ACTO PRIMERO (La escena representa el parque de un señorial castillo en tierras castellanas. A la izquierda, entrada a un pabellón, y semioculto entre boscaje, el edificio del castillo, que tiene carácter y el aspecto de una edificación medieval. Antes de levantarse el telón se escucha dentro, acercándose, una canción zíngara cíngaro que cantan Iván y el Coro.) IVÁN Cantando amarguras recorro el sendero, diciendo en mis cantos mis tristes recuerdos; y así voy pasando, y así voy sufriendo, y así voy llorando mi eterna pasión. Vivo enamorado y es la amada mía, la única alegría que hay en mi canción. CORO Vive enamorado y en amor confía que ella es la alegría que hay en su canción. IVÁN Y así voy pasando y así voy sufriendo y así voy cantando mi ardiente pasión. Caminar sin fin buscando en el camino amor, y al pasar sentir dolor y de dolor sufrir sangrando así mi pobre corazón, que en su latir de errante caminar dejó sentir su eterno sollozar, que el amor no ha de encontrar. TODOS Caminar sin fin buscando en el camino amor, y al pasar sentir dolor y de dolor sufrir sangrando así su pobre corazón. IVÁN Caminar sin fin en busca del amor. CORO Y al pasar hallar espinas de dolor. IVÁN Canta, canta sin cesar. CORO Nuestro eterno caminar. IVÁN Que el amor no ha de encontrar. (Se escucha el toque de unas trompas de caza. Hacen su entrada en escena Mario, Alfonso, Charito, Margot, Ketty, cazadores, ojeadores, monteros, etc. Todos visten los típicos trajes de caza.) TODOS ¡Que viva Mario! ¡Que viva el valiente cazador que supo mostrar arrojo y valor! Que viva Mario, que viva el valiente cazador. De toda la partida cazando es el mejor; su suerte es en la caza igual que en el amor. A la caza todos marchamos al amanecer, que en la caza todos hallamos un grato placer. Correr, correr por el monte mientras se oye sonar la canción de las trompas con su ronco vibrar: la trompa sonar yo quiero escuchar. MARIO ¡Ah! Tras de la jauría que ladrando de alegría correrá. Bravos y ligeros los monteros marcharán. Corre la jauría que la caza cobrará, si el amor es mi dicha mi placer es el cazar. A la caza todos marchamos al amanecer, que en la caza todos hallamos un grato placer. Correr, correr por el monte mientras se oye sonar la canción de las trompas con su ronco vibrar: la trompa sonar yo quiero escuchar. TODOS Que viva Mario que viva el valiente cazador que supo mostrar arrojo y valor. Cazar yo quiero, porque es un gran placer cazar y de la caza quiero gozar. Tras la dura jornada con la caza cobrada, la partida cansada ya de correr y cazar va a reposar. Hablado CHARITO ¡Hurra por Mario! ¡Viva el gran cazador! TODOS ¡Hurra! MARIO ¡Gracias!, queridos amigos, pero el lance no merece tantos plácemes. ERNESTO ¡Dice que no! CHARITO La verdad es que los jabalíes asustan a cualquiera. MARGOT A cualquiera... menos a éste que avanzó decidido a rematarlos con el cuchillo... MARIO Sí, pero no pude dar muerte más que a la hembra; el macho se escapó; ¡qué lástima! KETTY ¡Era un hermoso ejemplar! ALFONSO Oye, y que puede ser peligroso para el que se lo encuentre, porque iba herido, y en ese estado estos animales son feroces. ERNESTO Y, además... habiéndole dejado viudo. Si te alcanza... MARIO Puede que me esté agradecidísimo, no creas. ERNESTO ¿Y así habla el hombre que va a casarse dentro de un mes? MARIO Cierto; pero es que yo... no soy jabalí, soy un hombre a quien casa la familia por no sé qué misteriosas conveniencias sociales, y que antes de que le lean la consabida epístola, ha querido despedirse de la agitada vida de soltero, rodeándose de amigos alegres como vosotros y de mujeres, también alegres, como vosotras... CHARITO ¡Mírale qué gracioso! MARGOT ¡Vaya un modo de señalar! MARIO ¿Acaso la alegría es patrimonio del género masculino? La alegría es femenina, como vosotras, y con vosotras he venido a pasar estos días en pleno campo, en el histórico castillo de mis mayores, que no pisaba hace diez años, y que ahora me ha parecido más serio y más hosco que nunca, como si se escandalizase de ver entre sus muros a estas muñecas frívolas y a estos calaveras empedernidos. Y a propósito de calaveras, ¿dónde está Gorón, el inconmensurable, el filósofo Gorón? ¿Es que no ha regresado todavía? ALFONSO ¡"Cá", hombre! ¡Es que tú, entusiasmado con la caza, no te has dado cuenta de su escapatoria! MARIO No; ¿dónde ha ido? ERNESTO No sé; pero al poco tiempo de salir de aquí para la cacería me dijo: "este caballo es falso, voy a ver si lo cambio", y volvió grupas... CHARITO ¡Ja, ja, ja! ¡Este Gorón siempre es el mismo! MARGOT ¡Es una lapa! MARIO Pero muy simpático. (Aparece el citado Gorón. Es un típico calavera madrileño, sinvergüenza, mujeriego y gracioso; entra con una caña de pescar, un sombrero de paja grande y un cesto a la espalda.) GORÓN ¡Cómo me debéis estar poniendo! ALFONSO ¡Mentando al ruin de Roma...! GORÓN ¿Ruin?... ¡Hombre! ¿No sabes que hay ciertos refranes que me molestan?... TODOS ¡Ja... ja... ja! GORÓN ¿De qué os reís? CHARITO De la facha que traes... MARGOT ¿Quién te ha dado ese sombrero? GORÓN Simeona, la hija del guarda. MARIO Por lo visto, esa flor silvestre te ha impresionado. GORÓN ¿Cómo?... ¿Cómo flor silvestre? Simeona es la rosa que nace espontánea en el campo sin que nadie la cultive, es la tímida violeta que crece entre zarzas y jaramagos, es la ... MARIO Es la novia de Cristóbal, el guarda, que es muy bruto; de modo que no te descuides. GORÓN Lo sé; ese zulú, desde hace dos días, me echa unos ojos que si se los echase al Cid Campeador se sincopa. KETTY ¿Estarás asustado? GORÓN No, porque conozco esa mirada; es la misma de Gómez, mi sastre; de Regúlez, mi zapatero; y de López... (Al ver salir detrás de la casa a Cristóbal, mozo del castillo, más bruto que mandado hacer, con cinco perros.) ¡mi abuela! MARIO ¿López, tu abuela? GORÓN Ha sido exclamación. CRISTÓBAL Con permiso MARIO ¿Dónde vas con la jauría, Cristóbal? CRISTÓBAL "Na" que he "tenío" que separar a Otelo de Desdémona, porque el animal "s'ha" puesto galante... ¡y lo que pasa! MARIO Lo que pasa es lo que no nos importa. GORÓN No describas. CRISTÓBAL (Acariciando a su perro.) Este "Mefistofueles" es un demonio "pa" la caza, más "buen cazaor" es, mejorando la presente. GORÓN No mejores nada... MARIO Bueno, bueno ¿dónde los llevas? CRISTÓBAL Ahí... a la perrera, "ande" está la perra nueva que han traído ayer tarde... MARIO ¡Ah, sí! ¡Thais! CRISTÓBAL Justo, la Thais, ya la hemos "probao" esta mañana. GORÓN ¿Y qué tal es Thais? CRISTÓBAL Nosotros, bien; mi padre es el que anda con el reuma. GORÓN (Para sí) ¡Qué bruto! CRISTÓBAL Los tengo que encerrar porque como los animales se han "picao" el jabalí, y ahora hemos "comprao" un cerdo "mu" hermoso... mejorando lo presente. GORÓN Ya te he dicho que no mejores nada. CRISTÓBAL Bueno, "pus" podía ocurrir una "hecatarombe" (Por lo bajo, a Gorón.) como otra que "pué" ocurrir si algún "señoritingo" me toca la novia... GORÓN (Acariciando a un perro.) ¡Qué animal! CRISTÓBAL ¿Eh? GORÓN ¡Qué animal tan bonito! MARIO Bueno; ve a encerrar los perros y deja la conversación. CRISTÓBAL ¡Lo que "usté" mande; "guas" tardes! ¡Ganar dos reales "pa" verse con cinco perros! ¡Qué vida esta! (Sale) GORÓN ¡Ja... ja... ja! ALFONSO Ten cuidado. Teodoro, que ése tiene más fuerza que tú. GORÓN Fuerza física, pero no pasional; de su zamarra "gañanesca" a mi capa "donjuanesca" hay que tomar el metro. MARIO Gorón, no te pongas tan profundo, mira y paladea... (A la puerta del cenador.) ¡Ábrete sésamo! TODOS ¡Olé! ¡Bien! ¡Eso, eso! MARIO Era mi sorpresa. (Se abre la puerta y aparece la mesa que sirven dos criados.) GORÓN ¡Hermoso porvenir! CHARITO Espléndido lunch. TODOS ¡A comer, a comer! GORÓN ¡Y a beber, señores; yo voy a comenzar metiendo mano a la viuda! (Cogiendo una botella de champán.) MARIO ¡Pero hombre, hasta con las viudas! ALFONSO ¡Es una fiera! GORÓN Es que ésta me ha sido siempre muy simpática; ¡vaya el primer taponazo por vosotras! (Descorcha entre risas y hurras.) ¡Brindo!... CHARITO ¡Muy bien! MARGOT Vamos a ver. ERNESTO ¡Silencio! GORÓN Brindo, señores, por el vino, que es lo más internacional que existe. MARIO Bebe y no digas tonterías. GORÓN ¿Tonterías? ¿Acaso en alguna ocasión prefieren el propio vino? ¡No, señores! Lo ingleses liban Jerez, los italianos liban cerveza; donde hay una botella de Burdeos, allí hay una española; donde hay una botella de Oporto, allí hay una francesa; donde hay una botella de champán, allí hay una turca. MARGOT No lo creas; donde hay una botella de champán, hay un "gorón" GORÓN ¡Eres viperina! MARGOT ¡Bueno, chicas; si os parece, yo creo que ya es hora de que nos quitemos estos atavíos! GORÓN ¡Si estáis preciosas! KETTY Si, pero tú no sabes lo molesto que resulta este traje pie a tierra. CHARITO Pues andando. ¡Hasta ahora mismo! (Salen riendo) GORÓN Son encantadoras estas chicas. Si no fuera porque está por medio Simeona, las enamoraría con uno cualquiera de mis procedimientos. MARIO Oye, oye ¿qué procedimientos son esos? GORÓN Innumerables; el discreteo versallesco, la elocuencia tenoriana, suspiros a