÓN
Eres un hombre inverosímil; siempre lo fuiste...

MARIO
¿Por qué?

GORÓN
Porque hoy, en que todo es regocijo y algazara, 
cuando queremos despedirnos dignamente del hombre 
que abandona la luminosa vida de soltero, 
huyes de nosotros para hundirte en la melancólica soledad del parque silente.

ERNESTO
¡Bravo!

ALFONSO
¡Muy bien!

GORÓN
¡Ah, señores... ved en su cara el embrutecimiento amoroso y la languidez!...

MARIO
Bueno, ¿me quieres dejar en paz?

ERNESTO
¡Ven, hombre, ven!

ALFONSO
Es la última juerga.

GORÓN
Te advierto que Charito se supera a sí misma y va a cantar el cuplé de moda.

ALFONSO
Y Ketty bailará la auténtica danza del oso...

ERNESTO
La bailará con Gorón, ¿eh?

GORÓN
No recordarme la única nube que empaña el azul de mi cielo amoroso.

ERNESTO
¡Bien se vengó el novio!

ALFONSO
Pudo costarte caro...

GORÓN
Soltarme la jauría... ¡ay, aún me duele aquí!

MARIO
¿Algún mordisco?

GORÓN
¡"Ca", si los animalitos me conocieron en seguida!... Lo peor del caso fue el oso.

ERNESTO
¿Qué oso?
GORÓN
Ya sabéis que yo compré una piel a los gitanos 
con el maquiavélico objeto de aparecer cubierto con ella ante Simeona, 
cuan do estuviera más ligera de ropa...

ALFONSO
¿Y por qué de oso?

GORÓN
Porque ella me había dicho que oso que veía, desmayo que la daba; y yo me dije: 
"He aquí la manera de tenerla en mis brazos durante unos minutos en ropas menores 
y "deseabriéndome" más secretos que Sherlock Holmes"... 
¡El plan era "hinderbúrgico"!

ERNESTO
¡Ya lo creo!

GORÓN
Pero la fatalidad jugó conmigo a la gallina ciega
cuando estaba agazapado entre unos juncos, al lado del río, y ella, cerca de mí, 
despójase del último cendal, noto un resoplido a mis espaldas, 
me vuelvo y me encuentro con un oso...

ERNESTO
¿El novio disfrazado?

GORÓN
¡"Ca"! Un oso legítimo, un oso auténtico, un oso... de... bueno, 
de donde sean los osos, con una cara de senador vitalicio que acongojaba...

ALFONSO
Y tú ¿qué hiciste?

GORÓN
Yo me agazapé, me hice un ovillo; 
pero el animalito me dio dos zarpaditas amorosas sobre los riñones, como diciendo: 
"Vente, que es tarde", me olió, me pasó la lengua a lo largo del lomo y yo... alarmado,
tuve que salir corriendo, pero el animal me siguió con insistencia policíaca.

ERNESTO
¿Por qué?

GORÓN
¿No lo adivináis? Es que la piel que yo llevaba no era de oso...

ALFONSO
¡Ah!, ¿no?

GORÓN
¡Era de osa!

CHARITO
(Por la escalinata.)
Pero ¿queréis venir, sí o no?

GORÓN
¡Ahora mismo; vamos allá, anda, Mario!

MARIO
Id, que enseguida iré yo... 
Estoy un poco mareado, y esta aire de la noche me sienta muy bien.

GORÓN
Pero ¿qué te sucede?

MARIO
No preocuparse, hombre, que ahora iré...

GORÓN
¡Bueno!... ¡Iremos descorchando a la viuda!...

(Mutis por la escalinata Charito y Gorón, Alfonso y Ernesto.) 

Cantado 

MARIO
Vendrá... ¡Sí, mi alma la presiente!
¿Vendrás, mujer?
Mi corazón te aguarda
que ya este amor es todo mi vivir.
¿Vendrás, mujer?
Pensando que ella tarda,
siento un hondo sufrir,
que el dolor del amor
es esperar.