lo Romeo, miradas a la broché y, sobre todo... el soplo. ¡Oh! ¡de este método pienso sacar patente! MARIO ¿El soplo? GORÓN Sí; como sois buenos amigos os lo revelaré en secreto. Escuchad. Cuando la incauta está medio atortolada por mi fraseo arrebatador, la suplico que me sople este ojo, para que salga una pajita traidora que en él se introdujo... Ella acerca el rostro, alarga los labios y yo... ¡zas!, el primer ósculo de la serie. ALFONSO ¡Y la primera bofetada de tanda! GORÓN ¡Se dan casos, no creas! MARIO Como se dan disgustos a los pescadores que sin pescar nada, se pasan dos horas todas las mañanas en la Hondonada del Cura con la caña en la mano. GORÓN ¡"Retruca"!... Es que allí corre un fresco agradabilísimo. ERNESTO El fresco eres tú. MARIO Es que allí se baña Simeona, la hija del guarda. (Por la derecha Juan, viejo guarda del castillo.) JUAN (Deteniéndose a la entrada.) ¿Hay licencia, señorito? GORÓN ¡"Caray"! ¡El padre! MARIO Pasa, Juan... ¿Qué hay? JUAN Perdone el señorito que le interrumpa; pero tengo que hablarle de una cosa que "tié" que quedar "zanjá" antes que anochezca... GORÓN (Para sí) ¡"Recarabina"¡ ¿Se habrá enterado de mi idilio con su hija? MARIO Tú dirás de que se trata. JUAN Cuando los señoritos salieron esta mañana de caza llegó por la linde del río, por la parte abajo del monte, una tribu de gitanos que acampó con sus carros en la "hondoná" de los Chaparrales; yo, así que me lo dijo "Usebio" el pastor, que fue el primero que los vio de venir, fui allá y les dije que ya podían levantar el "tablanque"... pero ellos... MARIO ¿Se resistieron... te han faltado? JUAN No, no señor; muy humildemente me dijeron que estaban "fatigaos", que la "jorná" había "sío" larga y la "comía" corta, y que si el señorito les permitía "pernotar" allí... cómo hace veinte años, cuando pasaron por este mismo sitio, se lo permitió el padre del señorito. Cantado CORO Caminar sin fin buscando en el camino amor y al pasar sentir dolor y de dolor sufrir sangrando así mi pobre corazón. IVÁN Caminar sin fin en busca del amor. CORO Y al pasar hallar espinas de dolor. IVÁN Canta, canta sin cesar CORO Nuestro eterno caminar. Hablado MARIO ¡Escucha!... ¿Son ellos? JUAN Sí, señor; ellos son. MARIO ¡Qué cantos tan bellos! GORÓN Yo que tú seguiría la costumbre paterna. Después de todo así tendríamos una nota de color exótico. JUAN Ellos mismos, que tras de mí vinieron, llegan hasta aquí para suplicarle. GORÓN Hazlos pasar, Mario. ERNESTO ¡Sí; que vengan, que vengan! MARIO Pues ya lo oyes, que entren. JUAN Como "usté" ordene (Llamando.) ¡Acercarse! GORÓN (Bebiendo nuevamente.) Esto merece otro tiento a la afligida viuda. Cantado AMAPOLA (Se adelanta con una pandereta.) Mi canción quiere fingir una alegría y añorar amores de un lejano día, cual mariposa que busca amor yo voy libando de flor en flor y así soñando voy quimeras, y así... soñando voy con besos que siempre se alejan cual nubes de ensueño, y así... llorando voy de amor, amor... que yo jamás he hallado. Pues sólo mi frente mimosa ha besado la estrella que lleva consigo el dolor. ¡Ah! Caminar sin fin buscando en el camino amor y al pasar sentir dolor y de dolor sufrir sangrando así mi pobre corazón y en su latir de errante caminar dejó sentir su eterno sollozar, que el amor no ha de encontrar. CORO Caminar sin fin buscando en el camino amor y al pasar sentir dolor y de dolor sufrir sangrando así mi pobre corazón. AMAPOLA Caminar sin fin en busca del amor. CORO Y al pasar hallar espinas de dolor. IVÁN Canta, canta sin cesar. CORO Nuestro eterno caminar... AMAPOLA Que el amor no ha de encontrar. AMAPOLA, IVÁN ¡Amor! Hablado GORÓN Estas gitanas son de una belleza salvaje que abisma, ¿verdad, Mario? MARIO Verdad, sobre todo, por lo que se refiere a aquella mujer, que por su hermosura parece la reina de la tribu. GORÓN ¡Y que es una reina como para sentirse monárquico! MARIO ¡Me han conmovido vuestros cantos llenos de poesía y de emoción! ALESKO Agradecemos vuestra cariñosa acogida, señor Conde. MARIO ¿Cómo? ¿Me reconoces? Yo no recuerdo haberte visto nunca. ALESKO Sólo se recuerda lo que nos interesó o lo que puede sernos útil. GORÓN (Para sí) ¡Este zíngaro será melenudo, pero filosofa, filosofía! MARIO ¿Y tú quién eres? IVÁN (Presentándole.) Alesko, señor, padre de todos nosotros y jefe de la tribu nómada que hoy acampó en tus tierras. Tu humilde servidor es Iván, también de la errante caravana... MARIO ¿A quién pedisteis permiso para acampar en mis posesiones? ALESKO Señor; hace veinte años... al cruzar por primera vez esta comarca, plantamos nuestras tiendas donde hoy lo hicimos; vivía en este castillo vuestro padre el señor Conde, y él nos permitió hacer alto en ese lugar varias semanas, y tuvo para nosotros atenciones inolvidables; cierto que desde entonces la nieve de los cielos cubrió muchas veces los caminos... pero ¿habrá podido enfriar tanta nieve el corazón de los poderosos? IVÁN En vuestras tierras murió mi madre, señor, que era entonces reina de la tribu, por eso ellas tienen algo de sagrado para nosotros. Permitidnos descansar unos días tan sólo, ningún daño causaremos. MARIO Concedido; podéis descansar los días que os plazca. ALESKO Gracias, señor; pero nuestro reposo jamás fue largo: hemos de andar, andar siempre, el vivir es corto y largo es el camino. GORÓN ¡Hacéis mal en no instalaros aquí, ni siquiera pagaréis el inquilinato! MARIO Pero voy a pediros algo a cambio de mi hospitalidad. GORÓN ¡Al fin, casero! ERNESTO ¿Qué pretendes? ALFONSO ¿Qué vas a pedirles? MARIO Algo que es muy fácil para ellos: que mañana cuando en unión de estos amigos visite yo vuestro campamento, nos esperéis ataviados con vuestras galas más vistosas y nos alegréis con vuestros cantos y vuestras danzas. GORÓN (Frotándose las manos.) ¡Una zambra! ERNESTO ¡Magnífica idea! ALESKO Vuestros deseos son órdenes, señor. MARIO Pasaremos un rato admirable, porque vuestra tribu es pródiga en bellezas. ULITA Mujeres hay, hermosas como las estrellas de la noche. GORÓN (Para sí) ¡"Reflammarión"! Me siento astrónomo. MARIO ¿Y tú, quién eres? IVÁN Señor, es la madre Ulita, la hechicera de la tribu. GORÓN (Para sí) ¡Yo creo que de hechicera no tiene nada! IVÁN La que con sus leyendas, con sus historias y sus consejos nos enseña y nos defiende... MARIO Y tú, hermosísima gitana, ¿cómo te llamas? AMAPOLA Amapola me dicen, señor. ULITA Amapola, sí, la flor, la estrella, la gloria de nuestra tribu, la que es símbolo y muestra de esta raza, que no por ser errante es menos noble. IVÁN Tiene el fuego del amor en las pupilas, y el espíritu de la belleza en el alma. AMAPOLA Madre Ulita, Iván,... callad, por favor. MARIO ¿Por qué, Amapola? No han dicho más que la verdad. Eres la más linda mujer de la tribu, la más preciada joya de la caravana. AMAPOLA Sois muy amable, señor. MARIO No tanto como tu hermosura. ULITA (Para sí) ¡Al Conde le ha impresionado la belleza de Amapola! IVÁN (En voz baja) ¡Ay de él si intenta robarme su cariño! ULITA (En voz baja) ¡Se prudente, Iván! ALESKO Señor, agradecidos a vuestra bondad; nos retiramos, si dais licencia. MARIO Antes quiero obsequiaros. Gorón, Ernesto, acompañarles a la casa; que les den fiambres, vinos, los que haya. ¡Juan, ve tu también con ellos! ALESKO ¿Cómo agradeceros?... MARIO Quiero que guardéis un grato recuerdo de mí, como lo habéis guardado de mi padre. ALESKO Sois tan noble como él, señor. GORÓN ¡Por aquí, distinguidos trashumantes!... ¡Por aquí! (Salen hacia el pabellón. Amapola, que va a entrar la última, es detenida por Mario, quedando sola con él en escena.) MARIO No, Amapola; tú quédate. AMAPOLA Señor Conde. MARIO Nada temas. Si te retuve unos segundos más, fue tan sólo para seguir admirando tu hermosura, la más rara belleza que vieron jamás ojos humanos. AMAPOLA (Ruborosa.) Señor... MARIO Amapola te llaman, y bien supo nombrarte quien así te llamó: como las amapolas del campo, linda y humilde; eres un beso del sol que floreció junto al camino. AMAPOLA ¡Señor! (Retirándose) MARIO No te apartes. ¿Nadie te dijo qué eres hermosa? AMAPOLA Ignoro si lo soy, pero, por mucho que lo fuera, aun es mayor mi desgracia. MARIO ¿Por qué? AMAPOLA Porque ¿de qué ha servido la hermosura a la que, como yo, no tiene nombre ni hogar? Eterna caminante de todos los caminos, en uno encontraré mi muerte, como encontré en otro mi vida. La felicidad no existe para mí... MARIO Te engañas, Amapola; la felicidad, como para todos los humanos, está en los caminos del mundo, iguales todos; no sabemos en el que se oculta; pero si acertamos a pasar por él la felicidad será con nosotros... y si tú eres eterna caminante de todos los caminos, ¿quién mejor que tú podrá encontrar la felicidad?... (Ella baja la cabeza y él se acerca mucho, hablándola en un tono íntimo.) Eres hermosa, hermosa como ninguna mujer; ¿quién te dice a ti que tu felicidad no es un hombre a quién jamás pensaste conocer y que quedó impresionado por tu belleza, como yo?... (Aparece Iván, que al ver a Amapola en íntimo coloquio con Mario, no puede reprimir una violenta exclamación.) IVÁN ¡Amapola! AMAPOLA ¡Iván! (Separándose de Mario.) MARIO Nada temas. (A Amapola.) Queda con Dios, hermosísima gitana... y no olvides lo que te he dicho. AMAPOLA No lo olvidaré. MARIO ¡Me ha seducido esa mujer! Por un beso de su boca sería yo capaz de la mayor locura. (Sale) IVÁN ¿Qué es lo que te ha dicho ese hombre? AMAPOLA ¿Y a ti qué te importa? IVÁN Me importa porque te amo y has de ser mía. AMAPOLA Nunca he de decirte lo que escuché de sus labios. IVÁN ¿Olvidas, Amapola, que estás destinada a ser mi compañera? AMAPOLA ¡Tu compañera sí, pero no tu esclava! Esclava no lo es la mujer mas que del hombre a quien adora. Y tú... IVÁN No he acertado a encender en tu pecho la llama del amor, ¿verdad? AMAPOLA ¿Y cómo has de hacerlo persiguiéndome y celándome? No, Iván; yo quiero ser libre, ¿lo oyes bien? libre para disponer de mi corazón. IVÁN ¡Tú libre y yo esclavo!... Esclavo tuyo, porque te quiero con toda mi alma y con todos mis sentidos; porque mi sangre se rebela al pensar que puedas querer a otro... AMAPOLA ¿Y si ese otro me comprende mejor que tú? IVÁN ¡No, calla!... ¡No digas eso! AMAPOLA Sí; lo digo una y cien veces... IVÁN ¡Amapola! AMAPOLA ¡Iván! IVÁN No olvides que del amor al odio hay sólo un paso, y que si Iván, el desdeñado Iván, es ardiente para querer, no lo es menos para odiar. AMAPOLA ¿Qué quieres decirme? IVÁN Lo que tu pensamiento adivina... AMAPOLA Serías capaz... IVÁN ¡Por tu amor... de todo! Cantado IVÁN Amor mi raza sabe conquistar, mi raza es fuerte en el dolor, y cuando quiere sabe odiar, porque en el odio existe amor. Gitana, fuiste siempre mi ensueño, con ansia loca yo te adoré. Fuiste mi vida, fuiste mi dueño. ¿Por qué te apartas de mi querer? AMAPOLA ¿Por qué tu boca me brinda amores? IVÁN ¿Por qué me matas con tu desdén? AMAPOLA No me atormentes, no puedo amarte. IVÁN Quiero ser dueño de tu querer. AMAPOLA Iván, no he de amarte. IVÁN Sí, me amarás. AMAPOLA No puedo ser tuya. IVÁN Mía serás. LOS DOS Es nuestro sino buscar amor, y en el camino hallar dolor, y en el camino hallar dolor. IVÁN Te juro que mía has de ser. AMAPOLA ¡Aparta Iván! IVÁN Huyes de mi, tus besos yo quiero, mujer. AMAPOLA ¡Jamás, jamás! IVÁN Mi amor te di. ¿Por qué tu amor tan hondo ha sido luz de mi vivir? ¿Por qué prendió en el alma? ¿Por qué me hiere así? Ven gitana, ven a mí. ¡Ah! ¿No recuerdas de aquellas canciones que hablaban de ilusiones y de niños alegres nos dieron anhelos de vivir? Bendita tierra, te perdí más en tu suelo he de morir. Tierra de mi amor no te olvidaré y en mis tristes cantos te recordaré. AMAPOLA ¿Ah! Recuerdo de aquellas canciones que hablaban de ilusiones y de niños alegres forjaron anhelos de vivir. LOS DOS Bendita tierra, te perdí, más en tu suelo he de morir; son tus recuerdos una flor que en mi alma no se marchitó IVÁN Allí, junto al manso arroyo cantaban los ruiseñores. AMAPOLA Allí, bajo el cielo claro se encienden de amor las flores. IVÁN Las flores de mis amores. AMAPOLA Las flores de suave aroma. IVÁN Y amores nos dan las flores. Mi amor quiere tu amor. AMAPOLA Iván, yo nunca podré quererte. IVÁN Es mi cariño como la muerte. AMAPOLA ¿La muerte, dices? IVÁN Porque te quiero. AMAPOLA ¿Y amor es muerte? IVÁN ¡Muerte son celos! AMAPOLA ¡Nunca, nunca! IVÁN ¡Siempre, siempre! LOS DOS Serás gitana/no mi perdición. Por nuestra raza te juro aquí... ...que he de negarte mi corazón ...que si te niegas a mi pasión antes que tuya/de otro morir. AMAPOLA Morir. IVÁN Yo te juro Amapola que tú has de ser mía. Yo te juro gitana que tú me has de amar. Yo te juro que nadie robarme podría tu cariño, que yo sé matar, matar y amar. LOS DOS Amor, mi raza sabe conquistar y como es fuerte en el dolor también sabe odiar. (Aparecen Alesko, Ulita, Gorón, Mario y zíngaros.) Hablado ALESKO Agradecidísimos quedamos, señor Conde a vuestras atenciones. ULITA Y ahora, con vuestra licencia... MARIO Partid; pero no olvidéis mi petición. ULITA Descuidad; mañana os esperamos en nuestro campamento, para entreteneros con una de nuestras típicas fiestas. MARIO No faltes tú, Amapola. Quiero volver a oírte cantar. Hasta mañana. AMAPOLA Hasta mañana, señor Conde. IVÁN (Para sí) ¡Me matan los celos! GORÓN (Para sí) ¡Estos han debido de tener bronca! ALESKO ¿Vamos? ULITA Vamos (Alesko, Ulita, Amapola y los zíngaros salen) GORÓN Parece que esa trotamundos te ha hecho tilín ¿eh? MARIO Es la mujer más hermosa que he conocido. GORÓN ¡Chico, con qué fuego lo dices! MARIO ¡Acompáñame, voy a mudarme de ropa! GORÓN ¡Caray! ¿A qué te nos has enamorado? (Entran en la casa. Sale Simeona, una guapa e inocentona moza; viene asustada y mirando atrás.) SIMEONA ¡Madre mía! CRISTÓBAL (Cómo espiándola.) ¿"Ande" vas? SIMEONA ¡Ay! ¡Me has "asustao"! CRISTÓBAL El que algo teme, algo ha hecho. SIMEONA ¿Yo? Yo no he hecho nada. Es que me dan mucho miedo los osos que han traído los gitanos. CRISTÓBAL ¿Sí, "verdá"? SIMEONA Y como yo tengo la costumbre de bañarme en el río junto a la "Hondoná" del Cura, y allí hay frutales, pues resulta que los he visto de ir allí a comerse la fruta caída. CRISTÓBAL No son esos los osos que me "tién" a mi con "cuidao", no; yo a los que temo es a los de dos patas. SIMEONA (Ingenuamente.) ¡Esas son monas! CRISTÓBAL ¡"U" monos! SIMEONA Lo mismo da. CRISTÓBAL No da lo mismo, y cuenta que como te vea a hacer más arrumacos a ese "señoritingo" "Gorrón" te doy un guantazo en las narices que van a creerse que "tiés" erisipela. SIMEONA ¡Qué bruto eres! CRISTÓBAL "Mu" bruto, pero también "mu" hombre; de "mó" que ya lo sabes; como te vea de palique con ese lechuguino, que no le da más que por pescar, te salto un ojo. SIMEONA Pero si yo no tengo "na" que ver con ese señorito. CRISTÓBAL ¡Por si acaso; el que avisa no es traidor! SIMEONA Yo te juro que... CRISTÓBAL No me jures "na"... "miá" que te doy. (La amenaza y ella huye de su alcance. Aparece el señor Juan.) JUAN ¿Qué es eso? (Baja y sujeta a Cristóbal.) ¡"Amos", no seas podenco! ¿"Quiés dejar ya a la chica? CRISTÓBAL Si es que... SIMEONA Diga "usté" que no, padre. JUAN Tendría gracia que me la pegaras... CRISTÓBAL Si se la pego es porque ella me la pega. SIMEONA No haga "usté" caso, padre. JUAN Siempre andáis a la greña. CRISTÓBAL Es que desde que han venido los señoritos está "encalabriná" JUAN ¡"Encalabriná"!... Anda, ven conmigo que me "tiés" que ayudar a desollar el jabalí. CRISTÓBAL Lo que "usté" mande; pero "coste" que como la vea... JUAN (Empujándole.) Anda, hombre, anda. (A ella.) Ahí te quedas, ten "cuidao" por si te necesitan los señores. CRISTÓBAL (Con ira) ¡Los señores! JUAN He dicho que andes. (Se lo lleva a empujones. Aparece Gorón. Baja, se fija en Simeona y sonríe pícaramente.) GORÓN ¡Sola! ¡Ésta es la ocasión! (Acercándose a ella por detrás.) ¡Bella ondina! SIMEONA ¡Ay! (Viéndole.) ¡Ah! ¿es "usté"? GORÓN ¿Pues quién creías qué era? SIMEONA Un oso. GORÓN ¡Caramba! La comparación no es muy halagüeña!... SIMEONA Si viera "usté" desde que han venido los gitanos con esos osos, tengo un miedo... GORÓN ¿Miedo tú, madrigal "gutierrecetinesco"? SIMEONA ¡Je, je! Que cosas tan bonitas dice "usté"... GORÓN (Para sí) ¡Caray, está que ni modelada! (A Simeona) ¿Oye, tú te bañas muy a menudo? SIMEONA Sí, señor; en la "Hondoná" del Cura. GORÓN ¡"Rebonete", qué suerte! ¿Y no te has fijado nunca si tienes un lunar aquí en la paletilla izquierda?... SIMEONA (Con ingenuidad.) No, señor. GORÓN Pues negro mate, pero de un mate acharolado; una cosa así como una mosca picando en un queso de Burgos. SIMEONA ¿"Usté" lo ha visto? GORÓN Yo, no... no... (Para sí) ¡Caray, por poco me cuelo y pierdo el panorama! (A Simeona) Ni siquiera sé hacia donde cae esa hondonada... SIMEONA Por aquí, a la izquierda. GORÓN Sí, junto a los chaparrales... SIMEONA ¿No decía "usté" que no lo sabía? GORÓN Es que me lo figuro; porque para bañarse, allí es donde hay más agua... SIMEONA Como que a mi me llega por aquí... (Señalándose el pecho.) GORÓN ¿Por donde dices? SIMEONA Por aquí... GORÓN ¿Por?... (Para sí) ¡Me veo de anfibio! (A Simeona) Y tú ¿nadas bien? SIMEONA ¡Anda, ya lo creo! GORÓN Verdaderamente tu no necesitas calabazas, porque te debes sostener admirablemente a flote con esto... ¿No? (Le toca las caderas.) SIMEONA Sí, sí, señor... GORÓN Y luego con estos brazos... (Tocándoselos.) cortarás el agua deliciosamente... (Cogiéndola los brazos y aprovechándose.) ¿Cómo los pones?... ¿Así?... ¿O así...? SIMEONA Así. GORÓN ¿Así?... (Para sí) ¡Así está que "cloroformiza"! (A Simeona) Pues mira, debes ponerlos así. SIMEONA ¡Qué cosas tiene "usté" señorito Teodoro! GORÓN ¡Y qué cosas tienes tú, hija mía! Pero mira, llámame Doro, nada más. SIMEONA ¿Por qué? GORÓN Porque el final de los nombres es mucho más cariñoso, ¿sabes? Por ejemplo: Rosalinda, le quitas la Rosa y se queda Linda. Felisa, le quitas la Fe y se queda Lisa. Gaspara, le quitas el Gas y se queda Para. SIMEONA ¿Para qué? GORÓN Para que la alumbren: más práctico. ¿Tú te llamas? SIMEONA ¡Simeona! GORÓN ¡"Carape"! Pues a ti no es posible quitarte el Si... SIMEONA ¿No? GORÓN Sí, digo no... Oye, y mañana ¿te bañas también? SIMEONA Si no están los osos, sí; es