(Recatándose, entra Amapola.) 

¡Amapola!

AMAPOLA
Señor Conde.

MARIO
No, mi Amapola
yo soy Mario para ti.

AMAPOLA
Por favor.

MARIO
Ven a mis brazos;
por fin puedo hablarte así.
Mujer agarena
de trenza morena
de negras pupilas
de intenso mirar,
¿por qué si de pena
tu vida esta llena
vacilas y sufres
sintiéndote amar?

AMAPOLA
Yo quiero quererte
más temo perderte,
que en mi amor 
arde un fuego
de maldición
y esta boca encendida,
cual flor de la vida
encierra escondida
fatal predicción.

MARIO
Ven, mujer,
mi bien, tesoro de ilusión,
lo que tu mente imaginar pudiera
para ti guardé.
Ven, mujer
que amor brotó en mi corazón,
y en fuego de quereres
arderá si tú me quieres.

AMAPOLA
Palabras llenas de ternura
que dolor y amargura,
y penas hondas y tristeza
alejaron de mí..
En mi destino no hay amor.

MARIO
Tu boca quiero yo besar
Y aunque la muerte nos espere
unir los labios, que ya muere
mi amor con ansia de besar. 

(Mario mira entusiasmado a Amapola, que reposa entre sus brazos, 
ebrios los dos de amor; al final de la frase musical se confunden 
en un apretado beso. Coincidiendo con éste aparece Iván, que entra 
violentamente en escena.) 

Hablado 

IVÁN
¡Maldición! ¡La ha besado!

AMAPOLA
¡Maldición!

MARIO
¡Maldición!

IVÁN
(A Mario.)
Me has robado la dicha
al robarme su amor...

MARIO
Yo su amor, no he robado,
que su amor supliqué...

IVÁN
Pues su amor era mío
¡y su amor con mis garras de tigre bravío
de ti arrancaré!

ULITA
(Apareciendo e interponiéndose.)
¡Quieto Iván! No es prudente
que violento pretenda
el querer de Amapola
tu valor conseguir,
si olvidó sus deberes,
triunfará la leyenda;
ve a juntarte con los nuestros; 
que es preciso partir.

IVÁN
¡Madre Ulita! ¡La adoro!

ULITA
Mas tu amor de gitano
no merece la ingrata
que a su fe traicionó. 

IVÁN
¡Es verdad! ¡Obedezco!

(Tira el cuchillo y sale)

ULITA
Oye el canto lejano.
ese canto que a todos
cuando niños meció.
Ese canto, Amapola,
que muy lejos te llama
es tu raza, que parte
para nunca volver... 
es la voz de los tuyos,
que tu nombre reclama,
es la voz de tu madre,
es la voz del deber...

AMAPOLA
(Comprende la locura de lo que iba a hacer. Recuerda 
el engaño de su madre y dice resuelta.)
Es verdad, madre Ulita;
caminar es mi sino,
caminar bajo el peso
de un eterno dolor,
consumir nuestra vida
en un largo camino,
qué será ahora más triste,
porque he visto el amor.

MARIO
¡Amapola!... ¿Me dejas?

ULITA
La reclama su raza...
que es la raza en quien nadie
tuvo nunca poder.

MARIO
¡Moriré!...

ULITA
La leyenda con sus brazos te enlaza.
¡Morirá el que besare
a esta hermosa mujer!

(Ulita e Iván salen lentamente con Amapola; que mira a Mario. Por la 
escalinata Gorón, Ernesto, Alfonso, Charito, Margot y Ketty, que al 
ver vacilar a Mario se dirigen a él, sosteniéndole.)

GORÓN
¿Qué sucede?

MARIO
Que se lleva prisionera mi suerte;
he besado sus labios
de cruel maldición
y sus labios me han dado
con el beso la muerte
que han matado el secreto
de mi eterna ilusión.


Escaneado por:
Marcela Angarita 2009