que los tengo tanto miedo, que si veo un oso me desmayo... GORÓN ¡Es una idea! SIMEONA ¿Qué dice "usté"? GORÓN Que es una mala idea dejar sueltos a esos animalitos. (Para sí) ¡"Resalomón"! ¡Qué inspiración! ¡Este procedimiento es inédito, pero va a ser definitivo! (A Simeona) ¿De modo que estás segura que te desmayas? SIMEONA Segurísima, ya lo creo (Con mimo.) GORÓN (Para sí) ¡Hay que boca más dulce! ¡ha llegado la hora! (Fingiendo que le ha entrado una paja en el ojo) ¡Ay! ¡Ay! SIMEONA ¿Qué le pasa a "usté"? GORÓN ¡Una pajita! ¡Que se me ha metido una pajita en este ojo! ¿Quieres hacer el favor de soplarme en la pupila? SIMEONA ¡Ya lo creo! GORÓN ¿Bueno, pero me soplas o no me soplas? SIMEONA Si no se está "usté" quieto. GORÓN No me estoy quieto por la pajita. Tú no sabes lo que molesta. SIMEONA Bueno; pues cierre "usté" los ojos. GORÓN ¿Para qué? SIMEONA Si no, no le soplo. GORÓN Como quieras. (Aparte.) En cuanto la sienta venir le doy un apechugón que la "extraplanizo". CRISTÓBAL (Saliendo.) ¡Mi madre! SIMEONA ¡Cristóbal! CRISTÓBAL ¡Chist!... GORÓN Me soplas un ojo o abro el otro. SIMEONA Aguárdese un momento. (Cristóbal por señas le dice a Simeona que se vaya. Esta lo hace y entonces él, acercándose muy despacio a Gorón, le da un soplido que le hace caer en una silla.) GORÓN ¡Caray! ¡El Simún! CRISTÓBAL (Con guasa.) ¿Ha salido ya la pajita? GORÓN ¡La pajita y la niña! CRISTÓBAL La niña es la que le "tié" a "usté" con "cuidao", ¿verdad? ¡Pues abra "usté" el ojo. GORÓN ¡Pero si me los has cerrado para un trimestre! Oye, ¿pero de verdad no traías fuelle? CRISTÓBAL ¡Lo que tengo es unos pulmones! GORÓN Bueno, pues muchas gracias por tu atención... CRISTÓBAL No hay de qué darlas, y otra vez cuando quiera "usté" que le soplen algo me avisa "usté" a mí, que yo sé soplar a los hombres. (Sale mirándole airadamente. Durante todo lo anterior ha oscurecido.) GORÓN ¡Bueno! Este bruto nació para vendaval. Y que debe tener una fuerza, a juzgar por los pulmones... Si es verdad que la vida es un soplo, este bárbaro le deja en mantillas a Matusalén. (Por la escalinata, Mario, Alfonso y Ernesto.) MARIO Pero ¿estás aquí? ERNESTO No andará lejos Simeona. ALFONSO Oye... ¿qué tienes en ese ojo? GORÓN Que me ha dado un aire. ERNESTO Tú siempre el mismo. ALFONSO ¿Y ésas? GORÓN Aún no han bajado; ya sabéis lo que son las mujeres: tardan un siglo en arreglarse... (Se iluminan las ventanas del pabellón.) ALFONSO ¡Mirad, han encendido! ERNESTO ¡Margot!... ¡Charito! GORÓN Hombre, no seas vulgar, ¿vas a llamar a gritos como los gañanes? Mira, el momento es propicio; la noche es tibia, la luna alumbra el bosque, y el castillo de nuestras infanzonas ha iluminado sus ventanas... ALFONSO ¿Estás loco? ERNESTO ¿Qué dices? GORÓN Nosotros, trovadores provenzales, llegamos bajo el alféizar, templamos la guzla y cantamos una galante serenata. Aquí está la guzla. (Coge una botella y una cuchara.) Imitadme. (Los otros hacen lo propio.) ERNESTO (Fijándose en Mario que desde el principio de la escena esta preocupado, en una silla.) Mario, ¿qué te ocurre? MARIO ¡Nada! GORÓN ¡Ah! ¿Aún te dura la emoción de la zíngara? MARIO ¡Qué locura! GORÓN Pues no seas niño; coge otro instrumento y acompáñanos a "serenatear" MARIO ¡Tienes razón! ¡Adelante! GORÓN ¡A la una, a las dos, a las tres! Cantado GORÓN, ALFONSO ¡La, ra, la la. La ra, la la! ERNESTO ¡La ra la, la ra la la ra! GORÓN Seguidme, troveros, que allí la princesa está y al punto despertará, escucha mi chata esta dulce serenata. ERNESTO, ALFONSO ¡La nata! GORÓN Asómate al aljimez, asómate de una vez, sal mi castellana, sal a la ventana, sal, sal, sal, mi sol. GORÓN, ALFONSO Asómate, por favor. ERNESTO Que quiero cantarte, amor. GORÓN Asómate, Leonor. GORÓN, ALFONSO, ERNESTO Que es el trovador. MARIO Trovadores, basta de cantos, pues si os llegan a oír, con esta canción no van a salir; escuchad que voy a cantar, aprended los cuatro a trovar. Oye hermosa prisionera, la más gentil y hechicera, la inspiradora de mi quimera, que en el misterio de tu cautiverio buscas el imperio del amor. Ante la reja escondida de tu ventana florida los dulces sones de sus canciones, de amor herido, y por amor vencido, lanza tu rendido trovador. Sultana yo soy un peregrino de amor Sultana, escucha al trovador sultana, galana, la ofrenda de mi amor será roja flor que trajo el trovador de amor. Óyeme, óyeme, oye mi cantar, oye a tu juglar. Sultana, galana, tu amor viene a implorar el cantar del juglar. Sultana, oirás al abrir tu ventana el cantar del juglar. (Al terminar el número salen del pabellón Ketty, Margot y Charito.) Hablado MARGOT ¡Admirable! CHARITO ¡Muchas gracias! KETTY ¡Sois amabilísimos! GORÓN ¿Os ha gustado?... pues ha sido idea mía. MARGOT La idea puede que haya sido tuya; pero lo que es la voz... GORÓN ¡Ah! ¿pero es que yo estoy mal de canto? CHARITO Tu estás mal de canto y de frente; no te hagas ilusiones. GORÓN Muchas gracias, pero tú no eres mi tipo. KETTY La voz que ha entonado la serenata era una voz dulce, melodiosa.... GORÓN ¡Claro! La voz de un hombre que acaba de enamorarse como un burro. KETTY ¡Ah!... ¿Pero es que Mario?... GORÓN Sí, hija, sí; se nos ha "enzingarado". MARIO ¿Qué dices? CHARITO A ver, a ver; explícanos eso. MARIO No le hagáis caso. GORÓN ¿Cómo que no? ¿Vas a negarme, Abelardo, que has encontrado a tu Eloísa, en esa zíngara, inculta, pero bella? KETTY ¿Pero esas tenemos? ERNESTO Esas y otras; porque mañana vamos a juerguearnos por todo lo alto. MARIO Es verdad, que no sabéis la sorpresa que os preparo. ELLAS ¿Cuál es?... ¿Cuál es?... MARIO Que, aprovechando la llegada a estas cercanías de una tribu gitana, mañana visitaremos su campamento y presenciaremos una de sus típicas fiestas. ERNESTO Habrá cante. ALFONSO Habrá baile. GORÓN Habrá gitanillas hechiceras, en fin, una zambra en toda regla. ELLAS ¡Ay, que bien! ¡Cómo nos vamos a divertir! GORÓN Nada, que de esta hecha, aprendo a tocar el pandero, enseño a bailar a un oso y cojo una mona... MARIO Eso lo haces con mucha frecuencia. GORÓN ...cojo una mona y la enseño a dar saltos mortales. ERNESTO Eso ya es más difícil. GORÓN Lo único cierto es que tú (Por Mario.) estás que sorbes los huracanes por esa Amapola... CHARITO ¿Amapola? GORÓN Sí; ese es el nombre de la zíngara hechicera... MARIO Tú lo has dicho, Gorón: hechicera, porque con su belleza me ha robado la tranquilidad, me ha seducido, me ha hechizado, en una palabra. ALFONSO ¡Pero Mario! ERNESTO El hombre que, como tú, ha tenido a su disposición las mejores mujeres de Madrid, no tiene derecho a enamorarse de una vagabunda... MARIO ¿Qué queréis?... ¿Es tan hermosa? AMAPOLA (Dentro gritando.) ¡Socorro! ¡Auxilio! MARIO ¿Qué es eso?... ¡Es su voz! CHARITO ¿Qué dices? MARIO ¡La voz de Amapola! JUAN (Saliendo.) El jabalí que ha herido "usté" esta tarde... MARIO ¿Qué? JUAN Que me "paece" que ha "atacao" a una de las gitanas... MARIO ¿Será ella? ¡Corramos! ERNESTO ¡Cada uno por un lado! CHARITO ¡Qué miedo! MARGOT ¡Una fiera suelta! GORÓN ¡Una fiera! ¡Si la ha visto Simeona se ha desmayado! ¡Voy a ver! (Todos salen. Al poco, entra Mario con Amapola desmayada en los brazos) Cantado MARIO ¡Gran Dios! Es la gitana. No me engañó el corazón, al correr presuroso a salvarla. Su cara de nieve y rosa es pálida azucena, que enciende el coral de su boca. ¡Qué hermosa! Ya vuele a la vida su cara es una rosa de rubor encendida. ¡Qué bella está dormida! ¡Qué bella es su figura! Su boca, fresca y pura, nació para besar. Belleza presentida de frescos labios rojos, besar quiero de hinojos tu boca de coral. ¡Amapola! ¡Despierta! ¡Amapola! ¡Mi reina! AMAPOLA ¿Dónde estoy, sueño ha sido? ¡Ah, qué miro, oh, señor! ¿En vuestros brazos? MARIO No temas que estos brazos te salvaron. AMAPOLA ¡Dejadme, dejadme marchar! MARIO ¡Jamás, que el amor en mi pecho has hecho despertar! AMAPOLA No, que en mi pecho, señor no nació para mí su amor. MARIO Te juro, Amapola, por mi honor, que es esto amor. AMAPOLA No es amor. MARIO Esto es amor. AMAPOLA ¡Callad, señor! MARIO Oye, gitana, la de los ojos negros, la de la boca grana cual vivo coral, en tus labios hay mieles y hay rubor de claveles, y en ellos quiero, sultana mía, mi beso dejar. ¡Ah!... Por un beso de amores de tu boca encendida, diera toda una vida y un amor, que otra vida galana me darían, gitana, tus labios en flor. Ven a mí, ven sultana, sin tus labios de grana, sin tus encantos mi flor temprana, me muero de amor. ¡Ah! Tú has de ser mía, ven vida mía sin temor, la leyenda esa olvida que en mis brazos mi vida, te espera el amor, mi amor que supo elevarse con esta pasión bien sabrá cultivar tu corazón. AMAPOLA Es la fuente del mal mi belleza fatal; mis labios matan, está en mis labios la muerte, yo no quiero perderte si hay que morir que la muerte nos vuelva a unir, ilusión de mi amor, mi divina ilusión, por ti vibra el corazón. (Sale Madre Ulita) Hablado ULITA ¡No, Conde, no la beses! Sería tu muerte. Escucha esta leyenda zíngara: "La madre de Amapola fue de tal hermosura, que quizá bajo el cielo no encontrase rival. Los artistas más grandes copiaron su figura y se rindió a sus plantas una corona real. Por tan altos amores renegó de su raza, dejó el vivir errante por más noble vivir, sin pensar que en el mundo lo que el Amor enlaza el tiempo y el hastío lo suelen desunir. Flor de amor, marchitóse como todas las flores, y al mirarse humillada por aquel que adoró, estrechando a Amapola, fruto de sus amores, enferma y vacilante, con nosotras volvió. Vino herida de muerte y al sentir que moría, una noche a la tribu nos hizo reunir; acercóse a Amapola, que inocente dormía, y con cálido acento la oímos predecir: ¡Hija!, serás hermosa como hermosa yo he sido; pero ya que te lego mi belleza fatal, no quiero que por ella sufras como he sufrido. La hermosura de las hembras es la fuente del mal. De su perverso encanto yo quiero defenderte, tú esquivarás las redes donde yo me prendí, que aunque va a separarnos para siempre la muerte, con mi postrer conjuro velaré sobre ti... Anhelarán las mieles de tu boca encendida; pero aquel que en tus labios ponga un beso de amor, morirá, que la muerte va en ellos escondida como víbora oculta en una roja flor." Ahora besa si quieres esos labios tan rojos que su oculta leyenda para ti recité... MARIO ¿Qué me importa la muerte si me miran sus ojos? ¡Esos labios de grana besaré... besaré! (Madre Ulita va llevándose poco a poco a Amapola, que vuelve los ojos hacia Mario, y en el momento de empezar a cantar éste, se desprende de madre Ulita y se arroja en los brazos de su amor. Luego Amapola, como comprendiendo la locura que iba a cometer, se desprende violentamente de los brazos de Mario y huye con Madre Ulita, soltando una carcajada nerviosa.) MARIO (Llamando.) ¡Amapola! ¡Amapola! (Se vuelve a oír dentro la risa de ella.) ¡Boca de risa loca por la muerte defendida, yo he de besar esa boca aunque me cueste la vida! ACTO SEGUNDO (El campamento de los gitanos. Toscas tiendas levantadas por ellos. Aparecen en escena: Iván, afilando un cuchillo; la Madre Ulita, peinando a una niña; varias zíngaras haciendo cestas y otras pintándolas; zíngaros con martillos dándole a un yunque y otros forjando unos calderos.) Cantado CORO Quien trabaja cantando va el trabajo aliviando, y por eso le quiero alegrar ayudándole con mi cantar. ELLAS Los que mienten quereres a las pobres mujeres si algún día dan el corazón su cariño pagan con traición. CORO Canta, canta que tu canto es alegría. Canta, canta la tristeza que hay en el vivir. ELLAS Canastitos, canastos de mis amores para la ropa blanca como la nieve, salpicado de aromas de lindas flores que la brisa del campo risueña mueve. GURKO (Esquilando a un burro.) Compañero, compañero de la errante caravana, encontrado en un sendero a la luz de la mañana, pon el rostro placentero, ten la planta más galana, compañero, compañero de la errante caravana, compañero, compañero. ULITA (Recitado.) ¡Vamos! Estáte un poco quieta, hija, que pareces un rabo de lagartija. NIÑA (A la que está peinando la Madre Ulita.) ¡Vamos "agüela" si es que en vez de peinarme usted me pela. CORO (Cantando.) Quien trabaja cantando va el trabajo aliviando, y por eso le quiero alegrar ayudándole con mi cantar. ELLAS Los que mienten quereres a las pobres mujeres, si algún día dan el corazón su cariño pagan con traición. CORO Canta, canta que tu canto es alegría. Canta, canta la tristeza que hay en el vivir. IVÁN (Afilando el cuchillo.) Hecho de un rayo de luna tu filo de acero defiende mi amor. Tú eres mi sola fortuna, mi fiel compañero de amor y dolor. Brilla, cuchillo afilado, que quiero que busques en su corazón todo el amor que le han dado y a mi me han robado con fiera traición. A solas con mi penar tú sólo sabes mi desventura, tú sabes de la amargura, de los tormentos de un hondo amar. Brilla cuchillo de fino acero, brille tu filo como centella, tú has de vengarme fiel compañero, tú has de vengarme traiciones de ella. CORO Jura vengarse, honda es su pena. Su odio es terrible, sufre y espera. Arden sus ojos, tiemblan sus manos, su amor le mata cruel desengaño. IVÁN Tú has de vengarme fiel compañero, tú has de vengarme traiciones de ella. CORO Quien trabaja cantando va el trabajo aliviando, y por eso le quiero alegrar ayudándole con mi cantar. Hablado ALESKO Bueno, muchachos, dad de mano a la labor, que hay que prepararse a recibir la visita de los señores, para después comenzar a recoger el campamento. GURKO ¿Marchamos esta tarde? ALESKO En cuanto anochezca: ahora, en otoño, son mejores para caminar las estrellas que las lumbres del sol. IVÁN Sí, padre Alesko; vámonos pronto de esta tierra maldita. CORO ¡No digas eso, Iván, que buena hospitalidad hemos encontrado en ella! GURKO ¡Si así fuera siempre! ULITA A Iván le ha parecido demasiado cariñosa la acogida, ¿verdad, Iván? IVÁN No quiero tratar con los que nos desprecian. CORO ¿Llamas desprecio a la caridad? ALESKO De acero es tu cuerpo, Iván; pero tu corazón es de niño: tus celos del señor Conde pudieran costarnos caro; y como dentro de poco él ha de venir al campamento debo advertirte... IVÁN Nada, padre Alesko; yo no he de estar aquí, no quiero verlos. ULITA Estarás para ofrecerles pieles y gargantillas: es preciso agradarles... CORO Yo les diré la buenaventura. ALESKO No; será Amapola quien se la diga, que ella sabe leer en los astros y en las líneas de la mano... IVÁN ¡Ella, no! ULITA Iván... ¡Estás celoso! IVÁN A nadie le importa... ULITA A todos. Óyeme a mí, que viví mucho y la vida fue la maestra que me enseñó la ciencia del bien y del mal. No celes a Amapola, Iván; ella es la más hermosa de la tribu; su rostro hechicero atrae las miradas de todos y no deja que se fijen en la pobreza de nuestras tiendas... Si el señor Conde puso en ella sus ojos, no temas, que el capricho es pasajero y nuestro vivir errante es eterno; y si ella le mira agradecida y en la buenaventura le presagia dichas y amores, no temas tampoco, que él la salvó la vida y es justo que antes de reanudar el camino pague el favor con una sonrisa. Pero si ella faltase a tu amor, la Madre Ulita sabría defenderte con sus leyendas y con sus verdades... ¿Hablaste con Amapola? IVÁN No, Madre Ulita; me esquiva, huye, se aleja de mí. ALESKO ¡Andad a cuanto os dije, que la tarde avanza! ULITA Vamos, hijo Iván; yo defenderé tu amor. IVÁN Yo también sabré defenderlo. (Salen todos.) GORÓN (Dentro.) ¡So!... ¡Soo!... (Entrando) ¡"Caray", qué caballito! ¡Nada! ¡Está visto que tengo desgracia para los animales! Ayer, en la cacería, me largaron uno más falso que el alma de Judas, no hacía más que encabritarse y relinchar atrozmente... ¡y que duro de boca el tal caballito!.... Duro y falso, me dije, ¡pues a cambiarlo! ¡Y hay que ver el trabajo que me costó!... Hoy me dijo el encargado de las caballerizas: se va usted a llevar el mejor caballo de la cuadra; y me largó éste, que según él, ha ganado siete copas en las carreras; cuidado que yo le dije: Mire usted que no quiero jugar con el caballo de copas; pero como si no; y, efectivamente ha venido el camino bailando la rumba ...¡Estoy molido! ¡Indudablemente yo no nací para jockey! CORAL (Con un cantarillo en la cadera.) ¡En seguida vuelvo! GORÓN (Al verla.) ¡"Recíngaro"! ¡Qué flor silvestre!... ¡Es una monada!... (Por el mismo sitio que Coral, hacen salida Estrella, Clavellina, Violeta y Rocío, cuatro bellas gitanas, con sus respectivos cantarillos.) ESTRELLA ¡No tardamos! GORÓN ¡Mi acaudalada madre! ¡Qué invasión de bellezas naturales! (Llamándolas.) ¡Chist!... ¡chist! CORO ¿Deseaba algo el señor? GORÓN ¿Hacia donde vas, porcelana "talavereña"? CORO A la fuente, a llenar este cantarillo. GORÓN ¿Y éstas también van a la fuente? ESTRELLA También. GORÓN ¿Y también a llenar el cantarillo? CLAVELLINA Sí, señor. GORÓN (Suspirando.) ¡Ay, quien fuera él! CORO ¿Por qué? GORÓN Porque va aposentado en un sitio delicioso. CORO ¿Cuál? GORÓN (Tocándose la cadera.) Éste. (Para sí) ¡"Regeometría"! ¡Qué curva más pronunciada! (En voz alta) Oye, ¿pero no te pones aquí ninguna almohadilla? CORO No, señor; como sólo vamos a la fuente, ésa de la plaza de los Álamos.... GORÓN ¡Caramba!, pues eso está bastante lejos, si fueseis aquí al lado lo comprendería, pero créeme, yendo a la plaza, deberías llevar la almohadilla. CORO ¿Por qué? GORÓN Porque el cántaro te debe hacer un daño horrible. CORO No lo crea "usté" GORÓN (Tocando a Estrella para convencerse.) Y tú ¿tampoco te pones nada aquí? ESTRELLA Nada. GORÓN (Para sí) ¡Mi octogenaria abuela! ¡Ésta sí que está "amazacotada" (En voz alta) Pues a mí me parece que este lado está más hundido que éste. (Tocándola, como es natural.) ESTRELLA Ilusiones. GORÓN Puede, puede que sean ilusiones: pero yo juraría que... claro, como aquí llevas el cantarillo, resulta que este lado... ¿comprendes?... que este... (Desmayándose) ¡Ay! CORO ¿Qué le pasa? GORÓN Que me voy al este, digo al otro, es decir, a la otra... (Tocando a Clavellina.) ¡A ver si tienes menos desnivel! TODAS ¡Ja, ja, ja!... GORÓN ¡Ay, qué bocas, San Timoteo! ¿Y vosotras de dónde sois? CORO De la isla de Chipre. GORÓN ¿De la isla? ¡Pues en mi vida he visto unas bocas más saladas! ¿Y todas sois de allí? ESTRELLA No, señor, yo soy de Basilea. CORO Y yo de Chipre. GORÓN Comprendido; tú eres Basilisa y esta "Chipriana". ¿Y vosotras? CLAVELLINA Nosotras hemos nacido a orillas del Danubio. CORO Señor, no os extrañe que cada una seamos de distinta tierra; fue tan errante el vivir de nuestros padres. que Clavellina, Violeta y Rocío nacieron en Bohemia, mientras Estrella lleva en sus ojos la luz de Suiza. GORÓN ¡Qué lindos nombres! ¿Y tú como te llamas? CORAL Coral me llamo. GORÓN (Para sí) ¿Coral?... Por coger este coral me hacía yo buzo. (En voz alta) Y decidme: desde luego vosotras debéis ser unas "cantarinas" y unas danzarinas consumadas. CORO Cantamos y bailamos las danzas de nuestra tribu, siempre tristes y evocadoras. GORÓN Pues es una lástima, porque vosotras, con esos talles tan estupendos, os cimbrearíais de una manera inimitable en el fox-trot. CORO ¿Eso qué es? GORÓN Un baile prodigioso que podría adaptarse muy bien a vuestro ambiente. (Para sí) ¡Ah, qué idea! ESTRELLA ¿Sí? GORÓN Sí, veréis: dejad los cantarillos y aproximaos, que os voy a dar una lección de la última palabra de la coreografía, el fox-trot gitano. (Para sí) ¡Aprovéchate Gorón, que eres el amo...! Cantado GORÓN Se pone el cuerpo así, con mucha distinción, y se baila como en Francia, con soltura y elegancia, con "esprit" y "sanfasón". Pom, pom, pom. Qué vaivén tiene el fox, mueves el cuerpo pero de "chipén" y te cimbreas como un bambú. ZÍNGARAS Que vaivén tienes tú, mueves el cuerpo pero de "chipén" y te cimbreas como un bambú. CORO Donde se halle el garrotín que se quite ese fox-trot; pues en gracia y en salero este baile es el primero, y lo bailan los gitanos porque así lo manda Dios. GORÓN No me gusta ese baile gitano ni en invierno ni en verano, porque el baile no tiene elegancia como no sea "agarrao". CORO Este baile es gracioso y movido y además no es aburrido, ni tan soso como ese de Francia que tú nos has "enseñao" ZÍNGARAS ¡Ay, ay, ay! Capullito de claveles son mis pies al bailar. GORÓN ¡Olé, olé, olé! El fox-trot "dernier" es un baile de gran fama que se baila en Yokohama. TODAS En París y en Nueva York. GORÓN El fox-trot "dernier" es un baile muy sensato que lo baila ya hasta el gato. TODAS ¡Es mejor el garrotín! GORÓN Soy un berbiquí... ELLAS ¡Cómo se mueve! GORÓN ...cuando bailo así. ELLAS Vaya un "gachí" ¡Olé! ¡Gracia! ¡Baila, so cañí! TODOS Que vaivén tiene el fox; mueves el cuerpo pero de "chipén", y te cimbreas como un bambú. GORÓN Soy el amo de la danza porque yo me muevo mucho más que un ordenanza. ELLAS Bailas con salero y al mirarte yo me muero, pues tu cuerpo sandunguero tiene gracia y tiene sal. GORÓN Es que a salsa y a finura no me gana nadie mientras tenga esta figura. TODOS Bailas que mareas, pues bailando te meneas más que veinte chimeneas cuando sopla un vendaval. ¡Gracia! ¡Gitano! GORÓN ¡Olé ya mi mamá que me destetó con sal! TODOS ¡Olé! Hablado CORO Es bonito. ESTRELLA Es precioso. GORÓN ¡Ah! ¿Os ha gustado el fox-trot? TODAS ¡Ja... ja... ja...! GORÓN (Para sí) ¡Qué labios! ¡Son dos cerezas!... ¡Y con lo que a mi me gusta la fruta! ¡Yo beso a una! (Llevándose la mano a un ojo como en el acto primero.) ¡Ay, ay, ay! CORO ¿Qué es eso? ESTRELLA ¿Qué le pasa? GORÓN ¡La pajita! Que se me ha metido una pajita en este ojo. ¿Queréis hacer el favor de soplarme una de vosotras? CORO ¡Vaya! GORÓN Acércate; ten cuidado. ¿La ves? CORO No. GORÓN Acércate más. (Ella se acerca confiada y Gorón, entonces, le da un beso.) CORO (Retirándose asombrada pero sin violencia.) ¿Eh? TODAS ¡Ja, ja, ja!... (Ante la actitud que Gorón va tomando, las gitanillas recogen sus cantarillos y salen riéndose.) GORÓN (Relamiéndose.) ¡Mermelada!... Bueno, si a mí me dicen esta mañana que tenía que posar mis labios en un sorbete de fresa, me congestiono de risa... (Charito, Ketty, Mario, Ernesto y Alfonso.) CHARITO Es pintoresco este aduar! MARIO (A Gorón.) ¡Hola! ¡Por fin te encontramos! ERNESTO Te adelantaste en el camino. ALFONSO ¡Algún fin tendría este adelanto! MARIO (Riéndose.) El de siempre. GORÓN El de siempre pero esta vez con superávit. TODOS ¿Con superávit? GORÓN Sí, he estado de palique con unas gitanillas, que eran unas "kirikis" con pañolillo y falda, y mi clásico procedimiento de la pajita en el ojo propio ha dado el resultado apetecido. ERNESTO ¿Cómo? GORÓN He "osculeado" a una y me he relamido. CHARITO ¿Has besado a una gitana? GORÓN Sí. MARIO ¿Y te has atrevido después de conocer la narración de la vieja Ulita? MARGOT ¡Acuérdate!... "Morirá el primer hombre que la bese"... GORÓN (Palideciendo.) ¡Demonio... pues es verdad! ¡Ay, ay, ay!... Con razón notaba yo ciertos mareos... y ¡ay!... yo estoy muy grave... No, no reírse... ¡qué es verdad!... ¡que se me va la cabeza!... ¡Ay!... ¡Ay que lástima morir tan joven! (Entra Alesko.) ALESKO Sed bien venidos a mi humilde aduar... MARIO ¡Hola! Aquí tenemos al rey de los zíngaros. ALESKO El señor Conde nos tiene a todos a sus órdenes, como ayer le ofrecí. GORÓN (A los demás.) ¡Ay! ¡Es muy atento este monarca zíngaro! MARIO Como te dije, estas amigas y amigos míos querían conocer tu campamento, y al propio tiempo, presenciar una de vuestras típicas fiestas... ALESKO Todo está preparado, pero si el señor Conde lo desea, antes le podemos ofrecer varios de nuestros trabajos. CHARITO Eso, sí... MARGOT Y que nos digan la buena ventura. KETTY Que nos adivinen algo. GORÓN Eso, eso... ¡el horóscopo! ALESKO Nada más fácil. (Llamando.) ¡Amapola!... ¡Ulita, Gurko, Iván!... ¡venid! ERNESTO ¡Ya veréis lo que nos divertimos!... (Entran los gitanos y algunas gitanas) AMAPOLA ¿Nos llamabas, padre Alesko? MARIO ¡Ella! AMAPOLA (Para sí) ¡Él! IVÁN (Para sí) ¡El Conde! ALESKO Sí. El señor Conde, que, como nos había ofrecido, ha honrado visitando con sus amigos el campamento, desea conocer su sino... MARIO ¿Quién de vosotras, hermosísimas gitanas, se atreve a leer mi porvenir? AMAPOLA (Después de un instante de silencio.) ¡Yo! IVÁN ¡No!... ¡Tú, no! MARIO ¿Por qué? GORÓN (Para sí) ¡Atiza, el Otelo zíngaro! IVÁN Porque no. ULITA (Aparte a Iván.) ¡Calla, Iván, calla! No nos pierdas... Recuerda que yo velo por tu amor... ¡Calla y sufre! MARIO (Agresivo.) ¿Vas tú a impedirlo? IVÁN (Como declarándose vencido, bien a pesar suyo.) No... ALESKO No le hagáis caso, señor Conde. Iván es bueno, aunque algo impulsivo... perdonadle... MARIO No se hable más de ello... ALESKO Amapola, di la buenaventura al señor Conde... Recitado AMAPOLA Lucero de Oriente, fulgor claro y puro atiende el conjuro de mi devoción. Alumbre mi frente tu luz adivina, y el rumbo encamina de la predicción... Que los genios del Zodíaco, por el del mal y del bien en luz me den. El Amor, rey del mundo, ha de ser tu tirano, bien claro me lo dicen las rayas de tu mano. Él te dará ventura y te dará tormento. ¡Dolor y amor son astros del mismo firmamento! Sufrir será tu sino, porque es amar tu lema, como una mariposa que en la llama se quema, la lumbre de unos ojos será tu embrujamiento. ¡Dolor y amor son astros del mismo firmamento! Tu corazón vacío, de pronto se ha colmado, de ese anhelo infinito, dulce y atormentado, que unas veces es gorja y otras veces lamento. ¡Dolor y amor son astros del mismo firmamento! Eso dice tu estrella; la gitana te advierte que el amor, que es la vida, puede darte la muerte. Él embruja tu vida como un encantamiento. ¡Dolor y amor son astros del mismo firmamento! Clara estrella del Oriente, que así mi frente inspiró con su fulgor, líbrale del Dios Amor. CHARITO ¡Muy bien! ERNESTO ¡Qué pintoresco! ALFONSO ¡Tiene color! MARIO Y ha leído en mi vida como en un libro abierto, eres tan discreta, como hermosa, Amapola.... (Para sí) ¡No podré nunca olvidarla! GORÓN ¡Como pueda acercarme a aquella pelirrubia, me ciego! AMAPOLA Sois muy amable... mi arte no tiene nada de particular. KETTY Sigamos viendo el campamento. MARGOT Sí, quisiéramos comprar varias chucherías. ALESKO Marchemos hacia las tiendas y ofreced allí a las señoras collares de aljófar y zarcillos de azabache... TODOS ¡Sí, sí... vamos!... (Salen todos. Entra Cristóbal, procurando no ser visto. Trae en la mano una enorme maza) CRISTÓBAL ¡Cómo la vea hablando con el señorito Gorón, la doy un golpe que la "perniquiebro" la cabeza!... ¿"Ande s´habrá metío"?... Ella suele venir por este "lao" a bañarse. (Mirando.) Sí, allí, en la "hondoná" del cura... ¡"Dita" sea!... ¡Luego dicen que se pierden los hombres! Yo creo que me he "perdío"... ¡"Na"! ¡Que me he "perdío"! MARIO (Saliendo.) ¿Qué haces aquí, Cristóbal? CRISTÓBAL ¡Que me he "perdío"! MARIO ¿Tú?... No lo creo. CRISTÓBAL Pues si no me he "perdío" me voy a perder. MARIO Pero ¿qué dices? CRISTÓBAL Lo que "usté" oye. "Dende" que "usté" y sus amigos llegaron al castillo, hay quien anda detrás de mí "pa" bailarme la moza. MARIO Figuraciones tuyas. CRISTÓBAL ¿Figuraciones? Pues que anden con "cuidao" porque al que me baile la moza le doy un "julepe" que lo baldo. MARIO Basta; tú no debes olvidar que son amigos míos. CRISTÓBAL Si no lo olvido; ya sé que "usté" es mi amo, y "usté" manda en mí, pero los demás, no; y yo soy "mu" noble, pero "mu" bruto, y me "puen" tocar al bolsillo, me "puen" tocar a la honradez", pero que no me toquen a la Simeona, porque ¡va a armarse la gorda! MARIO Bueno, bueno; tú procura vigilarla... y anda a tus quehaceres. CRISTÓBAL Sí, señor; si ya la vigilo... por eso digo que anden con "cuidao"... ¡Y "na" más!... Con su licencia, señor Conde. MARIO Vete con Dios. CRISTÓBAL (Saliendo. Para sí) ¡Éste... ya se la ha "tragao"" Y si cojo al otro... (Escupiéndose la mano y enarbolando la maza.) se la traga también!... (Sale.) MARIO ¡Qué bruto!... Como se descuide Gorón, lo enterramos en la finca; será cosa de avisarle; ése lo ha tomado a broma y se está jugando la cabeza. (Entra Amapola en busca de algo.) AMAPOLA (Al ver a Mario.) ¿Cómo, señor Conde? ¿Estáis aquí solo?... Yo os hacía con vuestros compañeros visitando el campamento. MARIO Nada mejor que la soledad para quien sufre penas de amor. AMAPOLA ¿Penas de amor? MARIO ¿Y tú lo preguntas, Amapola, siendo la culpable de que se haya roto la paz de mi alma? AMAPOLA No me habléis así, señor Conde. MARIO Ni tú me nombres de ese modo; para ti soy Mario nada más. AMAPOLA ¿Insistís? MARIO ¿Cómo no he de insistir?... ¿Crees tú que puede vivirse en calma después de haber visto la luz de esos ojos y de haber anhelado la miel de esos labios? AMAPOLA De estos labios que matan, no lo olvidéis. MARIO ¿Qué importa que la muerte espere en ellos al que los bese, si el no besarlos es también la muerte? AMAPOLA No, señor Conde; dejadme por favor. Iván puede acecharnos y... MARIO ¿Le temes solamente, o le amas? AMAPOLA ¡Le temo! El amor no es para los que caminamos; está a los lados del camino y no nos podemos detener a conocerle... Iván es el hombre a quién el padre Alesko me destinó, y he de escuchar en silencio sus frases y he de sufrir callando sus celos... ¡Por eso le temo! MARIO ¡No, eso no!... Tú no debes estar a merced de las brutalidades de un hombre tosco y zafio, a quien no amas; tú debes reposar entre sedas y perfumes, en vez de herir tus pies con los guijarros del camino... ¡Ven conmigo, Amapola!... yo tendré para ti... AMAPOLA ¡Callad, callad!... pueden oírnos. MARIO Sea: en el parque de mi castillo, cuando haya terminado de cerrar la noche, te esperaré. AMAPOLA Pero... MARIO No temas; estarás guardada por mi honor. Te daré todo el amor que soy capaz de sentir por ti... toda la dicha y la ventura que contigo pueden esperarse... ¿Irás?... Contesta, Amapola, ¿Iras? AMAPOLA (Con firmeza.) ¡Iré! MARIO ¡Bendita seas! AMAPOLA Ahora separémonos; dejadme marchar... si nos viesen juntos... MARIO ¿Hasta luego? AMAPOLA ¡Sí! (Amapola y Mario salen. Llegan Simeona y Cristóbal. Éste persiguiendo a aquella) CRISTÓBAL ¡Te he dicho que no te dejo bañar y no te dejo bañar! SIMEONA Haré lo que me dé la gana, porque para eso soy libre. CRISTÓBAL ¿Qué tú eres libre? ¡Dios te libre! SIMEONA ¿Cómo que no? CRISTÓBAL ¡Tú me perteneces a mí! SIMEONA ¿A ti? CRISTÓBAL A mí: ¿no me has dicho que me querías? SIMEONA Fue en un momento de arrebato. CRISTÓBAL A rebato van a tocar como yo te coja con ese espantapájaros. SIMEONA ¿Pero tú quién eres para prohibirme?... CRISTÓBAL Es que yo sé que ese señorito anda detrás de ti para verte bañar, y como yo le vea que te vea... SIMEONA ¡Si no sabe dónde me baño! CRISTÓBAL Sí que lo sabe; ahora que "pa" que no te vea nadie, hoy te voy a acompañar yo. SIMEONA Enseguidita; como que tú me vas a ver desnudar. CRISTÓBAL ¿Y qué más da?... ¿No voy a ser tu marido? SIMEONA Sí; pero hasta que lo seas... CRISTÓBAL ¡Anda qué gracia! ¿Es que hasta que yo fui pastor no vi a ninguna cabra? SIMEONA ¡Qué bruto eres! CRISTÓBAL Más bruto que mi padre, que dicen que era el más bruto del pueblo. SIMEONA Por lo visto, es de herencia. CRISTÓBAL Como que mi "agüelo" encendía los pitillos dándose de "cabezás" con las piedras porque salían chispas. SIMEONA Por algo le llamaban el "tío Yesca". CRISTÓBAL ¡Y que lo digas! SIMEONA ¡Pues yo no quiero tener un marido tan animal! CRISTÓBAL Y si nace uno así ¿qué le va a hacer?... Yo, "pa" el querer, soy un toro; "pa" el trabajo soy un burro, y "pa" el dormir soy un topo... SIMEONA Y para el descanso eres una fiera. CRISTÓBAL Tú los has dicho; pero hoy no descanso hasta lograr que no te bañes. SIMEONA Yo haré lo que quiera; ¡pues no faltaba más! CRISTÓBAL ¡Simeona, que no te bañas! SIMEONA ¡Cristóbal, que no me sigas! CRISTÓBAL ¡Que no te bañas, Simeona! SIMEONA ¡Que no me sigas, Cristóbal! CRISTÓBAL "Güeno" no te sigo; pero como yo vea que alguien te sigue; a ése si que le sigo y ya "pue" ir haciendo testamento. SIMEONA "Pués" hacer lo que quieras. CRISTÓBAL ¡Y tanto que lo haré! SIMEONA Tendría gracia que me prohibieras a mi nada. Ahora mismo voy a por la sábana, que la tengo en esa casa del monte. Además que ya sabes lo que dice la copla: Báñate niña, en el río, que el río lleva agua clara, y verás después del baño que bonita "tiés" la cara. CRISTÓBAL ¡Ah! ¿sí? Pues escucha tú esta otra: No te bañes en el río cuando traiga el agua clara, que se te ve todo el cuerpo como se te ve la cara. SIMEONA ¡Ja, ja, ja! CRISTÓBAL ¡Ríete, ríete!... ¡pero yo vigilaré!... (Salen los dos.) GORÓN (Entra sigilosamente, mirando por donde se fue Simeona.) ¡A sumergirse!... ¡Ésta es la ocasión! (Se dirige hacia una de las tiendas que hay en escena y llama a alguien que se supone en el interior.) ¡Chist! ¡Chist!... ¡Modesto zíngaro!... GURKO (Saliendo de la tienda.) ¿Quería el señor algo de mí? GORÓN Si; desearía que me vendieses ahora mismo una buena piel de oso, para los pies de mi cama, pero con cabeza y todo, ¿eh? Aunque es para los pies, no importa que tenga cabeza. GURKO Pasad y os daré la mejor que tenga. GORÓN Gracias, simpático errabundo. (Entrando con él en la tienda.) (Para sí) ¡Lo que es ahora, si que no me falla el plan! (Sale.) (Después de un instante de pausa, sale Simeona con una sábana al brazo; mira a ver si alguien la sigue y se marcha sigilosamente. Gorón sale de la tienda con una piel de oso, también al brazo, dando a entender por gestos que conseguirá su propósito gracias a la piel, desapareciendo tras Simeona, y, por último, entra Cristóbal que cruza la escena con los perros en una mano y la maza en la otra. Vuelve a quedarse la escena sola. Luego, salen Mario, Alfonso, Ernesto, Margot, Ketty, Charito, Alesko, Ulita, Iván, Amapola, Coral, Estrella, Clavellina, Violeta y Rocío. Gurko de la tienda y por diversos términos, zíngaras y zíngaros.) CHARITO ¡Muy bonito! MARGOT ¡Muy curioso! MARIO ¿Y qué? ¿Os lleváis todo lo que os gustó? CHARITO ¡Sí; mira que collar más gracioso! MARGOT ¡Y esta pulsera! KETTY ¡Y los pendientes!... MARIO Ea... pues ahora... (Sacando un billete de la cartera.) Cobraos todo, padre Alesko... ALESKO (Rechazándolo.) ¡Me hacéis una ofensa, señor! MARIO ¿Cómo? ALESKO Al dueño de estas tierras, al que nos concede tan generosa hospitalidad, ¿queréis que le cobremos unas baratijas?... ¡No conocéis nuestra raza, señor Conde! ¡Guardaos vuestro dinero, que más pagados estamos con el agradecimiento que con el oro! MARIO Me habéis dado una lección, y os ruego que al menos aceptéis mi mano... ¿Tampoco? ALESKO ¡Eso sí, señor Conde! (Se estrechan la mano y hay un momento de silencio.) ERNESTO Bueno; ¿pero y esa zambra? ELLAS ¡Eso, eso... la zambra prometida! MARIO (A Alesko.) Ya lo oyes. ¡Empiece la zambra, y sacad también unas botellas, que quiero alegría, y es el vino su mejor aliado! ALFONSO ¡Profundísimo! TODOS ¡Bravo! ¡Bravo! ALESKO ¡Comience la zambra! Cantado CORO Tiene el son de mi cantar el dolor del triste recordar. Canta y ríe mi cantar. Hace el son de mi canción revivir con ansia la emoción que guarda el corazón. AMAPOLA Cuando bajo el cielo suena mi cantar, ríen las flores mi canción al escuchar. Bajo el sol español que es más sol que otro sol, vive en mi el amor y el amor no conocí, yo le aguardo al muy traidor y el traidor no viene a mí. Cuando en la zambra suena mi cantar la alegre danza con su ritmo hace vibrar el placer de vivir y reír en el breve descansar, y una flor es mi cantar que al brotar alegró la tristeza del aduar, y el eterno caminar y el eterno caminar. CORO Bailar, bailar, y con son placentero resuene alegre mi pandero. ZÍNGARAS Baila alegre nuestra zambra baila, gira tu cuerpo, que el ritmo de la danza alegra el corazón, estrella, lucero, yo quiero morir a su dulce son. AMAPOLA Niña que no tiene amores ni sufre de penas de amor, es como un campo sin flores y es como un día sin sol. ZÍNGARAS Niña que no tiene amores ni sufre de penas de amor, es como un campo sin flores y es como un día sin sol. AMAPOLA Amores tienen las flores: yo no sentí el amor, triste sino, el día que no me igualó a la flor, que si fuera flor hallaría amor, aun con las espinas del dolor. AMAPOLA Mira si es grande mi pena... ZÍNGARAS ... y mira, chiquillo, si es grande mi sufrir, que si otra mita a tus ojos, de celos y rabia me siento yo morir; mira, chiquillo, te quiero mirando tus ojos me muero; tú baila, que el ritmo de la danza es ritmo de esperanza, ¡la, la, la, la, la, la, la! TODOS Cuando bajo el cielo suena mi cantar, ríen las flores mi canción al escuchar. Bajo el sol español que es más sol que otro sol, vive en mi el amor y el amor no conocí , yo le aguardo al muy traidor y el traidor no viene a mí. AMAPOLA Cuando en la zambra suena mi cantar, la alegre danza con su ritmo hace vibrar. El placer de vivir y reír en el breve descansar, y una flor es mi cantar que al brotar alegró la tristeza del aduar. Y el eterno caminar y el eterno caminar. AMAPOLA A lo largo del camino... CORO ... yo amor buscaba... ZÍNGARAS ... amor es peregrino, que yo no encontré, es golondrina que loca va, enamorada siempre del más allá. Hablado ULITA ¡No temas, Iván, yo sabré defender tu amor! Los celos no son para nosotros. Ellos son patrimonio de los grandes señores. CORO (Sale Coral con una bandeja y unas copas.) ¡Tomad, señores! MARIO ¡Brindemos, amigos, por la vida, por el amor y por unos ojos negros! Cantado MARIO ¡Oh, licor! que das la vida, rayo de luz sol estival en copa de cristal. ¡Oh, licor!, que risa anida, lleva escondida tu espuma mi ilusión de amor. En ojos de mujer quiero yo mirarme, en labios de mujer quiero yo embriagarme: risa, risa, risa de mujer suena, suena, claro cascabel, risa de mujer que suena en triunfal desgranar. ¡Oh, mujer!, de negros ojos, noche de luz de mi querer, por ti yo brindaré, mujer agarena, de cara morena, tu amor añoré y tu amor yo lograr sabré. IVÁN Ruge dentro de mi pecho algo que me quema el alma, algo que me dice ¡hiere! algo que me grita ¡mata! MARIO Bebe en mi copa, que tus secretos quiero saber. AMAPOLA Nadie los supo ni los sabrá. (Va a coger la copa.) IVÁN (Arrebata la copa de Mario.) ¡Mientras yo aliente no ha de beber! TODOS Los celos de Iván desgracia traerán; de fijo el señor a Iván no perdonará. Hablado AMAPOLA ¡Iván, qué hiciste! TODOS Su temeridad no perdonará. MARIO ¡Soltadme! AMAPOLA ¡No! ULITA ¡Fueron los celos; perdón, señor! Cantado IVÁN De aquel amor mi pecho guardará fatal recuerdo. Que aquel amor que yo sentí y yo soñaba para mí cual flor que en mi alma brotará y el tiempo no marchitará. Hablado ALESKO ¡Señor, es la juventud y es la fiesta que enciende la sangra moza! ¡Perdonadle! (A los demás.) Nada pasó... ¡Seguid, seguid con vuestra danza! Cantado CORO A lo largo del camino amor buscaba amor es peregrino, que yo no encontré, es golondrina que loca va, enamorada siempre del más allá. Girad el cuerpo encantador. Baila la zambra sin cesar, y con su ritmo embriagador y seductor, bailad. ACTO TERCERO (La misma decoración del acto primero. La escena que aparece iluminada por la luna está vacía; las ventanas del pabellón están encendidas; en él se escuchan las risas y algarabía de los ocupantes del castillo. A poco, por la escalinata, Mario, que se apoya pensativo en una silla) MARIO ¿Vendrá? ¡Esa mujer, con mirarme tan sólo, ha cambiado la marcha de mi vida! No sé si fue su hermosura bravía, su acento extraño o la predicción fatal que pesa sobre ella... Sólo sé que la necesidad para vivir, sin ella nada me importa en el mundo entero. ¿Vendrá? GORÓN (Por la escalinata, con Ernesto y Alfonso.) Pero... ¡Mario! ERNESTO ¡Que te estamos esperando! ALFONSO ¿Vienes o no? MARIO Voy... GORÓN Eres un hombre inverosímil; siempre lo fuiste... MARIO ¿Por qué? GORÓN Porque hoy, en que todo es regocijo y algazara, cuando queremos despedirnos dignamente del hombre que abandona la luminosa vida de soltero, huyes de nosotros para hundirte en la melancólica soledad del parque silente. ERNESTO ¡Bravo! ALFONSO ¡Muy bien! GORÓN ¡Ah, señores... ved en su cara el embrutecimiento amoroso y la languidez!... MARIO Bueno, ¿me quieres dejar en paz? ERNESTO ¡Ven, hombre, ven! ALFONSO Es la última juerga. GORÓN Te advierto que Charito se supera a sí misma y va a cantar el cuplé de moda. ALFONSO Y Ketty bailará la auténtica danza del oso... ERNESTO La bailará con Gorón, ¿eh? GORÓN No recordarme la única nube que empaña el azul de mi cielo amoroso. ERNESTO ¡Bien se vengó el novio! ALFONSO Pudo costarte caro... GORÓN Soltarme la jauría... ¡ay, aún me duele aquí! MARIO ¿Algún mordisco? GORÓN ¡"Ca", si los animalitos me conocieron en seguida!... Lo peor del caso fue el oso. ERNESTO ¿Qué oso? GORÓN Ya sabéis que yo compré una piel a los gitanos con el maquiavélico objeto de aparecer cubierto con ella ante Simeona, cuan do estuviera más ligera de ropa... ALFONSO ¿Y por qué de oso? GORÓN Porque ella me había dicho que oso que veía, desmayo que la daba; y yo me dije: "He aquí la manera de tenerla en mis brazos durante unos minutos en ropas menores y "deseabriéndome" más secretos que Sherlock Holmes"... ¡El plan era "hinderbúrgico"! ERNESTO ¡Ya lo creo! GORÓN Pero la fatalidad jugó conmigo a la gallina ciega cuando estaba agazapado entre unos juncos, al lado del río, y ella, cerca de mí, despójase del último cendal, noto un resoplido a mis espaldas, me vuelvo y me encuentro con un oso... ERNESTO ¿El novio disfrazado? GORÓN ¡"Ca"! Un oso legítimo, un oso auténtico, un oso... de... bueno, de donde sean los osos, con una cara de senador vitalicio que acongojaba... ALFONSO Y tú ¿qué hiciste? GORÓN Yo me agazapé, me hice un ovillo; pero el animalito me dio dos zarpaditas amorosas sobre los riñones, como diciendo: "Vente, que es tarde", me olió, me pasó la lengua a lo largo del lomo y yo... alarmado, tuve que salir corriendo, pero el animal me siguió con insistencia policíaca. ERNESTO ¿Por qué? GORÓN ¿No lo adivináis? Es que la piel que yo llevaba no era de oso... ALFONSO ¡Ah!, ¿no? GORÓN ¡Era de osa! CHARITO (Por la escalinata.) Pero ¿queréis venir, sí o no? GORÓN ¡Ahora mismo; vamos allá, anda, Mario! MARIO Id, que enseguida iré yo... Estoy un poco mareado, y esta aire de la noche me sienta muy bien. GORÓN Pero ¿qué te sucede? MARIO No preocuparse, hombre, que ahora iré... GORÓN ¡Bueno!... ¡Iremos descorchando a la viuda!... (Mutis por la escalinata Charito y Gorón, Alfonso y Ernesto.) Cantado MARIO Vendrá... ¡Sí, mi alma la presiente! ¿Vendrás, mujer? Mi corazón te aguarda que ya este amor es todo mi vivir. ¿Vendrás, mujer? Pensando que ella tarda, siento un hondo sufrir, que el dolor del amor es esperar. (Recatándose, entra Amapola.) ¡Amapola! AMAPOLA Señor Conde. MARIO No, mi Amapola yo soy Mario para ti. AMAPOLA Por favor. MARIO Ven a mis brazos; por fin puedo hablarte así. Mujer agarena de trenza morena de negras pupilas de intenso mirar, ¿por qué si de pena tu vida esta llena vacilas y sufres sintiéndote amar? AMAPOLA Yo quiero quererte más temo perderte, que en mi amor arde un fuego de maldición y esta boca encendida, cual flor de la vida encierra escondida fatal predicción. MARIO Ven, mujer, mi bien, tesoro de ilusión, lo que tu mente imaginar pudiera para ti guardé. Ven, mujer que amor brotó en mi corazón, y en fuego de quereres arderá si tú me quieres. AMAPOLA Palabras llenas de ternura que dolor y amargura, y penas hondas y tristeza alejaron de mí.. En mi destino no hay amor. MARIO Tu boca quiero yo besar Y aunque la muerte nos espere unir los labios, que ya muere mi amor con ansia de besar. (Mario mira entusiasmado a Amapola, que reposa entre sus brazos, ebrios los dos de amor; al final de la frase musical se confunden en un apretado beso. Coincidiendo con éste aparece Iván, que entra violentamente en escena.) Hablado IVÁN ¡Maldición! ¡La ha besado! AMAPOLA ¡Maldición! MARIO ¡Maldición! IVÁN (A Mario.) Me has robado la dicha al robarme su amor... MARIO Yo su amor, no he robado, que su amor supliqué... IVÁN Pues su amor era mío ¡y su amor con mis garras de tigre bravío de ti arrancaré! ULITA (Apareciendo e interponiéndose.) ¡Quieto Iván! No es prudente que violento pretenda el querer de Amapola tu valor conseguir, si olvidó sus deberes, triunfará la leyenda; ve a juntarte con los nuestros; que es preciso partir. IVÁN ¡Madre Ulita! ¡La adoro! ULITA Mas tu amor de gitano no merece la ingrata que a su fe traicionó. IVÁN ¡Es verdad! ¡Obedezco! (Tira el cuchillo y sale) ULITA Oye el canto lejano. ese canto que a todos cuando niños meció. Ese canto, Amapola, que muy lejos te llama es tu raza, que parte para nunca volver... es la voz de los tuyos, que tu nombre reclama, es la voz de tu madre, es la voz del deber... AMAPOLA (Comprende la locura de lo que iba a hacer. Recuerda el engaño de su madre y dice resuelta.) Es verdad, madre Ulita; caminar es mi sino, caminar bajo el peso de un eterno dolor, consumir nuestra vida en un largo camino, qué será ahora más triste, porque he visto el amor. MARIO ¡Amapola!... ¿Me dejas? ULITA La reclama su raza... que es la raza en quien nadie tuvo nunca poder. MARIO ¡Moriré!... ULITA La leyenda con sus brazos te enlaza. ¡Morirá el que besare a esta hermosa mujer! (Ulita e Iván salen lentamente con Amapola; que mira a Mario. Por la escalinata Gorón, Ernesto, Alfonso, Charito, Margot y Ketty, que al ver vacilar a Mario se dirigen a él, sosteniéndole.) GORÓN ¿Qué sucede? MARIO Que se lleva prisionera mi suerte; he besado sus labios de cruel maldición y sus labios me han dado con el beso la muerte que han matado el secreto de mi eterna ilusión. Escaneado por: Marcela Angarita 2009 |